Resumen

La policía tiene el deber de prevenir y detectar la delincuencia, mantener el orden público y proteger los derechos humanos; sin embargo, demasiado a menudo, hace un uso indebido de sus poderes. Desde el homicidio de George Floyd en Estados Unidos hasta las ejecuciones extrajudiciales de personas afrobrasileñas residentes en favelas de Brasil, pasando por la represión de manifestantes en Bangladesh y Hong Kong, el uso ilícito de la fuerza por parte de la policía ha tenido consecuencias devastadoras.

En ocasiones la policía mata o hiere gravemente a personas en el curso de arrestos. En innumerables casos más, los agentes recurren rápidamente al uso de fuerza ilícita, vigilancia excesiva y detenciones y reclusiones arbitrarias para reprimir protestas pacíficas. Estas acciones a veces están alimentadas por el racismo y otras formas de discriminación. El uso temerario de armas menos letales para hacer cumplir la ley, como el gas lacrimógeno, las balas de goma, las porras y las granadas paralizantes, puede provocar lesiones que te cambian la vida y traumas duraderos.

El uso ilícito de la fuerza por la policía puede, en el peor de los casos, tener como consecuencia que haya personas que se vean privadas del derecho a la vida o sometidas a tortura y otros malos tratos. Pese a la gravedad de estas violaciones de derechos humanos, los agentes que cometen estos abusos rara vez rinden cuentas de sus actos.

Como parte de su campaña Protejamos la Protesta, Amnistía Internacional documenta el uso de fuerza ilícita por parte de la policía en todo el mundo. También hacemos campaña en favor de un tratado que regule el comercio de instrumentos de tortura utilizados por la policía contra manifestantes. Amnistía ha elaborado además un curso online para sensibilizar sobre lo que la policía tiene o no permiso para hacer, y por qué es fundamental que se rindan cuentas por las acciones policiales ilícitas.

a line of police officers in riot gear face a group of protesters
Policías antidisturbios rusos bloquean la calle durante una manifestación de apoyo a Alexei Navalny, crítico del Kremlin encarcelado, que tuvo lugar en el centro de San Petersburgo el 21 de abril de 2021.

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¿Cuáles son las normas sobre actuación policial?

Al ejercer sus poderes, la policía debe cumplir las obligaciones contraídas por su Estado en virtud del derecho internacional de respetar, proteger y hacer realidad los derechos humanos, como el derecho a la vida, la libertad y la seguridad de la persona, el derecho a la libertad de reunión pacífica y el derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, estos derechos son violados por el uso policial de fuerza ilícita y otra conducta ilegítima, que puede incluir palizas, insultos racistas y uso temerario de armas menos letales, así como homicidios ilícitos y tortura.

En la actuación policial son fundamentales la legalidad, la necesidad y la proporcionalidad. La legislación y las normas internacionales que regulan la actuación policial exponen cómo y cuándo puede la policía hacer uso de la fuerza. Además, el ejercicio de los poderes policiales, en especial el uso de la fuerza, está regulado también por los principios de precaución, no discriminación y rendición de cuentas.

two police officers hold a an older woman by the arms as they arrest her
La policía de Estambul disuelve una manifestación habitual de las Madres del Sábado que recuerdan la desaparición forzada de familiares en las décadas de 1980 y 1990, y detiene a decenas de ellas.

¿Qué leyes y prácticas existen para regular la actuación policial?

Los siguientes documentos clave contienen normas claras de derechos humanos sobre actuación policial:

  • Los Principios Básicos de las Naciones Unidas sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley son un instrumento internacional o conjunto de directrices clave que trata sobre el uso de la fuerza por parte de la policía. Disponen que los agentes de policía utilizarán, en la medida de lo posible, medios no violentos antes de recurrir al empleo de la fuerza y de armas de fuego. Disponen asimismo que los agentes de policía sólo pueden hacer uso de fuerza letal cuando sea estrictamente necesario para protegerse o proteger a otras personas del peligro inminente de muerte o lesiones graves, y sólo como último recurso, cuando las demás opciones menos dañinas para reducir el peligro sean insuficientes.
  • El Código de Conducta de la ONU para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley expone la obligación de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley de no sólo respetar la ley, sino respetar y proteger los derechos humanos en el ejercicio de su deber. Asimismo dispone que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley podrán usar la fuerza sólo cuando sea estrictamente necesario y en la medida que lo requiera el desempeño de sus tareas.

