Egipto: Debe investigarse la aparente tortura y muerte bajo custodia de un cristiano copto

Las autoridades egipcias deben llevar a cabo una investigación independiente, exhaustiva e imparcial sobre las denuncias de que agentes de policía torturaron hasta la muerte a un hombre esta semana en una comisaría de policía de El Cairo, ha afirmado hoy Amnistía Internacional, que insta a las autoridades a que garanticen que los testigos que prestaron declaración contra los presuntos autores reciben protección frente a amenazas o actos de hostigamiento.

El 18 de julio, unos agentes de policía detuvieron a Gamal Aweida, cristiano copto de 43 años, y a un amigo suyo en un café local y los llevaron a la comisaría de policía de Mansheyet Nasir para proceder a su interrogatorio en relación con un delito menor. Unas 15 horas más tarde, su familia recibió una llamada telefónica en la que se le comunicó que había muerto.

“Hay claros indicios de que Gamal Aweida murió torturado por la policía egipcia. Esta brutalidad es escandalosa y ocurre con excesiva frecuencia. Años de impunidad han envalentonado a los autores de esta clase de abusos en Egipto, y han dado carta blanca a las fuerzas de seguridad para infligir tortura y malos tratos a las personas detenidas sin ningún temor a las consecuencias”, ha afirmado Najia Bounaim, directora de Campañas para el Norte de África de Amnistía Internacional.

“Las autoridades debe abrir de inmediato una investigación que esclarezca las circunstancias de esta muerte.”

Años de impunidad han envalentonado a los autores de esta clase de abusos en Egipto, y han dado carta blanca a las fuerzas de seguridad para infligir tortura y malos tratos a las personas detenidas sin ningún temor a las consecuencias.

Najia Bounaim, directora de Campañas de Amnistía Internacional para el Norte de África.

El uso de la tortura y otros malos tratos por las fuerzas de seguridad es una práctica generalizada en Egipto, en la mayoría de los casos para obligar a las personas detenidas a “confesar” en causas penales. Las muertes bajo custodia después de tortura son frecuentes.

Hace sólo unos días, un informe de la Unión Europea (UE) sobre Egipto, publicado antes de las conversaciones de alto nivel que tendrán lugar en Bruselas la semana próxima, puso de relieve la tortura y la muerte bajo custodia policial.

“Es una vergüenza que, ni aun cuando Egipto y la UE se disponen a celebrar sus primeras conversaciones de alto nivel en años, las autoridades no se ocupen de poner fin a la tortura hasta la muerte bajo custodia policial. La UE debe plantear este caso a los representantes egipcios durante la reunión que se celebrará en Bruselas la semana próxima, y reclamar que estas violaciones de derechos humanos se investiguen y castiguen de manera efectiva”, ha afirmado Najia Bounaim.

Amnistía Internacional ha hablado con tres familiares de Gamal Aweida, con el abogado de la familia y con un abogado de derechos humanos que asistió al interrogatorio de testigos por la fiscalía. La información reunida sugiere de manera inequívoca que fue torturado hasta la muerte y que la policía ha intentado encubrirlo como suicidio.

Los indicios sugieren que Gamal Aweida, cristiano copto de 43 años, fue torturado hasta la muerte bajo custodia policial en Egipto © Particular
Los indicios sugieren que Gamal Aweida, cristiano copto de 43 años, fue torturado hasta la muerte bajo custodia policial en Egipto © Particular

Los policías que detuvieron a Gamal Aweida lo acusaron de obtener mediante fraude permisos de conducción para conductores de camión. Cuando la policía lo registró, encontró en su poder dos permisos de conducción, y de inmediato citó para su interrogatorio a los hombres cuyos nombres figuraban en los permisos.

Los familiares hablaron con un amigo que fue detenido con Gamal Aweida y con otros dos testigos arrestados más tarde y que estuvieron bajo custodia con él. Los tres hombres dijeron que la policía había intentado obligarlos a declarar contra Gamal Aweida. Dijeron que los agentes de policía comenzaron a golpearlos al negar que Gamal Aweida hubiera infringido la ley, y que querían que éste “confesara” y que el otro hombre prestara declaración en su contra.

Gamal Aweida entabló un altercado verbal con el agente policial a cargo porque éste lo maldecía y maldecía su religión mientras lo golpeaba. En ese momento, los agentes lo llevaron a otro lugar de la comisaría de policía. A la mañana siguiente, cuando lo llevaban al cuarto de baño, uno de los testigos vio a Gamal tendido en el suelo de una sala cercana. No supo si Gamal estaba vivo o muerto.

El 19 de julio, hacia las 13:00 horas, la familia de Gamal Aweida tuvo noticia de su muerte por un vecino que casualmente estaba en la comisaría de policía. Cuando los familiares preguntaron por su paradero en la comisaría, al principio los agentes les dijeron que lo estaban preparando para llevarlo a la fiscalía para que se procediera a su interrogatorio. Sin embargo, más o menos una hora más tarde, unos agentes de la comisaría les dijeron que se había suicidado ahorcándose.

La fiscalía informó más tarde a la familia de que el informe de la Autoridad de Medicina Forense afirmaba que la muerte había sido consecuencia de “presunta acción criminal y descenso severo de la circulación sanguínea”.

La UE debe plantear este caso a los representantes egipcios durante la reunión que se celebrará en Bruselas la semana próxima, y reclamar que estas violaciones de derechos humanos se investiguen y castiguen de manera efectiva.

Najia Bounaim, directora de Campañas de Amnistía Internacional para el Norte de África.

Uno familiar de Gamal Aweida dijo también a Amnistía Internacional que había visto hematomas en la parte superior de su cuerpo y en las piernas que sugerían que podría haber sido torturado. También expresó serias dudas sobre la afirmación de que habría podido hacerse con una cuerda, dado que lo habían registrado y se le habían confiscado todas sus pertenencias a su llegada a la comisaría de policía.

Su hermano también dijo a Amnistía Internacional: “Gamal tenía una posición económica desahogada, era un hombre feliz en su vida y padre de dos hijos; no es posible que se haya suicidado. Queremos justicia para él y queremos que se castigue a los responsables de su muerte.”

La fiscalía y la policía han intentado presionar a la familia para recibir el cuerpo, pero al principio se negaron a hacerlo hasta que se les dijeran los motivos de su muerte porque la iglesia no oficiaría las honras fúnebres si se dictaminaba que su muerte había sido un suicidio. La familia recibió el cuerpo ayer y la iglesia ofició los servicios fúnebres.

Los tres testigos quedaron en libertad la noche del 19 de julio tras declarar ante la fiscalía junto con los agentes de policía en relación con la muerte. Esa misma noche volvieron a citarlos en la comisaría de policía para nuevos interrogatorios, pero no acudieron por temor a que se tratara de un intento de presionarlos para que modificasen sus testimonios. La familia también ha presentado una denuncia ante la Fiscalía en la que afirma que Gamal fue torturado hasta la muerte.