Condenas a muerte y ejecuciones en 2015

En 2015 hubo un aumento espectacular del número de personas ejecutadas —al menos 1.634—, el más elevado que ha registrado Amnistía Internacional desde 1989.

Los países usaron diversos métodos para matar: la horca, las armas de fuego, la inyección letal, la decapitación. Mataron con fría eficacia, elevando el número de ejecuciones más de la mitad en comparación con 2014.

Casi el 90 % de ellas se llevaron a cabo en sólo tres países: Arabia Saudí, Irán y Pakistán. Pero estos datos excluyen China, cuyas cifras siguen siendo secreto de Estado

Aunque este aumento de las ejecuciones proyecta una larga sombra a lo largo del año, aún hay atisbos de esperanza. Cuatro países eliminaron la pena de muerte de su legislación, por lo que hoy más de la mitad de los países del mundo han vuelto la espalda a este castigo cruel, inhumano y degradante.

La base de la justicia es el respeto a la dignidad humana […]. En ninguna circunstancia es aceptable la pena capital.

Tsakhia Elbegdorj, presidente de Mongolia, 16 de junio de 2015

El mayor número de ejecuciones en 25 años

En 2015 Amnistía registró el mayor número de ejecuciones en un cuarto de siglo. La cifra aumentó un 54 %, y se ejecutó a al menos 573 personas más que en 2014.

Estas cifras no incluyen China, donde creemos que se ejecuta a miles de personas al año. Amnistía dejó de publicar sus estimaciones en 2009, desafiando al gobierno chino a que revelase sus propias cifras y demostrase que está limitando realmente el uso de la pena de muerte, algo que, según afirman, están haciendo desde que el máximo órgano judicial del país empezó a revisar todos los casos de pena capital en 2007. China siguió siendo el país que llevó a cabo el mayor número de ejecuciones en el mundo.

La mayoría de las ejecuciones se llevaron a cabo en tres países

De todas las ejecuciones registradas en 2015, el 89 % se llevaron a cabo en sólo tres países: Arabia Saudí, Irán y Pakistán. Por primera vez desde 2008, Pakistán fue uno de los cinco países donde se realizaron más ejecuciones. La inmensa mayoría de todas las ejecuciones registradas se llevaron a cabo en la región de Oriente Medio y el Norte de África debido sobre todo a Arabia Saudí e Irán. Ambos países realizaron por segundo año consecutivo el mayor número de ejecuciones en la región.

Las ejecuciones en Arabia Saudí aumentaron un 76 % en comparación con 2014; fueron ejecutadas al menos 158 personas en 2015. Mientras tanto, Irán ejecutó al menos a 977 personas, principalmente por delitos de drogas.

Irán siguió ejecutando a personas menores de 18 años cuando cometieron el presunto delito, lo que vulnera el derecho internacional. Junto con Maldivas y Pakistán, también condenó a muerte a personas que eran menores de edad en el momento del presunto delito en 2015.

Varios países siguieron haciendo caso omiso de otros aspectos del derecho internacional, ejecutando a personas con discapacidad mental o intelectual, así como a personas acusadas delitos no letales. Además de por delitos de drogas, se ejecutó a personas por delitos como adulterio, blasfemia, corrupción, secuestro y “cuestionamiento de políticas del líder”.

El número de países que llevaron a cabo ejecuciones aumentó: de 22, en 2014, a 25, en 2015. Al menos seis países reanudaron las ejecuciones: Bangladesh, Chad, India, Indonesia, Omán y Sudán del Sur.

Al menos 1.998 personas fueron condenadas a la pena capital en 2015 y al finalizar el año había al menos 20.292 personas en el corredor de la muerte.

Las ejecuciones en cifras

+1.634
personas ejecutadas en 25 países
54 %
incremento de las ejecuciones registradas frente a 2014
89 %
ejecuciones llevadas a cabo en sólo tres países

Pakistán ejecutó a más personas que nunca

Desde que Pakistán puso fin a su moratoria de las ejecuciones de civiles en diciembre de 2014, el país ha entrado en el poco envidiable club de Estados que ejecutan a cientos de personas al año. Hoy se codea con Arabia Saudí e Irán, y es el tercer país más prolífico en ejecuciones.

Un ataque contra una escuela en Peshawar, en el noroeste de Pakistán, impulsó al gobierno a ejecutar de nuevo, lo que llevaba sin hacer desde 2008. Inicialmente, se levantó la moratoria para las personas acusadas de delitos de terrorismo, pero en marzo el gobierno reanudó las ejecuciones para todos los delitos penados con la muerte, como el asesinato y la blasfemia.

Al concluir 2015, Pakistán había ejecutado a 326 personas, el número más elevado registrado por Amnistía. En un país donde se niega habitualmente el derecho a un juicio con garantías y se emplean pruebas obtenidas bajo tortura para imponer sentencias condenatorias, cientos de personas son enviadas al patíbulo con el pretexto de hacer justicia.

