Nuevos testimonios de testigos presenciales reunidos por Amnistía Internacional indican que la Fuerza Aérea egipcia no tomó todas las precauciones necesarias al perpetrar un ataque que causó la muerte de siete civiles en un barrio residencial de la ciudad libia de Derna el 16 de febrero.
Es una más de una cadena de atrocidades –algunas constitutivas de crímenes de guerra– cometidas en las últimas semanas que demuestran que, con la escalada de violencia en Libia, los civiles están siendo los más perjudicados por los ataques de represalia.
Según las autoridades libias, en el último de estos episodios, el 20 de febrero, murieron 42 personas, incluidos civiles, en bombardeos dirigidos contra objetivos militares y civiles en la ciudad oriental de Gubba. Un grupo autodenominado “Provincia de Barqa del Estado Islámico” reivindicó la autoría de los ataques de represalia por los bombardeos aéreos egipcios.
“La población civil de Libia corre peligro de muerte en medio de la espiral de ataques de represalia cometidos por todas las partes, más descontrolada si cabe tras el atroz asesinato de los 21 coptos egipcios,”, ha afirmado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
La población civil de Libia corre peligro de muerte en medio de la espiral de ataques de represalia cometidos por todas las partes, más descontrolada si cabe tras el atroz asesinato de los 21 coptos egipcios.
Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África
“Los ataques que no distinguen entre civiles y combatientes constituyen crímenes de guerra. El asesinato, cuando se perpetra como parte de un ataque sistemático y generalizado contra la población civil, es un crimen contra la humanidad.”
El ejército egipcio realizó ataques aéreos con aviones de combate F-16 en la ciudad portuaria del este del país como medida de represalia por los asesinatos ampliamente divulgados de los 21 hombres –en su mayoría cristianos coptos egipcios– a manos de un grupo autodenominado “Provincia de Trípoli del Estado Islámico”. Los asesinatos, que fueron un crimen de guerra, llevaron a Egipto y al gobierno de Libia reconocido por la ONU a pedir el levantamiento de un embargo sobre el suministro y la transferencia de armas a las fuerzas libias.
Sin embargo, la investigación de Amnistía Internacional indica que el ejército egipcio no tomó las precauciones necesarias para evitar causar incidentalmente daños a civiles, o minimizarlos, durante sus ataques aéreos sobre Derna el 16 de febrero.
“Egipto acaba de engrosar las filas de quienes ponen en peligro la vida de la población civil de Libia. Es preciso que se investigue la muerte de siete civiles, seis de ellos en su propio hogar, ya parece haber sido un ataque desproporcionado”, ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui.
Egipto acaba de engrosar las filas de quienes ponen en peligro la vida de la población civil de Libia. Es preciso que se investigue la muerte de siete civiles, seis de ellos en su propio hogar, ya parece haber sido un ataque desproporcionado.
Hassiba Hadj Sahraoui.
“Las autoridades egipcias deben dar a conocer públicamente información detallada sobre todos los ataques aéreos efectuados en Derna el 16 de febrero, incluidos los objetivos, así como las medidas adoptadas para evitar causar incidentalmente daños a civiles.”
“Aunque el ejército egipcio pensara que había combatientes presentes en la vivienda o sus alrededores, tenía que haber tomado las precauciones necesarias para detectar la presencia de otras personas en la casa y en el vecindario y así evitar causar muertes civiles, o al menos minimizar ese riesgo.”