Basándose en estos dos documentos legales, Amnistía Internacional ha elaborado su manual Uso de la fuerza: Directrices para la aplicación de los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley. Estas directrices se basan en leyes, normas y documentos de formación nacionales procedentes de 58 países para proporcionar recomendaciones destinadas a ayudar a los gobiernos a aplicar los Principios Básicos de la ONU y garantizar una actuación policial efectiva que cumpla con los derechos humanos.

Las Orientaciones de las Naciones sobre el empleo de armas menos letales en el mantenimiento del orden proporcionan orientación sobre el diseño, la producción, la transferencia, la adquisición, el ensayo, la capacitación, el despliegue y los usos lícitos y responsables de las armas menos letales. Entre ellas se encuentran las porras policiales, el gas lacrimógeno, los cañones de agua y las Taser: armas que se venden como alternativa al tipo de armas convencionales, como las armas de fuego, que matan de inmediato.

a portrait of Payu. He has a bandage over his right eye and is wearing a graphic tee with a cat design on it.
Payu Boonsophon es un activista ambiental de 29 años de edad que recibió en el ojo derecho un disparo de un policía. Una bala de goma le penetró en el globo ocular y le dejó ciego de un ojo.

¿Cuándo es ilícita la fuerza?

La policía debe regirse en todo momento por los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad y no discriminación. Todo uso de la fuerza que no cumpla estos principios es ilícito.

El principio de legalidad establece que se debe recurrir al uso de la fuerza de conformidad con la legislación nacional y sólo con fines legítimos de aplicación de la ley según lo establecido en ella.

El principio de necesidad significa utilizar únicamente la fuerza en caso de absoluta necesidad y sólo en el grado requerido para lograr un objetivo legítimo. Los agentes de policía deben, en la medida de lo posible, intentar utilizar en primer lugar medios no violentos. Los órdenes verbales, la negociación, las advertencias o simplemente mantener una distancia segura son maneras de lograr un objetivo sin recurrir al uso de la fuerza. Y cuanto tengan que recurrir a la fuerza deben utilizar los medios menos dañinos que tengan probabilidad de ser efectivos. El uso de la fuerza debe cesar en cuanto hayan logrado su objetivo o cuando quede claro que ese objetivo es imposible de lograr.

El principio de proporcionalidad significa que debe haber un equilibrio entre el tipo y el nivel de fuerza utilizado y el daño que puede causar a una persona teniendo en cuenta la amenaza que dicha persona representa. El daño causado por el uso de la fuerza nunca puede ser mayor que el daño que se intenta prevenir.

Al recurrir al uso de la fuerza, la policía debe respetar y proteger los derechos humanos de todas las personas sin discriminación alguna, y nunca debe utilizar la fuerza contra personas a causa de prejuicios o con una intención discriminatoria, ya sea directa o indirecta.

La fuerza utilizada por la policía de manera arbitraria o abusiva que no tenga como finalidad lograr un objetivo legítimo, sino que tenga como intención castigar, torturar o abusar, o que sea innecesaria o excesiva de cualquier otra forma, es por tanto ilícita.

a group of protesters run away. You can see teargas in the air behind them.
Manifestantes huyen del gas lacrimógeno durante una protesta en Dakar el 8 de marzo de 2021, después de que el líder de la oposición del país Ousmane Sonko fuera acusado de violación.

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Uso de armas menos letales

Desde Argentina hasta Zimbabue, la policía utiliza de forma habitual fuerza innecesaria y excesiva para reprimir las manifestaciones pacíficas. Esta represión a menudo se logra mediante el uso indebido de armas menos letales, como proyectiles de impacto cinético, gas lacrimógeno, granadas paralizantes y porras.

Un informe de Amnistía Internacional, basado en investigación llevada a cabo en más de 30 países, documentó cómo miles de manifestantes y transeúntes han sufrido mutilaciones y decenas han muerto debido al uso, a menudo imprudente y desproporcionado, de proyectiles de impacto cinético disparados a corta distancia. Entre las terribles lesiones causadas por estas armas se encuentran pérdida de ojos, espantosas quemaduras, fracturas de cráneo, rotura de costillas y perforación de pulmones.

a protester, wearing black protective gear and goggles, kicks a tear gas bomb that is releasing fog into the air.
Un manifestante devuelve de una patada una granada de gas lacrimógeno a policías antidisturbios durante una concentración en Nantes, en el oeste de Francia.

