Resumen

Seas quien seas, y vivas donde vivas, las decisiones que afecten a tu cuerpo deberían ser tuyas.

Sin embargo, en todo el mundo, muchas personas somos perseguidas por ejercer este derecho, y a muchas más se les impide totalmente ejercerlo. Los gobiernos intentan dictarnos a quién podemos besar, a quién podemos amar, cómo debemos vestirnos, cuándo podemos tener hijos y cuántos podemos tener.

El significado de los derechos sexuales y reproductivos es que cada cual es libre de decidir sobre su cuerpo y de:

• obtener información precisa sobre estos asuntos;
• acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, lo que incluye los de contracepción;
• elegir si desea casarse, cuándo y con quién;
• decidir si quiere tener hijos y cuántos.

De esos derechos se desprende también que debemos poder vivir sin ningún tipo de violencia sexual, lo que incluye violaciones, mutilación genital femenina, embarazos forzados, abortos forzados y esterilización forzada.

Amnistía Internacional trabaja para asegurar que tenemos control sobre nuestras decisiones en materia de sexualidad y reproducción.

En 2013, las autoridades de El Salvador se negaron a permitir que Beatriz, de 22 años, se sometiera a un aborto, pese a que sufría diversas enfermedades graves que hacían muy posible que el embarazo minase su salud y acabase con su vida. Las probabilidades de que el feto sobreviviese tras el parto eran muy escasas. Tras meses de presión por parte de activistas de El Salvador y de todo el mundo, el gobierno salvadoreño acabó por autorizar que se le practicase una cesárea prematura. “Sin su apoyo no lo hubiera podido lograr”, aseguró Beatriz. “Espero que mi ejemplo sirva para que otras mujeres no pasen por lo que yo sufrí.”

Mujeres encadenadas ante la sede de la Corte Suprema de Justicia durante una protesta en apoyo de una mujer de 22 años identificada como “Beatriz” en San Salvador (El Salvador), 15 de mayo de 2013. 

El problema

Nuevas amenazas para la igualdad y para nuestras vidas

Hoy en día, muchos de los últimos avances realizados por valientes activistas están en peligro.

  • En diciembre de 2013, el Tribunal Supremo de India falló que las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo siguieran siendo delito.
  • En enero de 2014, la Ley (de Prohibición) del Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo, altamente represiva, entró en vigor en Nigeria.
  • En enero de 2014, la nueva Ley de Protección de la Vida durante el Embarazo entró en vigor en Irlanda. Esta ley mantiene la tipificación del aborto y lo castiga con condenas de prisión de 14 años.

Muchos grupos están presionando a los gobiernos, a Naciones Unidas y a otros organismos regionales e internacionales para limitar los derechos sexuales y reproductivos. Se trata de una iniciativa impulsada por grupos de interés organizados y bien financiados, entre los que hay poderosas instituciones religiosas.

Algunos gobiernos, desde los máximos niveles, están escuchando a estos grupos y poniendo en tela de juicio los “derechos sexuales y reproductivos” y la “igualdad de género”, o tildando de concepto occidental el principio de “derechos humanos para todas las personas”.

Lo que es evidente es que se están cuestionando nuestros derechos a expresar nuestra sexualidad y a tomar decisiones sobre nuestro cuerpo.

Datos clave

23
23 países europeos exigen que las personas transgénero se sometan a una operación de esterilización para reconocer legalmente su género.
47.000
47.000 mujeres embarazadas mueren cada año por complicaciones derivadas de abortos en condiciones de riesgo.

Más información sobre el tema

Discriminación

Existen muchos obstáculos para los derechos sexuales y reproductivos, entre ellos las barreras en el acceso a los servicios de salud, la información y la educación. Sin embargo, detrás de estos problemas subyace la discriminación.

Las mujeres, las niñas y las personas que integran grupos marginados, como las personas que viven en la pobreza, las minorías, las castas llamadas “inferiores”, los hombres gays, las mujeres lesbianas y las personas transgénero, se enfrentan a un enorme riesgo cuando tratan de ejercer estos derechos.

A menudo, las barreras son más grandes si perteneces a más de uno de estos grupos.

Kopila es una mujer de 32 años que vive en Nepal, en el distrito de Kailali. No ha ido nunca a la escuela y contrajo matrimonio con 17 años. Un año después tuvo a su primer hijo, seguido de otros tres. Durante sus embarazos, y poco después de dar a luz, tenía que trabajar en el campo y transportar leña y otras cargas pesadas. Esto, junto con otras consecuencias de la discriminación por motivos de género, contribuyó a que, con 24 años, Kopila sufriera prolapso uterino, una dolorosa enfermedad en la que el útero empieza a desprenderse por el canal vaginal. Solamente ha recibido atención sanitaria una vez, ya que su esposo es quien decide si puede visitar al médico.

Por desgracia para Kopila y para millones de personas como ella, en lugar de luchar contra la desigualdad y la discriminación, a menudo los gobiernos la refuerzan y tratan de obligar a la gente a plegarse a lo que consideran “normal” en materia de sexualidad, reproducción y parentalidad. Estos estereotipos perniciosos suelen justificarse por razones culturales, tradicionales o religiosas.

A menudo, el control sobre las decisiones en el ámbito sexual y reproductivo acaba en manos de otras personas: esposos, familia política, parientes o grupos religiosos, con consecuencias desastrosas.

76
76 países tipifican como delito los actos sexuales entre adultos del mismo sexo.
14M+
Todos los años dan a luz más de 14 millones de adolescentes, debido principalmente a relaciones sexuales forzosas y embarazos no deseados.

Amnistía Internacional pide:

  • Que los gobiernos dejen de utilizar el código penal para controlar la sexualidad y la reproducción.
  • Que cada persona tenga la potestad de tomar decisiones sobre su cuerpo y de vivir su vida sin injerencias externas.
  • Que los gobiernos aseguren la disponibilidad y la facilidad de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, así como a información y formación sobre estas cuestiones.
  • Que se prohíba toda forma de discriminación y violencia.

Actúa

Tengo derecho a decidir sobre mi cuerpo y sobre mi vida, y tú también. No permitas que otras personas elijan por ti. #MyBodyMyRights