¿Por qué es República Democrática del Congo un país asolado por el conflicto?

La crisis de República Democrática del Congo (RDC) tiene su origen en una serie de luchas poscoloniales por el poder, que comenzaron tras acceder el país a la independencia de Bélgica en 1960. Decenios de conflicto han sido alimentados por las tensiones étnicas, las rivalidades políticas, la corrupción y la lucha por el control de los valiosos recursos naturales. 

El conflicto actual de República Democrática del Congo perdura desde la década de 1990, sobre todo en la parte oriental del país, que tiene fronteras con Sudán del Sur, Uganda, Ruanda, Burundi y Tanzania. La violencia entre comunidades estalla con regularidad en otras regiones, como ha ocurrido recientemente en las provincias de Kasaï, Tshopo, Mai-Ndombe, Kwilu y Kwango, en el centro, sur y oeste del país.

Actualmente hay más de 100 grupos armados activos en República Democrática del Congo. Muchos de ellos son milicias locales que tratan de proteger sus comunidades después de más tres decenios de agitación. Las lealtades y las rivalidades entre los grupos evolucionan constantemente, y por lo general se rigen por las identidades étnicas, los intereses económicos y la manipulación política.

¿Cuáles son los factores principales que impulsan el conflicto?

La deficiente gobernanza, la mala gestión de la construcción del Estado-nación poscolonial, el conflicto por la tierra y otros recursos naturales son algunos de los factores que impulsan el conflicto. También existen profundas divisiones entre los grupos étnicos que en gran medida son el resultado de la historia colonial de la región y de los agravios históricos derivados de cinco decenios de agitación casi continua.

Legado colonial

El legado colonial sigue influyendo en las tensiones étnicas en República Democrática del Congo. Como muchos países africanos, sus fronteras fueron trazadas por las potencias coloniales europeas, que agruparon a grupos étnicos diversos sin prestar mucha atención a las rivalidades históricas. La práctica colonial de “divide y vencerás” agudizó estas tensiones al intentar las autoridades coloniales mantener el control sobre las poblaciones locales sometidas.  

Recursos naturales

República Democrática del Congo es un país rico en recursos naturales, como coltán, oro, diamantes y cobalto. La explotación de estos minerales es un importante motor de los prolongados conflictos entre los grupos. Algunos grupos armados se financian mediante el control de estos recursos. 

Un soldado monta guardia mientras un grupo de personas presencia una ceremonia de inhumación de las víctimas de un ataque con bombas contra un campo de personas desplazadas cerca de Goma, en Kibati, República Democrática del Congo, 15 de mayo de 2024. El 3 de mayo de 2024, unas bombas impactaron en casetas del campo para personas desplazadas de Mugunga, a las afueras de Goma.

Gobernanza débil

Mobutu Sese Seko tomó el poder en el Congo en 1965, rebautizó el país como Zaire y lo gobernó durante los 32 años siguientes. Su régimen se caracterizó por la débil gobernanza y los altos índices de corrupción. Tras el derrocamiento del régimen de Mobutu en 1997, los grupos armados florecieron en el marco de las luchas locales y regionales para conseguir influencia y de la inacción del Estado a la hora de prestar servicios esenciales y proporcionar seguridad a la población. La falta de oportunidades económicas y desarrollo impulsó a muchas personas a unirse a los grupos armados, lo que desestabilizó aún más el país. 

Intervención extranjera

Los países vecinos, en particular Ruanda y Uganda, han desempeñado un papel decisivo en los conflictos de República Democrática del Congo, ya sea respaldando a grupos armados o interviniendo militarmente por motivos políticos, económicos o de seguridad. Las secuelas del genocidio de Ruanda en 1994 contra la minoría tutsi, hutus moderados y miembros de un tercer grupo étnico, el twa, tuvieron consecuencias especialmente devastadoras en el este de República Democrática del Congo y contribuyeron a dos conflictos importantes, que suelen recibir el nombre de Primera Guerra del Congo (1996-1997) y Segunda Guerra del Congo (1998-2003). Estos conflictos, a los que a veces se denomina “Guerra Mundial de África”, afectaron a numerosos países africanos y grupos armados que combatieron en territorio congoleño.  