Caso práctico: Leidy Cadena en Colombia

A los 22 años de edad, la vida de Leidy Cadena cambió para siempre cuando fue alcanzada por una bala de goma durante unas protestas en el centro de Bogotá, Colombia, el 28 de abril de 2021. Esta estudiante de ciencias políticas había salido a las calles con centenares más de personas para protestar por la gestión gubernamental de la crisis económica y reclamar cambios en el país.

“Estábamos manifestándonos pacíficamente, cantando y coreando consignas, cuando la policía comenzó a disparar gas lacrimógeno y la gente echó a correr”, recordó Leidy. Cuando ella y sus amigos trataban de regresar a casa, un escuadrón de policías les cortó el paso. Un policía le disparó una bala de goma a corta distancia, a consecuencia de lo cual perdió el ojo derecho.

Más tarde, Leidy presentó una denuncia ante la policía y fue interrogada sobre lo sucedido en al menos 10 ocasiones. Su caso se hizo emblemático en toda Colombia como espantoso ejemplo del uso de fuerza excesiva por la policía durante el Paro Nacional y del daño permanente causado por las armas menos letales utilizadas para hacer cumplir la ley. Las amenazas que Leidy recibió tras denunciar el ataque la obligaron a abandonar su país.

“Poner estas armas en manos de unas fuerzas de seguridad abusivas pone a las personas en peligro de sufrir tortura y mutilación, como me pasó a mí”, ha manifestado.

Discriminación y actuación policial

La investigación llevada a cabo por Amnistía indica que cualquiera puede sufrir violaciones de derechos humanos a manos de la policía: pequeños delincuentes, manifestantes, activistas estudiantiles y personas que simplemente estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. No obstante, casi siempre son las personas pobres y marginadas las que son asesinadas, golpeadas, violadas, humilladas o sometidas a otros abusos por la policía.

En Estados Unidos, la actuación policial racista ha dado lugar a las estremecedoras muertes de George Floyd, Michael Brown, Breonna Taylor, Eric Garner y tantas otras personas negras que iban desarmadas. El creciente uso de sistemas de reconocimiento facial pone a las personas negras en un peligro adicional de ser detenidas por motivos falsos y sometidas al uso ilícito de la fuerza.

En México, las mujeres detenidas por la policía en la “guerra contra el narcotráfico” han sido sometidas a violación, agresión sexual y otras formas de tortura, como descargas eléctricas en los genitales, para hacerlas “confesar” delitos graves. En Filipinas, las personas pobres e indigentes de las que se sospecha que consumen o venden drogas han recibido disparos de la policía mientras suplicaban piedad.

Personas LGBTI en todo el mundo sufren hostigamiento y abusos sistemáticos a manos de la policía. En 2017, por ejemplo, las autoridades de la república rusa de Chechenia desataron una ola de ataques contra las personas sospechosas de ser gays o lesbianas. En Chechenia, la policía secuestró y torturó a decenas de gays. Muchos fueron asesinados en centros secretos de detención.

someone in a crowd holds their hands up. On their hands you can read the words 'Don't Shoot'
Una manifestante alza las manos con un lema escrito en ellas durante una manifestación contra la brutalidad policial en Charlotte, Carolina del Norte, el 21 de septiembre de 2016.

Caso práctico: Jina Mahsa Amini

a member of a group of protesters holds up a portrait of Mahsa Amini
Una manifestante sujeta un retrato de Mahsa Amini durante una manifestación en apoyo de Amini, una joven iraní que murió tras ser detenida en Teherán por la policía de la moral de la República Islámica de Irán.

En lo que constituye un brutal ejemplo de discriminación por parte de la policía, Jina Mahsa Amini fue interceptada por la policía “de la moral” iraní (gasht-e ershad) durante una visita que la joven realizó a Teherán junto con su hermano en septiembre de 2022. La gasht-e ershad, conocida por acosar de manera habitual y detener arbitrariamente a las mujeres que no cumplen las abusivas y discriminatorias leyes del país sobre el uso obligatorio del velo, la arrestó con violencia.