Vidas segadas

Familiares de Aftab Bahadur protestan contra su ejecución el 10 de junio en Pakistán por un asesinato cometido en 1992, cuando tenía 15 años. El único “testigo presencial” del delito que declaró dijo posteriormente que la policía lo había presionado para que hiciera una declaración falsa contra él.
Siti Zainab Binti Duhri Rupa, trabajadora doméstica indonesia, fue ejecutada en Arabia Saudí el 14 de abril. Según los medios de comunicación, “confesó” durante un interrogatorio policial que había matado a su empleador. La policía sospechó, cuando la interrogaron, que sufría algún tipo de discapacidad mental.
Retrato de Warren Hill, ejecutado por el estado de Georgia (EE. UU.) el 27 de enero. Su ejecución se llevó a cabo pese a que todos los expertos que lo habían evaluado, incluidos los contratados por el estado, coincidían en que tenía una discapacidad intelectual. El derecho internacional prohíbe el uso de la pena de muerte contra personas con discapacidades mentales e intelectuales.
Shahrul Izani podría ser ejecutado en Malasia. Hallado en posesión de 622 gramos de cannabis, fue declarado culpable de tráfico de drogas y condenado a muerte en 2003. En Malasia, toda persona que lleve encima 200 gramos de cannabis o más es declarada de manera automática culpable de tráfico de drogas. El único castigo que puede imponer el juez en estos casos es la pena de muerte.
Fatemeh Salbehi fue ahorcada en octubre de 2015 en Irán por matar a su esposo, de 30 años, con quien había sido obligada a casarse cuando tenía 16 años. Tenía 17 años cuando cometió el delito y fue una de las cuatro personas menores de 18 años en el momento del presunto delito ejecutadas en Irán en 2015. Irán es uno de los últimos Estados del mundo que ejecutan a personas que eran menores de edad en el momento del presunto delito, infringiendo flagrantemente con ello el derecho internacional.

Aun así, continúa la tendencia mundial hacia la abolición

Aunque en 2015 aumentaron las ejecuciones, éstas fueron contrarrestadas por una avalancha de aboliciones. Cuatro países abolieron la pena de muerte para todos los delitos, el mayor número que adopta esta medida en un solo año en casi un decenio.

Madagascar abrió el camino en enero, seguido de Fiyi en febrero. En marzo, el Estado sudamericano de Surinam eliminó la pena de muerte de su legislación. Y en noviembre, Congo aprobó una nueva Constitución que relegó la pena de muerte a los libros de historia de una vez por todas para toda su ciudadanía.

Mongolia aprobó en diciembre un nuevo Código Penal que excluía la pena de muerte para todos los delitos que entrará en vigor en septiembre de 2016.

Incluso Estados Unidos, que siguió vulnerando el derecho internacional al ejecutar a personas con discapacidades mentales, continuó su marcha hacia la abolición. Pensilvania abolió la pena de muerte para todos los delitos, elevando el número total de estados que han abolido la pena capital a 18.

Estos cambios son un claro indicio de que la tendencia hacia la abolición sigue teniendo fuerza. Hoy, 102 países —la mitad del mundo— han dado el paso positivo de volver la espalda a la pena de muerte. Si se añaden los países que han abolido esta pena en la práctica, aunque no en la ley, el total llega a dos tercios de los países del mundo.

Los países que siguen llevando a cabo ejecuciones son una pequeña minoría frente a una oleada de oposición. Este puñado de países tiene que tomar una decisión: quedarse enraizados en un sistema que valora más el castigo que la rehabilitación o unirse al camino trillado hacia la abolición y abrazar el principio del derecho a la vida de todas las personas.

Hacia la abolición

4
países que han abolido totalmente la pena de muerte en 2015
102
total de países que han abolido por completo la pena de muerte

Vidas salvadas

El 24 de abril, un tribunal suspendió la pena impuesta a Li Yan, en la provincia de Sichuan, China. Li Yan había sido condenada a la pena capital en agosto de 2011 por matar a su esposo, a pesar de las pruebas de violencia intrafamiliar constante y de sus intentos de pedir protección de la policía.
Moses Akatugba, ex preso nigeriano condenado a muerte, fue indultado el 28 de mayo tras pasar casi 10 años en prisión. Detenido a los 16 años, lo torturaron con machetes, porras y alicates hasta que firmó unas “confesiones” que ya estaban escritas sobre un robo a mano armada que dijo que nunca había cometido. Más de 800.000 simpatizantes de Amnistía enviaron cartas para pedir justicia para Moses.
Anthony Hinton salió en libertad el 3 de abril tras pasar 30 años en el corredor de la muerte de Alabama por un delito que no había cometido. No sólo estaba trabajando a 15 millas en el momento del crimen, sino que el arma usada para declararlo culpable —un viejo revólver encontrado en casa de su madre— no coincidía con las balas halladas en el lugar del asesinato.