Las comunidades de Sierra Leona vuelven la espalda a la mutilación genital femenina.

Arun Turay, coordinador de Advocacy Movement Network (AMNET) Arun Turay, coordinador de Advocacy Movement Network (AMNET)

Romper el silencio

“Sierra Leona podría convertirse en una zona libre de mutilación genital femenina”, ha afirmado Arun Turay, coordinador de Advocacy Movement Network (AMNET) que, junto con Amnistía internacional, organizó los talleres para sensibilizar a las comunidades seleccionadas y empujarlas a tomar medidas para combatir la mutilación genital femenina.

Esta iniciativa se encuadra en el Proyecto Educación en Derechos Humanos en África de Amnistía Internacional que se desarrolla actualmente en siete comunidades del distrito de Kambia, en Sierra Leona. El Proyecto se centra en varias cuestiones de derechos humanos que afectan a las comunidades locales, entre ellas la mutilación genital femenina.

“Es muy difícil que la gente hable de estas cuestiones, pero como las comunidades tienen una sólida tradición de diálogo, reunimos a todos los miembros de la comunidad para hablar de los peligros de la mutilación genital femenina”, ha explicado Arun.

“Quedó claro que la gente sabía que quería abordar el problema pero no sabía cómo hacerlo. Ahora el proceso ha cambiado por completo las vidas de muchas mujeres y niñas.”

Arun mantiene un contacto asiduo con las comunidades.

“Hace sólo unos meses, los jefes me dijeron que el cambio de práctica ha sido ya plenamente aceptado y que la atención se ha trasladado ahora a educar a las niñas”, ha afirmado Arun.

La razón de que los acuerdos funcionen, dice Arun, es que la mayoría de los miembros de la comunidad están comprometidos con ellos como consecuencia de un proceso de diálogo puesto en marcha por los talleres.

“Hace sólo unos meses, los jefes me dijeron que el cambio de práctica ha sido ya plenamente aceptado y que la atención se ha trasladado ahora a educar a las niñas”

Arun Turay, coordinador de Advocacy Movement Network (AMNET)

140 millones de mujeres y niñas

La Organización Mundial de la Salud calcula que hasta 140 millones de mujeres y niñas han sido sometidas a mutilación genital en todo el mundo.

El procedimiento puede llevarse a cabo a diversas edades, desde poco después del nacimiento hasta cuando una mujer ha completado su desarrollo.

Las mujeres y niñas a las que se mutilan sus genitales externos a menudo sufren dolor severo, hemorragias, shock, dificultades para orinar, infecciones y en ocasiones incluso la muerte.

Muchas sufren también dolor crónico, dificultades durante el parto –incluido un riesgo mayor de mortalidad materna–, disminución del placer sexual y trastorno de estrés post-traumático.

Los líderes y miembros de las comunidades que apoyan y practican la mutilación genital femenina dicen que es necesaria para proteger el así llamado “honor” de las mujeres. Esta actitud refleja estereotipos muy extendidos acerca de la sexualidad de las mujeres, así como la creencia de que esta sexualidad debe ser controlada. Además, en algunas sociedades persisten creencias que consideran impuras a las mujeres no mutiladas y no les permiten manipular los alimentos y el agua.

La experiencia de Sierra Leona ha impulsado a Arun a ver el futuro con optimismo.

“Lo que ha ocurrido en las comunidades con las que trabajamos en Sierra Leona podría ocurrir en otros países de África o incluso en todo el mundo. El diálogo en la comunidad es una poderosa herramienta de educación en derechos humanos y puede llevar al cambio”, ha afirmado Arun.

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