Sin vías efectivas para acceder a la justicia

La impunidad por los abusos y violaciones de derechos humanos, entre ellos crímenes de guerra y de lesa humanidad, prevalece en la región. Los responsables de estos actos rara vez rinden cuentas. Con frecuencia se niega a las víctimas la justicia necesaria para romper el círculo vicioso de violencia que aflige a la población de República Democrática del Congo. 

¿Cuál es contexto histórico del conflicto?

República Democrática del Congo y los países vecinos de la región africana de los Grandes Lagos comparten una larga historia de violencia, explotación y sufrimiento brutales que se remonta al siglo XVI.

La esclavitud y la colonización, primero por el rey Leopoldo II de Bélgica y después por el reino de Bélgica, se caracterizó por una violencia salvaje, que incluía secuestros y asesinatos masivos, mutilaciones, extracción y expolio de recursos naturales y otras violaciones de derechos humanos. La potencia colonial también practicó tácticas de “divide y vencerás” que agudizaron fisuras profundamente arraigadas entre comunidades y grupos étnicos. Estas tensiones persistieron incluso después de la independencia de Bélgica en 1960.

En 1994, 800.000 personas fueron masacradas durante el genocidio de Ruanda. El genocidio fue obra de milicias progubernamentales dirigidas por hutus, que atacaron a miembros de la comunidad minoritaria tutsi y a cualquier persona que intentara protegerlos. Una rebelión encabezada por tutsis puso fin a 100 días de masacres con una marcha sobre la capital de Ruanda, Kigali, que empujó a millones de ruandeses, entre ellos miembros de las milicias y fuerzas de seguridad que habían cometido el genocidio, a cruzar la frontera y buscar refugio en República Democrática del Congo, entonces llamada Zaire. Poco después, el nuevo gobierno de Kigali, liderado por tutsis, se alió con los ejércitos de Uganda y Burundi y con grupos armados congoleños para invadir República Democrática del Congo y derrocar al gobierno de Mobutu.  

Las guerras subsiguientes se conocen con el nombre de Primera y Segunda Guerras del Congo (1996-1997 y 1998-2002). Algunos de los principales conflictos armados en curso en el este de República Democrática del Congo son una continuación de esas guerras. Numerosos grupos armados surgieron de estas turbulencias, cada uno de ellos con alianzas y rivalidades en constante evolución con los diversos poderes políticos y autoridades estatales partes en el conflicto. Estos conflictos interrelacionados se caracterizaron por una sucesión de crímenes de derecho internacional y otras violaciones de derechos humanos, incluidos homicidios masivos, desapariciones forzadas, violaciones y otros actos de violencia sexual y tortura. 

an archive picture of a crowd of refugees walking together down a road. Many of them are carrying large bags over their heads.
Personas refugiadas ruandesas cruzan la frontera de Zaire en Goma para huir del avance de las tropas del Frente Patriótico Ruandés (FPR) en la ciudad noroccidental de Gisenyi el 19 de julio de 1994.

¿Como afecta el conflicto a la población congoleña?

Los conflictos en República Democrática del Congo han desencadenado una catástrofe de derechos humanos.Miles de civiles están atrapados en el fuego cruzado, y la violencia sexual es generalizada. Se han documentado crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Las personas que sobreviven a la violencia sufren desplazamiento masivo, hambre, enfermedades y pobreza.

  • Lesiones y homicidios masivos a consecuencia de ataques dirigidos contra civiles y ataques indiscriminados.
  • Violaciones masivas y otros actos de violencia sexual.  
  • Tortura, desaparición forzada y reclusión arbitraria.
  • Desplazamiento masivo y falta de acceso a alimentos y refugio.  
  • Pobreza y falta de acceso a atención de la salud y educación. 

Lesiones y homicidios masivos   

Con frecuencia, los combates entre las fuerzas armadas en República Democrática del Congo se caracterizan por ataques selectivos o indiscriminados que dan lugar a lesiones y homicidios masivos. Más de 6 millones de personas han muerto a consecuencia del conflicto en República Democrática del Congo desde 1998, muchas de ellas por hambre o enfermedades.

Actualmente, la intensificación de los combates en la provincia de Kivu Septentrional está causando muertes entre la población civil. Entre las víctimas se cuentan las personas que viven en emplazamientos destinados a personas internamente desplazadas, que son blanco frecuente de bombardeos.

Violaciones masivas y otros actos de violencia sexual 

Fuentes de la ONU y de ONG han informado de violaciones y violencia sexual masivas en República Democrática del Congo, principalmente contra mujeres, niñas y niños. Algunas víctimas de estos ataques sólo tenían nueve años. La violencia sexual es endémica en República Democrática del Congo, y algunos estudios han revelado que más de 1,5 millones de mujeres han sido violadas a lo largo de su vida en el país.

Personas expertas, entre ellas el Premio Nobel de la Paz Denis Mukegwe, califican la violencia sexual generalizada en República Democrática del Congo de ejemplo claro de uso de la violación como arma de guerra.

People walk in a line, carrying belongings like mattresses and suitcases with them.
Unas personas transportan algunas de sus pertenencias en su huida del territorio de Masisi tras los enfrentamientos entre rebeldes del M23 y fuerzas gubernamentales, en una carretera cerca de Sake el 7 de febrero de 2024. Las tensiones en Masisi han desplazado a las personas que residían en muchas localidades y han desbordado los centros de salud, según fuentes humanitarias. 

Tortura, desaparición forzada y reclusión arbitraria masiva 

Miles de personas han sufrido tortura y otros tratos crueles como consecuencia de los combates en República Democrática del Congo. En 2022, un informe de la ONU reveló que tanto las autoridades estatales como los grupos armados no estatales infligían tortura a la población.

También hay casos de desaparición forzada o detención arbitraria, entre otros abusos.

Desplazamiento masivo y falta de acceso a alimentos y refugio   

Los combates en República Democrática del Congo han alimentado un desastre humanitario; millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en busca de seguridad. En abril de 2024, 7,3 millones de personas estaban internamente desplazadas por el conflicto, en lo que constituye una de las mayores crisis de desplazamiento forzado del mundo.

Las personas que viven en las zonas más afectadas por el conflicto, incluidas personas internamente desplazadas, están aisladas de las rutas de abastecimiento. Esto, unido al deficiente acceso a atención de la salud, alimentos y refugio y al grave hacinamiento y la falta de recursos destinado a ayuda, supone una crisis humanitaria catastrófica.

Pobreza y falta de acceso a atención de la salud y educación  

Aunque posee recursos valiosos como cobalto y cobre, República Democrática del Congo es uno de los cinco países más pobres del mundo. Se calcula que el 74,6 por ciento de la población del país vivía con menos de 2,15 dólares estadounidenses al día en 2023.

La falta de oportunidades económicas es una barrera que impide el acceso de la población a sus derechos humanos a atención de la salud, alimentos y educación. También alimenta los conflictos armados y la violencia entre comunidades.

¿Qué tiene que ocurrir para que se ponga fin a los combates en República Democrática del Congo? 

  • Verdad, justicia y reparación para las víctimas de los conflictos. 
  • Ayuda humanitaria.  
  • Empoderar a la sociedad civil en República Democrática del Congo.  

La justicia y la rendición de cuentas son fundamentales para romper este ciclo de violencia. Los autores de crímenes de derecho internacional y otras atrocidades deben ser investigados, enjuiciados y castigados ante los tribunales, ya sean nacionales o internacionales. Las personas supervivientes y las víctimas tienen derecho a obtener justicia por lo que sufrieron.

Además de mejorar el acceso a la justicia, los Estados deben ocuparse también de los agravios históricos y garantizar que proporcionan y facilitan la verdad y las reparaciones. Reconocer el dolor de los 6 millones de víctimas de los conflictos de República Democrática de Congo y asegurarse de que el mundo oye sus historias servirá de recordatorio del costo real de la guerra.

Amnistía tiene el compromiso de presionar para mejorar el acceso a la justicia en República Democrática del Congo.   

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