Por Guadalupe Marengo, directora del Programa Global sobre Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos de Amnistía Internacional
Hoy, 29 de noviembre, celebramos el Día de las Defensoras de Derechos Humanos y por tanto rendimos homenaje a sus valientes actos de resistencia lanzando nuestra campaña Desafiar al poder, combatir la discriminación. Llamada a la acción para reconocer y proteger a las defensoras de los derechos humanos y a las personas defensoras de los derechos de las mujeres y de cuestiones de género y sexualidad.
Nuestro informe global documenta cómo las defensoras de los derechos humanos y las personas defensoras de los derechos de las mujeres y de cuestiones de género y sexualidad (WHRD, por sus siglas en inglés) siguen siendo objeto de agresión, amenazas, criminalización e incluso homicidio a pesar de los reiterados compromisos de la comunidad internacional de mejorar su protección.
Las WHRD son mujeres que defienden cualquier derecho humano y personas de cualquier género que defienden los derechos de las mujeres y los derechos relacionados con la igualdad de género y la sexualidad. Por ser quienes son y luchar por lo que luchan se las ataca sistemáticamente en un mundo dominado por la desigualdad social y económica y, fundamentalmente, por el patriarcado.
La influencia de las WHRD y del movimiento feminista de derechos humanos en todo el mundo es más fuerte que nunca. No obstante, el renovado énfasis en los “valores tradicionales” y los discursos antifeministas están tratando de redefinir y debilitar los avances conquistados con gran esfuerzo en todas partes.
Imagina cómo es la vida para la WHRD Nairovi Castillo, mujer transgénero, trabajadora sexual y lideresa y cofundadora de COTRAVEDT, (Comunidad de Trans, Travesti Trabajadoras Sexuales de República Dominicana). Nairovi es de la República Dominicana, donde, como en la mayor parte del mundo, las actitudes patriarcales opresivas respecto al género y la sexualidad están profundamente arraigadas.
“Nos vulneran la vida”, nos contó Nairovi, “el estigma, la discriminación, hace que las personas trans no tengamos acceso pleno a servicios de salud, de educación, de trabajo. Y eso también genera crímenes de odio, […] incluso en el contexto del trabajo sexual. Hasta en nuestras casas corremos peligro, porque las personas nos ven como un fenómeno, no como que tenemos derechos […]. Eso les molesta […] y lo que pueden hacer es mandar a darnos golpes, quitarnos la ropa o nuestras cosas, sobornos… de todo”.
Las WHRD están en primera línea en la lucha por la justicia, la igualdad y el desarrollo sostenible para todas las personas. Nuestra lucha incluye tratar de poner fin a prácticas tradicionales nocivas como el matrimonio precoz. Luchamos para proteger el medio ambiente y a las personas que dependen de la tierra para sobrevivir y que a menudo son las primeras afectadas por la crisis climática.
Las acciones de las WHRD, por su propia naturaleza, cuestionan las estructuras de poder patriarcales, las normas sociales perniciosas y los roles de género estereotipados. Como revela nuestro nuevo informe, los riesgos son aún mayores para quienes afrontan formas interseccionales de discriminación. Si eres mujer y además perteneces a una minoría racial, o eres pobre, lesbiana o trans, o trabajadora sexual, o presentas varias de estas características a la vez, tienes que luchar mucho más para que se escuche tu voz.
Sarah Zungu es una lideresa indígena san y WHRD que lucha por los derechos medioambientales en Namibia y hace campaña para proteger la tierra, la cultura y el modo de vida de su comunidad. Sarah nos contó que se siente intimidada por las autoridades: “es gente poderosa” subraya, “no me ven humana porque soy una ‘mujer bosquimana’”.
En zonas de conflicto, los hombres son principalmente quienes sufren graves violaciones de derechos humanos como desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias o ejecuciones extrajudiciales. Noura Ghazi Safadi cofundó Familias por la Libertad en Siria, donde son fundamentalmente las mujeres las que se han organizado para encontrar a las personas desaparecidas y exigir justicia.
Como cuenta Noura, en estos contextos las mujeres se convierten en el principal sustento, pero se enfrentan a importantes obstáculos en un entorno de arraigada discriminación, especialmente en asuntos relativos al matrimonio y el divorcio, a las herencias y a la custodia infantil.
“Creo que las mujeres están en una posición óptima para tratar esta cuestión, no solo porque son las más afectadas por tales abusos, sino también por el papel destacado que desempeñan en la construcción del futuro de Siria. Las mujeres hemos demostrado que somos capaces de superar cada obstáculo al que nos enfrentamos, tenga que ver con la seguridad, la comunidad o la vida en general.”
Únete a mí, a Amnistía Internacional y al amplio movimiento feminista de derechos humanos para celebrar a las WHRD hoy y todos los días. Desafía a los poderosos que tienen la desvergüenza de emplear y legitimar la retórica del odio y políticas de Estado basadas en la identidad de las personas, fomentando la misoginia, el racismo y la homofobia.
Insta a tu gobierno a reconocer a las WHRD como agentes fundamentales del cambio positivo, cuyo coraje ha allanado el camino para lograr reformas pioneras en muchas comunidades, para que puedan actuar libremente y con seguridad, sin temor a sufrir ataques y discriminación.
Apoyemos a las defensoras de los derechos humanos y a las personas defensoras de los derechos de las mujeres y de cuestiones de género y sexualidad porque sus victorias de derechos humanos son nuestras victorias.