Cinco razones por las que tienen importancia las marchas del Orgullo

Ahora que termina la temporada 2015 de las marchas del Orgullo, analizamos por qué siguen siendo tan importantes estas celebraciones para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) y sus activistas en todo el mundo.

1. Las personas siguen sufriendo agresiones por su orientación sexual o identidad de género, real o atribuida

Activistas en la marcha del Orgullo de Kiev (Ucrania), junio de 2015. © GENYA SAVILOV/AFP/Getty Images
Activistas en la marcha del Orgullo de Kiev (Ucrania), junio de 2015. © GENYA SAVILOV/AFP/Getty Images

Las amenazas, la violencia y el hostigamiento contra personas LGBTI son moneda corriente, incluso durante las marchas del Orgullo. Hay países en los que no es posible celebrar una marcha del Orgullo sin una fuerte presencia policial. Este año, 250 personas se manifestaban pacíficamente por el Orgullo en Kiev (Ucrania) cuando unos contramanifestantes arremetieron violentamente contra el desfile e hirieron a 10 personas. En muchos países, como Ucrania, los delitos cometidos por la orientación sexual o la identidad de género, real o atribuida, no se enjuician como crímenes de odio y a veces no se llegan ni a investigar.

Los crímenes de odio homófobos y transfóbicos tienen un efecto devastador en las comunidades LGBTI. El miedo a ser objetivo de agresiones impulsa a las personas a ocultar su identidad. Cuando los agresores quedan impunes, cunde la desconfianza hacia la policía y los tribunales. Es más, no se denuncian todos los delitos de odio que se cometen, lo que significa que las personas no reciben la apremiante protección que necesitan.

2. Las marchas del Orgullo son una oportunidad para cuestionar la legislación homófoba y transfóbica

La policía antidisturbios rusa detiene al activista Nikolai Alexeyev durante una concentración no autorizada por los derechos LGBTI en Moscú, mayo de 2015. © DMITRY SEREBRYAKOV/AFP/Getty Images
La policía antidisturbios rusa detiene al activista Nikolai Alexeyev durante una concentración no autorizada por los derechos LGBTI en Moscú, mayo de 2015. © DMITRY SEREBRYAKOV/AFP/Getty Images

En Moscú (Rusia) está prohibida la celebración de marchas del Orgullo desde 2006 y, tras la decisión adoptada en 2012 por el Tribunal Municipal de Moscú, lo estará en los próximos 100 años. Por otra parte, en 2013 se promulgó una ley federal que prohíbe la promoción de las “relaciones sexuales no tradicionales” entre personas menores de edad. Dicho en pocas palabras, la ley prohíbe el activismo LGBTI, así como a los grupos que apoyan estos derechos, y castiga a las personas por manifestar su orientación sexual o su orientación de género, por ejemplo, en marchas del Orgullo.

Este año se ha detenido a tres activistas por intentar celebrar una marcha del Orgullo en Moscú. Sin embargo, hay atisbos de esperanza, pues también este año más de 350 personas han podido celebrar en San Petersburgo el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia. El constante empeño de los activistas LGBTI rusos por organizar la marcha del Orgullo no radica únicamente en el acto en sí, sino que cuestiona con valentía las injustas leyes vigentes en Rusia que restringen la libertad de expresión y de reunión pacífica.

3. Los derechos nunca deben darse por supuestos

Enfrentamiento entre la policía antidisturbios turca y activistas en Estambul, junio de 2015. © OZAN KOSE/AFP/Getty Images
Enfrentamiento entre la policía antidisturbios turca y activistas en Estambul, junio de 2015. © OZAN KOSE/AFP/Getty Images

No se deben dar las cosas por supuestas, ni siquiera en países en los que antes se permitía la celebración de marchas del Orgullo. Este año se ha prohibido en tres ocasiones lo que habría sido la primera marcha del Orgullo en la historia de Nikšić (Montenegro). Las autoridades denegaron la autorización por motivos de seguridad, pero la policía de Nikšić no cooperó con los organizadores, que estaban dispuestos a tratar los aspectos de la convocatoria para resolver todo riesgo de seguridad.

En Estambul, las autoridades turcas decidieron prohibir la marcha del Orgullo de este año, pese a que estos actos han tenido lugar desde 2003 sin incidentes. A pesar de la prohibición se congregaron 5.000 personas que se manifestaron pacíficamente, pero la policía las dispersó usando gas lacrimógeno, proyectiles de pimienta y cañones de agua. Por desgracia, esta lamentable ofensiva forma parte de una larga serie de severas restricciones del derecho de reunión pacífica, pero aun así ha causado conmoción en un país donde el año pasado la marcha del Orgullo atrajo hasta 90.000 personas.

4. Las marchas del Orgullo ayudan a cambiar la mentalidad de la gente

EuroPride, marcha del Orgullo de Riga (Letonia), junio de 2015. © Amnesty International
EuroPride, marcha del Orgullo de Riga (Letonia), junio de 2015. © Amnesty International

Es posible cambiar las cosas, incluso cuando existen actitudes homófobas y transfóbicas. Cuando 70 activistas LGBTI desfilaron en 2005 por las calles de Riga (Letonia) en la primera marcha del Orgullo del país, les salieron al encuentro más de 2.000 contramanifestantes, y muchos de los activistas fueron agredidos. Diez años después han participado más de 5.000 personas en la marcha del Orgullo de 2015, con la presencia de tan sólo 40 contramanifestanes y ningún incidente grave del que se haya tenido noticia. “Tanto las personas que nos manifestábamos como quienes nos observaban estaban alegres; muchos transeúntes nos saludaban con la mano”, afirmó Rupert, activista del grupo de Amnistía Alemania sobre los derechos de las personas genderqueer.

Igualmente, la marcha del Orgullo de Belgrado (Serbia) se celebró con éxito en 2014 y 2015 tras haber sido prohibida tres años seguidos. En ambos casos, los actos discurrieron pacíficamente y según el plan de los organizadores, y contaron con la protección adecuada de la policía. De este modo se transmite un mensaje firme a la población local, así como a otras ciudades y a países vecinos. Se demuestra así que las autoridades están comprometidas a defender los derechos LGBTI y que el activismo puede cambiar las cosas.

5. Las marchas del Orgullo empoderan a la gente

Marcha del Orgullo de Podgorica (Montenegro), 2014.
Marcha del Orgullo de Podgorica (Montenegro), 2014.

Las marchas del Orgullo tienen que ver con los derechos humanos: empoderan a las personas LGBTI para reivindicar los derechos y las libertades que se les niegan, así como el espacio público del que a menudo se las excluye. Tener visibilidad es fundamental, sobre todo cuando el Estado y grupos de oposición hacen todo lo posible por marginar a las personas LGBTI. Cuando 160 activistas se echaron a las calles de Podgorica para celebrar la marcha del Orgullo en 2014, se temía que los agrediesen como en años anteriores. Afortunadamente, el acto transcurrió sin incidentes.

Al combatir el sentimiento de vergüenza y el estigma social y al plantar cara a las amenazas y la violencia, las marchas del Orgullo no son sólo oportunidades inspiradoras para celebrar la diversidad, sino también una declaración de intenciones. A través de estos actos, las personas que se manifiestan declaran que no se dejarán intimidar, que seguirán reclamando igualdad y que los derechos LGBTI son derechos humanos.