La mayor parte de la población mundial ha vivido la experiencia de marcharse del lugar donde crecieron. Quizá sólo se muden al pueblo o a la ciudad más próximos. Pero algunas personas tendrán que marcharse incluso de su país, a veces por poco tiempo, pero a veces para siempre.

Cada día, en todo el mundo, hay personas que deben tomar la decisión más difícil de su vida: abandonar su hogar en busca de una vida mejor y más segura.

Son muchas las razones por las que la gente trata de reconstruir su vida en otro país. Algunas personas dejan su hogar para encontrar trabajo o poder estudiar. Otras se ven obligadas a huir de la persecución o de violaciones de derechos humanos como la tortura. Son millones las que huyen de conflictos armados o de otras crisis o de la violencia. Algunas ya no se sienten seguras y puede que se las persiga por el mero hecho de ser quienes son o por lo que hacen o por lo que creen; por ejemplo, por su etnia, religión, sexualidad u opiniones políticas.

Estos viajes, todos los cuales empiezan con la esperanza de un futuro mejor, también pueden estar plagados de peligros y de temores. Algunas personas corren el riesgo de ser víctimas de trata y de otras formas de explotación. A algunas las detienen las autoridades en cuanto llegan a otro país. Cuando están adaptándose y empiezan a construir una nueva vida, muchas sufren a diario el racismo, la xenofobia y la discriminación.

Algunas personas terminan sintiéndose solas y aisladas al haber perdido las redes de apoyo —comunidades, colegas, familias y amistades— que la mayoría damos por sentadas.

Sarah, de seis años, fotografiada en la isla griega de Quíos el 28 de noviembre de 2016. Se sabe las capitales de casi todos los países del mundo. Sarah y su familia huyeron de los bombardeos en Homs, su ciudad natal. Según explicaron a Amnistía Internacional, al intentar cruzar la frontera entre Siria y Turquía, la policía turca les disparó.
Sarah, de seis años, fotografiada en la isla griega de Quíos el 28 de noviembre de 2016. Se sabe las capitales de casi todos los países del mundo. Sarah y su familia huyeron de los bombardeos en Homs, su ciudad natal. Según explicaron a Amnistía Internacional, al intentar cruzar la frontera entre Siria y Turquía, la policía turca les disparó.

¿POR QUÉ LA GENTE SE MARCHA DE SU PAÍS?

Hay muchas razones por las que podría ser demasiado difícil o peligroso quedarse en el propio país. Por ejemplo, los niños y las niñas, las mujeres y los hombres huyen de la violencia, la guerra, el hambre y la pobreza extrema, debido a su orientación sexual o de género o de las consecuencias del cambio climático o de otros desastres naturales. A menudo se debe a una combinación de estas dificultades.

Quienes se marchan de su país no siempre huyen del peligro. Puede que crean que tienen más oportunidades de encontrar trabajo en otro país porque tienen la formación o el capital necesario para buscar oportunidades fuera. O puede que deseen reunirse con familiares o amistades que ya viven en otro país. O tal vez traten de empezar o de terminar sus estudios. Hay muchísimas razones por las que la gente emprende un viaje para construir una vida en un nuevo país.

DEFINICIONES: ¿QUÉ ES EXACTAMENTE UNA PERSONA REFUGIADA, UNA PERSONA SOLICITANTE DE ASILO Y UNA PERSONA MIGRANTE?

Los términos “refugiada”, “solicitante de asilo” y “migrante” se emplean para describir a personas en movimiento que han abandonado su país y han cruzado fronteras.

Los términos “migrante” y “refugiada” suelen usarse como sinónimos, pero es importante distinguirlos, pues hay una diferencia jurídica.

¿Qué es una persona refugiada?

Una persona refugiada es alguien que ha tenido que huir de su propio país porque allí corre peligro de sufrir violaciones graves de derechos humanos y persecución. Los riesgos para su seguridad y su vida eran tan grandes que pensó que no tenía más opción que marcharse y buscar seguridad fuera de su país porque el gobierno de su propio país no podía o no quería protegerla de esos peligros. Las personas refugiadas tienen derecho a recibir protección internacional.

¿Qué es una persona solicitante de asilo?

