Unas 5.000 personas viven en el asentamiento de Hopley, a unos 10 km al sur de la capital de Zimbabue, Harare. Las condiciones son terribles: la mayoría viven en chozas abarrotadas hechas con plásticos, sin apenas protección frente al frío o la lluvia. El acceso a agua no contaminada e instalaciones higiénicas es un problema: la gente recurre a pozos no protegidos excavados en sus pequeños terrenos, algunos de ellos junto a letrinas.