Amnistía Internacional expresa su consternación por las acciones de las autoridades turcas, que el 28 de junio impidieron la celebración de la marcha anual del Orgullo después de que miles de personas se hubieran congregado en Taksim, en el centro de Estambul. La policía usó arbitrariamente la fuerza contra los manifestantes pacíficos que intentaban celebrar el Orgullo, a los que atacaron con un cañón de agua, gas lacrimógeno y proyectiles de pimienta.