Las autoridades egipcias han mantenido e intensificado la última campaña de represión contra la disidencia, que comenzó en diciembre de 2017, antes de las elecciones presidenciales, ha afirmado Amnistía Internacional. Durante los últimos 10 meses, las fuerzas de seguridad han detenido y recluido arbitrariamente al menos a 111 personas exclusivamente por expresar pacíficamente opiniones críticas sobre las autoridades o por convocar o participar en protestas o reuniones políticas. Al menos 70 de ellas continúan encarceladas y se enfrentan a cargos que comportan penas de hasta 15 años de prisión.