Una persona solicitante de asilo es alguien que ha salido de su país y busca en otro protección frente a la persecución y violaciones graves de derechos humanos, pero que aún no ha sido reconocido legalmente como refugiada, pues está en espera de que se tome una decisión sobre su solicitud de asilo. Pedir asilo es un derecho humano. Esto significa que se debe permitir a cualquier persona entrar en otro país para solicitar asilo.

¿Qué es una persona migrante?

No existe una definición legal internacionalmente aceptada de persona migrante. Como la mayoría de las agencias y organizaciones, en Amnistía Internacional entendemos que las personas migrantes son aquellas que están fuera de su país de origen y que no son ni solicitantes de asilo ni refugiadas.

Algunas personas migrantes salen de su país porque quieren trabajar, estudiar o reunirse con su familia, por ejemplo. Otras creen que deben marcharse debido a la pobreza, la inestabilidad política, la violencia de las bandas, los desastres naturales u otras circunstancias graves existentes allí.

Mucha gente no encaja en la definición legal de persona refugiada, pero podría correr peligro si volviera a su país.

Es importante entender que, aunque las personas migrantes no huyen de la persecución, siguen teniendo derecho a la protección y el respeto de todos sus derechos humanos, con independencia de la condición que tengan en el país al que se han trasladado. Los gobiernos deben proteger a todas las personas migrantes de la violencia racista y xenófoba, de la explotación y del trabajo forzoso. Las personas migrantes nunca deben ser detenidas ni obligadas a volver a su país sin una razón legítima.

Cifras básicas

43 MILLONES
de personas a escala mundial son refugiadas
1,2 MILLONES
de personas huyeron a países vecinos a causa del conflicto en Sudán
12,8 MILLONES
de personas son refugiadas de Afganistán o Siria. Es el mayor grupo de personas refugiadas en todo el mundo. 
75%
de las personas refugiadas viven en países de ingresos medios o bajos

(Fuente: ACNUR)

¿CUÁL ES LA POSTURA DE AMNISTÍA SOBRE LAS PERSONAS MIGRANTES, REFUGIADAS Y SOLICITANTES DE ASILO?

Trabajamos por un mundo en el que todas las personas puedan disfrutar de sus derechos humanos, con independencia de la situación en la que estén. Durante decenios, Amnistía Internacional ha defendido los derechos humanos de las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes.

Trabajamos para asegurarnos de que los gobiernos asumen su responsabilidad compartida de proteger los derechos de las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes. Condenamos todas las políticas y prácticas que menoscaben los derechos de las personas en movimiento.

Las personas no son el problema

Hay 35 millones de personas refugiadas en todo el mundo. Mucha gente se siente abrumada por la cifra y ve a quienes se mueven a través de las fronteras como una crisis global. En Amnistía Internacional no estamos de acuerdo con que sea una crisis de cifras. El problema no son las personas, sino las causas que empujan a familias e individuos a cruzar fronteras y las formas miopes y poco realistas en que responden los políticos a ellas.

Campaña por las personas en movimiento

Con nuestras campañas, presionamos a los gobiernos para que asuman su responsabilidad de proteger los derechos de todas y cada una de las personas. Los gobiernos deben asegurarse de que las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes están a salvo y no son torturadas, discriminadas o abandonadas en la pobreza.

Trabajamos para que los gobiernos tramiten debidamente las solicitudes de asilo y no dejen a las personas solicitantes en una situación incierta, a veces incluso recluidas durante años en centros de detención. También queremos asegurarnos de que las personas migrantes gozan de protección frente a la explotación y los abusos de las personas que las emplean o de traficantes.

La persona que está detrás de la etiqueta

Cada ser humano tiene más de una identidad. “Refugiado”, “migrante” y “solicitante de asilo” son sólo términos temporales que no reflejan toda la identidad de las mujeres, niños y niñas y hombres que han dejado atrás su hogar para comenzar una nueva vida en un nuevo país.

Cuando usemos estas etiquetas hemos de recordar que, de las muchas formas en que cada persona se describe, estos términos se refieren sólo a una experiencia: la de abandonar su país. Pero las identidades de estas personas están compuestas por muchas más cosas.

La mayoría de quienes buscan vivir fuera siente que la experiencia de salir de su propio país no capta del todo quiénes son. Como todas las personas, son seres humanos complejos y únicos, y podrían elegir identificarse como procedentes de determinado país o región, pertenecientes a un grupo que habla determinada lengua o comparte una cultura. O podrían decir que son un docente, una médica, un artista, una apasionada fanática del fútbol, un padre, una hermana, un hijo o una madre.

