La ONU ha publicado un nuevo informe que da cuenta de lo generalizada que está la tortura entre la policía y las fuerzas de seguridad mexicanas, y que debe mover a las autoridades a abordar esta lacra de una vez por todas, ha manifestado hoy Amnistía Internacional.
El informe, elaborado por Juan E. Méndez, relator especial de la ONU sobre la cuestión de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, y presentado hoy al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, pone de relieve que, en numerosas ocasiones, las autoridades mexicanas no investigan las denuncias de tortura interpuestas por las víctimas y que los médicos forenses que trabajan para el gobierno a menudo hacen caso omiso de las señales de tortura.
“Este informe contundente y fundamental de un experto de la ONU de alto nivel sobre la tortura destaca el entorno de impunidad y brutalidad contra el que llevamos años haciendo campaña. El presidente Enrique Peña Nieto no puede aducir que desconoce el problema. Por el contrario, debe aceptar y aplicar todas las recomendaciones formuladas en el informe del relator especial de la ONU”, afirmó Erika Guevara-Rosas, directora del Programa Regional de Amnistía Internacional para América.
“La policía y los soldados han recurrido habitualmente a la tortura para castigar o extraer información o confesiones falsas a detenidos en la que dicen llamar guerra contra las drogas. Con frecuencia, se obliga a las víctimas a firmar declaraciones bajo tortura y, en muchos casos, se las condena únicamente sobre la base de tales declaraciones. Cuando se practican exámenes forenses, éstos suelen incumplir las normas internacionales.”
Amnistía Internacional pide al gobierno que garantice que expertos forenses practican sin demora exámenes imparciales y exhaustivos a toda persona que denuncie haber sufrido tortura. Asimismo, exhorta a las autoridades a que acepten como prueba válida en juicios los informes forenses elaborados por expertos independientes.
“Las investigaciones sobre las denuncias de tortura que se llevan a cabo en México están plagadas de deficiencias. Se ignoran sistemáticamente directrices acordadas en el ámbito internacional sobre cómo investigar los casos de tortura, tales como el Protocolo de Estambul, y a menudo las víctimas tienen que esperar meses o años para ser examinadas. Documentar la tortura es el primera paso para derribar el muro de impunidad”, declaró Erika Guevara Rosas.
En los últimos meses, Amnistía Internacional ha hecho campaña con el fin de pedir justicia para Ángel Colón y Claudia Medina, ambos torturados para extraerles confesiones falsas en dos casos diferentes.
Ángel fue sometido a simulacros de asfixia, humillado y golpeado por soldados mientras permanecía detenido en una base militar. Le costó cinco años conseguir que le practicaran un examen forense adecuado para documentar sus denuncias de tortura. Tal examen fue efectuado por un experto forense independiente, una vez que las autoridades no tomaron medidas al respecto.