Los dirigentes mundiales reunidos en Londres deben alcanzar un acuerdo radicalmente nuevo en favor de los refugiados sirios y los países de acogida

Los dirigentes mundiales reunidos en Londres esta semana con motivo de una conferencia de alto nivel sobre Siria deben comprometerse a firmar un ambicioso y transformador acuerdo multimillonario sobre los refugiados sirios y los países que los acogen en la región; así lo ha afirmado hoy una coalición mundial de más de 90 grupos humanitarios y de derechos humanos.

La coalición que representa, entre otras, a las organizaciones Malala Fund, Oxfam y Amnistía Internacional, ha afirmado que la conferencia, organizada por Reino Unido, Alemania, Noruega, Kuwait y la ONU, debe tener como resultado un plan radicalmente nuevo para los refugiados sirios y las comunidades que los acogen.

Mientras la crisis entra en su sexto año y el sufrimiento alcanza proporciones históricas en cuanto a intensidad y extensión, los bandos enfrentados por conflictos bélicos siguen cometiendo crímenes de guerra, como el asedio y los ataques selectivos contra civiles. En el interior de Siria, 13,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente y, por término medio, 50 familias sirias han sido arrancadas de sus hogares cada hora de cada día transcurrido desde que comenzó el conflicto  en 2011.

“No bastará simplemente con poner más dinero, aunque se necesita urgentemente”, ha afirmado Rouba Mhaissen, fundadora de Sawa for Development and Aid. “Londres debe significar un cambio radical en el alcance y los objetivos de la respuesta internacional. Después de cinco años, ya es hora de que hagan más que ofrecer con cuentagotas una ayuda humanitaria insuficiente. Los gobiernos deben hacer más para ayudar a la población siria a llevar una vida más digna y activa, así como para aliviar la carga de las comunidades de acogida en países vecinos. Deben respetarse los derechos de los refugiados, a quienes debe brindarse la oportunidad de trabajar y de educar a sus hijos.”

Londres debe significar un cambio radical en el alcance y los objetivos de la respuesta internacional.

Rouba Mhaissen, fundadora de Sawa for Development and Aid

En particular, la coalición insta a la conferencia a ofrecer nueva y significativa financiación multianual, fomentar nuevas asociaciones entre gobiernos, instituciones financieras, el sector privado y la sociedad civil, y sentar las bases para conseguir finalmente la recuperación y el crecimiento. En la conferencia deberán abordarse igualmente las causas del sufrimiento en el interior de Siria, como los ataques indiscriminados, el asedio y la privación de acceso a ayuda humanitaria.

“La población siria se enfrenta a una guerra sin ley y una guerra sin fin”, ha declarado David Miliband, presidente y director general del Comité Internacional de Rescate. “Las últimas imágenes terribles de la localidad sitiada de Madaya y la presión creciente que sufren los Estados vecinos deben impulsar a los dirigentes políticos a actuar. El sufrimiento incesante de la población siria debe ser un llamamiento global a la acción humanitaria para aliviar el sufrimiento, y a la acción política para poner fin a la guerra.”

La ONU pretende reunir 7.730 millones de dólares estadounidenses para responder a la crisis de Siria, y los planes nacionales de respuesta de los gobiernos regionales requieren otros 1.200 millones. En 2015, la ONU recibió menos del 60% de los fondos solicitados en sus llamamientos. Los participantes en la conferencia deberán hacerlo mejor este año y garantizar que la ONU y los países de acogida reciben el dinero necesario para apoyar a los afectados por el conflicto, en la actualidad y en años venideros. A esa cantidad deberían añadirse fondos procedentes del sector privado, así como el compromiso de las instituciones financieras de promover el crecimiento económico y crear empleo.

Es necesario un gran esfuerzo colectivo para ayudar a estabilizar las economías de la región, sobre todo las de Líbano y Jordania.

Ahmad Tarakji, presidente de la Sociedad Médica Siria Estadounidense

“Es necesario un gran esfuerzo colectivo para ayudar a estabilizar las economías de la región, sobre todo las de Líbano y Jordania”, ha afirmado Ahmad Tarakji, presidente de la Sociedad Médica Siria Estadounidense. “Los refugiados sirios necesitan esperanza y se les debe dar la oportunidad de construir un futuro propio. Deben respetarse sus derechos, y se les debe brindar la oportunidad de trabajar y de educar a sus hijos. Mientras, el hecho de que los países que están fuera de la región incrementen la ayuda humanitaria no los exime de su obligación de dar prioridad a la protección de la población civil y de poner fin del conflicto en Siria, así como de reasentar a la población refugiada siria y garantizar un procedimiento justo y seguro a quienes soliciten asilo en Europa.

La coalición afirmó que todo acuerdo surgido de la conferencia debe:

  • garantizar financiación significativa adicional para varios años a fin de cubrir las necesidades a más largo plazo de los refugiados y de los países que los acogen;
  • instar a una mayor protección de la población civil dentro y fuera de Siria, entre otras cosas poniendo fin a los ataques contra viviendas, escuelas y centros médicos, a las tácticas de asedio y a la obstaculización de la ayuda humanitaria;
  • permitir que los países de acogida de refugiados eliminen las barreras que impiden a la población refugiada trabajar y tener acceso a servicios básicos como la asistencia médica;
  • ofrecer garantías de que todos los niños refugiados sirios, así como los niños de las comunidades que los acogen, reciben educación segura y de calidad a partir del siguiente curso escolar;
  • plasmar el compromiso de reforzar el potencial de las instituciones financieras internacionales y las empresas líderes para invertir en la recuperación y el crecimiento económicos de la región;
  • habilitar mecanismos de coordinación y rendición de cuentas para cumplir con eficiencia el plan;
  • velar por los derechos y necesidades de las personas refugiadas, la población siria afectada por el conflicto y las pobres comunidades de acogida.