La condición jurídica de una persona no puede expresar plenamente la identidad y la personalidad de una persona refugiada, solicitante de asilo o migrante. No se puede conocer a nadie sólo a través de su condición jurídica.

¿POR QUÉ LOS GOBIERNOS DEBEN DAR LA BIENVENIDA A LAS PERSONAS REFUGIADAS, SOLICITANTES DE ASILO Y MIGRANTES?

  • Queremos vivir en un mundo en el que las personas que están en grave peligro tengan la oportunidad de reconstruir su vida en condiciones de seguridad.
  • En un mundo globalizado, lo justo es compartir la responsabilidad global de los problemas globales.
  • Las comunidades de acogida se benefician de la enorme energía y del impulso para comenzar una nueva vida que aportan estas personas.
  • Dar la bienvenida a personas de otros países fortalece a las comunidades de acogida al hacerlas más diversas y flexibles en un mundo que cambia con rapidez.
  • Algunas de las personas más inspiradoras e influyentes de las artes, la ciencia, la política y la tecnología han sido refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes. Se les permitió reconstruir su vida en un nuevo país y prosperaron como miembros de una nueva comunidad.
Taibeh Abbasi, de 19 años, vive con el temor constante de ser deportada a Afganistán, país donde nunca ha vivido. A pesar de las protestas de su comunidad local, respaldada por más de 275.000 simpatizantes de Amnistía de todo el mundo, el gobierno noruego sigue decidido a obligar a la familia Abbasi a ir a Afganistán, país que, según la investigación de Amnistía, es demasiado peligroso para deportar a personas ahora mismo.
Taibeh Abbasi, de 19 años, vive con el temor constante de ser deportada a Afganistán, país donde nunca ha vivido. A pesar de las protestas de su comunidad local, respaldada por más de 275.000 simpatizantes de Amnistía de todo el mundo, el gobierno noruego sigue decidido a obligar a la familia Abbasi a ir a Afganistán, país que, según la investigación de Amnistía, es demasiado peligroso para deportar a personas ahora mismo.

¿QUÉ PUEDES HACER?

Apoya nuestras campañas para ayudar a las personas refugiadas

Puedes unirte a nuestro movimiento de personas que dan la bienvenida a las personas refugiadas. La campaña de Amnistía Te doy la bienvenida pide a los gobiernos de todo el mundo que den la bienvenida a la parte que les corresponde de las personas del mundo que buscan seguridad. Con voluntad política suficiente, nuestros dirigentes pueden proteger a las personas que huyen de los conflictos y la persecución, entre otras medidas mediante una solución conocida como reasentamiento.

También pedimos otras vías seguras para que las personas refugiadas puedan iniciar una nueva vida, tales como la reagrupación de familias separadas, el patrocinio de familias refugiadas por parte de grupos comunitarios para que se trasladen a sus países y el ofrecimiento de visados de estudio o de trabajo por parte de universidades y empresas como forma de empezar una nueva vida.

Los gobiernos nunca deben obligar a nadie a regresar a un país en el que corre peligro de sufrir abusos contra los derechos humanos. En lugar de ello, se debe ofrecer a las personas refugiadas un lugar seguro donde vivir y oportunidades para acceder al trabajo, a la educación y a servicios de salud.

Mohamed Farah from Somalia and Yayha Adam from Sudan with one of their sponsors Catherine LeBlanc
Mohamed, de Somalia, y Yayha, de Sudán, con Catherine. Catherine es una de las personas que contribuyeron a patrocinar a ambos hombres para que se establecieran en su comunidad de Toronto (Canadá). 2017.

Patrocinio comunitario de personas refugiadas

Si tu gobierno tiene un programa de patrocinio, puedes participar en el patrocinio comunitario, mediante el que una comunidad local se une para recaudar dinero destinado a reasentar y acoger a familias y personas que han huido de su país de origen.

MÁS INFORMACIÓN

Derecho relativo a las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo

Con independencia de cómo y por qué llegan a un país, el derecho internacional protege los derechos de las personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo, que tienen los mismos derechos que las demás personas, más unas protecciones especiales o específicas, como las siguientes: