Después de que la investigación de Amnistía Internacional haya dado pie a que la coalición militar dirigida por Estados Unidos reconociera haber matado a decenas de civiles en su ofensiva en Raqqa, la Coalición debe iniciar urgentemente investigaciones exhaustivas e independientes para que se conozca todo el alcance de las muertes de civiles y compensar a víctimas y supervivientes.
El 26 de julio, la Coalición admitió que sus bombardeos aéreos realizados entre junio y octubre de 2017 habían causado la muerte de 77 civiles, entre los que había 24 niños y niñas y 25 mujeres, casos concretos documentados por las investigaciones de campo de Amnistía Internacional en Raqqa. La Coalición había restado importancia a estos casos considerándolos “carentes de credibilidad”, y altos cargos habían ridiculizado la investigación de Amnistía Internacional calificándola de “ingenua” e “irresponsable” en los medios de comunicación y otros foros públicos.
“La admisión de responsabilidad por parte de la Coalición dirigida por Estados Unidos no sorprende dado el nivel de nuestras pruebas y representa un giro de 180 grados en su postura sobre los numerosos civiles muertos en su ofensiva de Raqqa”, declaró Donatella Rovera, asesora general sobre respuesta a las crisis de Amnistía Internacional.
“Pero esto es sólo la punta del iceberg. Nuestras detalladas investigaciones de campo abarcaron sólo cuatro casos, pero las numerosas personas supervivientes y testigos con las que hablamos en el terreno indicaron que el número de civiles muertos era de varios centenares”.
La admisión de responsabilidad por parte de la Coalición dirigida por Estados Unidos no sorprende dado el nivel de nuestras pruebas y representa un giro de 180 grados en su postura sobre los numerosos civiles muertos en su ofensiva de Raqqa. Pero esto es sólo la punta del iceberg. Nuestras detalladas investigaciones de campo abarcaron sólo cuatro casos, pero las numerosas personas supervivientes y testigos con las que hablamos en el terreno indicaron que el número de civiles muertos era de varios centenares.
Donatella Rovera, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis
En su informe de junio “Guerra de aniquilación”: Devastadores estragos en la población civil de Raqqa, Siria, Amnistía Internacional presentó indicios suficientes de que los ataques aéreos de la Coalición que desembocaron en estos casos concretos de muertes de civiles habían violado las leyes de la guerra. La admisión de responsabilidad por parte de la Coalición debería poner en marcha investigaciones para determinar esto y allanar el camino para la justicia y la reparación.
Además de causar la muerte de tantos civiles, estos ataques dejaron a personas supervivientes mutiladas para siempre y destruyeron sus casas y medios de vida.
“La situación de muchas de estas personas es terrible”, dijo Benjamin Walsby, investigador sobre Oriente Medio de Amnistía Internacional.
“No hay nada que pueda devolver la vida a los muertos o borrar el inconcebible trauma sufrido. Lo mínimo que puede hacer ahora mismo la Coalición es proporcionar medidas de reparación —incluidas indemnización y rehabilitación— a las familias de las víctimas y a las personas supervivientes, al mismo tiempo que realiza investigaciones que puedan procurar justicia y reparación plenas”.
El derecho a saber
Las personas civiles afectadas por los ataques aéreos de la Coalición tienen derecho a saber por qué sus seres queridos —muy a menudo sus hijos e hijas— les han sido arrebatados. En cuatro de los cinco ataques con resultados mortales documentados por Amnistía Internacional, la Coalición dijo que su objetivo había sido “posiciones de combate de Daesh (Estado Islámico)”, y que había matado involuntariamente a civiles en el proceso. En un caso, el de un ataque que causó la muerte de cinco personas menores de edad y tres adultas, la Coalición dijo que su objetivo era posiciones de combate y un “cuartel general de Daesh”.
Ante la ausencia de una investigación independiente y de datos concretos y verificables, estas explicaciones taquigráficas son deplorablemente insuficientes y no pueden tomarse en serio.
“La Coalición debe dignificar estas muertes facilitando información significativa y verificable sobre estos ataques, especialmente el lugar exacto y la naturaleza de los objetivos, la metodología empleada para verificar estos y las medidas adoptadas para reducir al mínimo el riesgo para la población civil”, dijo Donatella Rovera.
“Casi un año después de la expulsión de Raqqa del grupo armado autodenominado Estado Islámico, no hay ninguna razón militar o de seguridad para ocultar estos datos, que son cruciales para determinar la legalidad de los ataques que mataron y mutilaron a civiles. ¿Cómo va a evitar la Coalición causar numerosas bajas civiles en el futuro sin explicar lo que falló en Raqqa?”
En la actualidad, las familias de las víctimas ni siquiera saben qué Estado miembro de la Coalición llevó a cabo los ataques. Todas las fuerzas de la Coalición implicadas —en los ataques aéreos, en el reabastecimiento de aviones o facilitando información de vigilancia— deben asumir su responsabilidad en las muertes y los daños causados.
Fallos de los servicios de inteligencia
Aparentemente, los errores de los servicios de inteligencia desempeñaron un papel al menos en algunas de las muertes que ha reconocido la Coalición.
“¿Cómo consideró la Coalición que estaba atacando posiciones de combate y cuarteles generales del Estado Islámico cuando en realidad estaba atacando viviendas llenas de civiles?”, se preguntó Benjamin Walsby.
“Para cada uno de estos ataques concretos, la Coalición debe revelar cómo se obtuvo la información y las medidas que adoptó para verificar los objetivos antes de atacar”.
Como Amnistía Internacional ha dejado claro en su informe, se conocían las pautas de la vida civil en las zonas de conflicto urbanas —como refugiarse en el interior durante periodos prolongados y buscar comida y agua en zonas próximas al frente— antes de que comenzara la operación militar para arrebatar Raqqa al Estado Islámico en junio del año pasado.
La Coalición no ha facilitado aún ninguna información sobre las medidas que adoptó para determinar la presencia de civiles antes de llevar a cabo estos ataques concretos. Por ejemplo, no ha revelado cuánto tiempo mantuvo bajo observación los edificios antes de atacarlos y cómo trianguló los datos iniciales con otras fuentes de información.
La punta del iceberg
El informe de Amnistía Internacional puso de relieve cuatro casos que afectaban a algunas de las familias destrozadas por los ataques de la Coalición como ejemplos emblemáticos de una constante general en la operación militar de Raqqa.
Pero la Coalición llevó a cabo miles de ataques en esta población, muchas más de las que Amnistía Internacional o cualquier otra organización podría investigar y documentar.
Aunque la Coalición ha admitido ahora haber causado la muerte de ocho civiles en un ataque el 28 de junio de 2017, ese día realizó otros 16 ataques en la ciudad.
También reconoce que el 18 de julio de 2018 mató a 11 civiles en un ataque, pero ese día realizó otros 46 ataques.
Del mismo modo, admite haber matado a 16 civiles en uno de los 29 ataques que lanzó el 12 de octubre contra Raqqa.
La Coalición ha admitido haber matado a 42 civiles en dos ataques perpetrados el 20 de agosto: sólo dos de los 52 ataques que lanzó ese día contra Raqqa.
Estos son sólo algunos días de los cuatro meses que duró la operación militar en la que las fuerzas de la Coalición golpearon implacablemente Raqqa, “cada minuto de cada hora”, en palabras del sargento mayor del ejército estadounidense John Wayne Troxell.
“La admisión de la Coalición, basada en las investigaciones de Amnistía Internacional, muestra el valor de las investigaciones de campo y expone defectos de procedimiento de las investigaciones de la Coalición que hay que subsanar. Si no se investigan rigurosamente los miles de ataques de la Coalición en Raqqa, es probable que nunca se determine la verdadera escala de las muertes de civiles y que la Coalición continúe rechazando la mayoría de las acusaciones en una terrible negación de vida y dignidad para la población civil de Raqqa”, concluyó Donatella Rovera.