Las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) solicitantes de asilo o refugiadas que viven en uno de los campos de personas refugiadas más grandes de Kenia sufren habitualmente crímenes de odio, violencia (incluida violación) y otros abusos graves contra los derechos humanos. Así lo han manifestado la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas (NGLHRC) y Amnistía Internacional en un informe conjunto.
El campo de Kakuma, en el noroeste de Kenia, alberga a más de 200.000 personas solicitantes de asilo y refugiadas, entre ellas cientos de personas LGBTI. El informe expone con detalle la discriminación extrema y la violencia que sufren las personas LGBTI que viven en Kakuma, tanto debido a su condición de solicitantes de asilo o refugiadas como a su orientación sexual, identidad y/o expresión de género y característica sexuales.
“Las personas LGBTI en el campo de Kakuma han sufrido violencia física y sexual y otros abusos graves contra los derechos humanos, como violaciones de su derecho a no sufrir tortura y malos tratos, debido a su orientación sexual, su identidad y/o expresión de género o sus características sexuales”, ha manifestado Victor Nyamori, investigador y asesor de Amnistía Internacional sobre derechos de las personas refugiadas y migrantes.
“Estos crímenes de odio son una manifestación criminal de la discriminación que sufren las personas LGBTI refugiadas y solicitantes de asilo.”
El informe, basado en entrevistas con 41 personas solicitantes de asilo y refugiadas LGBTI entre 2018 y febrero de 2023, detalla de qué manera los autores de violencia e intimidación contra las personas LGBTI cometen sus crímenes con una impunidad casi total, posibilitada por la inacción de las autoridades.
El director ejecutivo de Amnistía Internacional Kenia, Irungu Houghton, ha declarado: “A pesar de que la Constitución protege la vida y la dignidad de todas las personas, los y las solicitantes de asilo LGBTI sufren tanto discriminación como actitudes homófobas y tránsfobas de funcionarios del gobierno, la policía y otros proveedores de servicios. Esto se refleja a menudo en demoras en el procesamiento de sus solicitudes de asilo, acoso, ataques homófobos violentos, amenazas e intimidación, y oportunidades extremadamente limitadas de integración local o reasentamiento en terceros países. El nuevo Plan Marshal propuesto por el gobierno de Kenia para las personas refugiadas debe abordar también las experiencias a las que se enfrentan las personas LGBTI solicitantes de asilo”.
Las relaciones entre personas del mismo sexo son ilegales en 32 de los 54 países de África, y pueden ser castigadas incluso con la muerte o con largas penas de prisión. En Kenia, ese tipo de relaciones sigue siendo punible con hasta 14 años de prisión en virtud de leyes de la era colonial.
“Los crímenes de odio tienen repercusiones perjudiciales y duraderas en sobrevivientes y comunidades, y exigen una respuesta coherente y exhaustiva de las personas responsables de formular políticas, las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley y el sistema de justicia penal”, ha manifestado Njeri Gateru, directora ejecutiva de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas (NGLHRC).
Testimonios
Los testimonios recogidos en el informe indican que, en el campo para personas refugiadas de Kakuma, hay una inacción sistemática y generalizada de la policía, que no ha investigado sin dilación ni de forma efectiva, independiente y exhaustiva las denuncias de crímenes de odio realizadas por personas LGBTI solicitantes de asilo y refugiadas.
Esther, lesbiana de 41 años, denunció haber sido violada dos veces en el campo de Kakuma. A principios de 2018 fue atacada por dos hombres armados con cuchillos mientras se daba una ducha en un lugar cercano a la entrada del campo. Uno de los hombres la violó mientras el otro la sujetaba. Ese mismo año fue violada por segunda vez por cuatro hombres durante un robo en su casa, en presencia de su hijo de siete años, con el que compartía cama.
Winnie, lesbiana, tenía un puesto en el mercado al que solían acudir a comprar amistades LGBTI. Según contó al equipo de investigación, un día, en 2019, se fue a trabajar y dejó a uno de sus hijos a cargo del puesto. Un grupo de personas destruyó el puesto e hirió al niño, diciendo que la clientela LGBTI afectaba a los demás puestos. Cuando Winnie acudió a denunciar lo sucedido, la policía le dijo que buscara a los atacantes y los llevara a la comisaría para que los detuvieran.
Amnistía Internacional y NGLHRC han concluido que el complejo del campo para personas refugiadas de Kakuma aún no es seguro para las personas LGBTI solicitantes de asilo y refugiadas. Las organizaciones alegan que, para que la nueva Ley de Refugiados (2021) transforme la política de campos de Kenia y convierta la integración local en una solución duradera para las personas LGBTI, el gobierno de Kenia, el ACNUR y gobiernos de terceros países deben actuar sobre las recomendaciones del informe.
NGLHRC y Amnistía Internacional piden al gobierno de Kenia que garantice con carácter urgente la seguridad física y psicológica de todas las personas LGBTI solicitantes de asilo y refugiadas en el complejo del campo para personas refugiadas de Kakuma. Asimismo, las autoridades deben debatir y acordar con las personas afectadas y la comunidad LGBTI en general las medidas para prevenir los crímenes de odio y otras formas de discriminación y responder a ellos de forma efectiva.
Para garantizar que se prestan servicios a las personas LGBTI solicitantes de asilo y refugiadas, las autoridades deben modificar o suspender la política de campos y considerar la reubicación, temporal o permanente, de personas LGBTI en Nairobi u otras zonas urbanas.
NGLHRC y Amnistía Internacional también piden a terceros países que aumenten sus compromisos respecto al reasentamiento y que establezcan o mejoren vías alternativas flexibles para las personas LGBTI solicitantes de asilo y refugiadas en Kenia que necesiten seguridad en un tercer país pero no reúnan los requisitos para el reasentamiento tradicional u otras vías.
Información complementaria
Kenia es el único país del África oriental y el Cuerno de África que ofrece asilo a personas que buscan protección debido a su orientación sexual, identidad y/o expresión de género, y características sexuales.
En toda esta región, la criminalización de las prácticas y relaciones entre personas del mismo sexo, la legislación contra las personas LGBTI, y las tradiciones culturales y religiosas siguen obligando a estas personas a huir.
Muchas huyen a Kenia por su proximidad geográfica. Sin embargo, la legislación nacional de Kenia penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo, y se cometen abusos contra los derechos de las personas LGBTI.
En abril de 2023, un miembro del Parlamento keniano publicó un proyecto de ley de Protección de la Familia que pretende criminalizar aún más las relaciones entre personas del mismo sexo, convierte en ilegal que cualquier proveedor preste servicios a las personas LGBTI y obliga al gobierno de Kenia a denegar el asilo o expulsar a las personas LGBTI a causa de su sexualidad o su orientación sexual.