Testigos presenciales afirmaron que la policía la introdujo por la fuerza en una furgoneta, la golpeó y se la llevó al centro de detención de Vozara, en Teherán. Al hermano también lo golpearon cuando protestó. El hermano posteriormente declaró en una entrevista a los medios de comunicación que la policía le había dicho a Jina Mahsa Amini que sería sometida a una clase “educativa” en Vozara, destinada a “reformar” a las mujeres y las niñas que infringen el código indumentario islámico del país.

Según informes verosímiles, la policía “de la moral” sometió a Jina Mahsa Amini a tortura y otros malos tratos en el interior del furgón policial, entre otras cosas propinándole golpes en la cabeza. La joven entró en coma y fue trasladada al hospital, donde permaneció bajo custodia de agentes encargados de hacer cumplir la ley, y donde murió tres días después, el 16 de septiembre de 2022.

Sólo tenía 22 años.

Su muerte desató la indignación global y provocó el levantamiento Mujeres, Vida, Libertad, que se alzaba en Irán contra decenios de represión generalizada y discriminación de género.

Fuerza ilícita durante las detenciones y reclusiones

Amnistía Internacional lleva mucho tiempo documentando datos del uso ilícito de la fuerza por parte de la policía durante las detenciones. Hay gente a la golpean con los puños o con porras, o a la que propinan patadas en la cara, incluso aunque no oponga resistencia y no constituya un peligro para la policía. En ese contexto es frecuente el uso de armas de descarga eléctrica, incluso cuando la persona en cuestión no representa una amenaza para nadie, y ese uso a menudo es reiterado y prolongado con el “modo de contacto directo” (en el que se aplica el arma directamente contra el cuerpo), un modo que da lugar a numerosos abusos y que debería estar totalmente prohibido.

La fuerza ilícita puede continuar durante la reclusión, en los calabozos policiales, las salas de interrogatorio y las prisiones. En muchos casos, los agentes utilizan la tortura y los malos tratos como “castigo” por contestar, por no mostrar cooperación o para obtener mediante coacciones una confesión.

Durante el levantamiento Mujeres, Vida, Libertad en Irán en 2022, las fuerzas de seguridad, que incluyen a la policía y a la Guardia Revolucionaria Islámica, cometieron actos generalizados de tortura y otros malos tratos contra manifestantes y transeúntes. Esos malos tratos incluyeron el uso estremecedor de la violación, incluida la violación en grupo, y otras formas de violencia sexual contra manifestantes a quienes se había detenido.

Artyom Karmardin in front of a monument. He is wearing a bucket hat, a red hoodie and a jacket.
El activista y poeta Artyom Kamardin fue detenido en Rusia en septiembre de 2022 por participar en una lectura pública de poesía contra la guerra de Rusia en Ucrania. Mientras estuvo detenido fue torturado. Le diagnosticaron conmoción cerebral, hematomas múltiples y otras lesiones, según su abogado. Las autoridades se negaron a hospitalizarlo.

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El control policial de las protestas

En todo el mundo, estamos presenciando la creciente militarización de la policía y el uso indebido de la fuerza por parte de los cuerpos policiales para reprimir las protestas. En muchos lugares, la policía responde a las protestas con vehículos blindados, aviones de uso militar, drones de vigilancia, fusiles y armas de asalto y granadas paralizantes.

Los Estados tienen la obligación de garantizar que todas las personas puedan ejercer su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica, incluso a través de la protesta. También tienen la obligación de respetar, proteger y facilitar las protestas pacíficas.

Existen normas internacionales de derechos humanos que regulan claramente la conducta policial durante las protestas, unas normas que Amnistía Internacional ha resumido en sus Directrices sobre el derecho a la libertad de reunión pacífica:

  • Es responsabilidad de la policía facilitar la protesta pacífica. Puede ser necesario un cierto grado de tolerancia, incluso respecto al comportamiento ilícito, para evitar un agravamiento innecesario de la situación y garantizar la protección efectiva de los derechos humanos. Si surgen tensiones, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley tienen el deber de rebajarlas y proteger activamente frente a la violencia a quienes se manifiestan y a otras personas.
  • Si algunas de las personas que se manifiestan participan en acciones violentas, eso no significa que la protesta, por lo demás pacífica, se haya transformado en una reunión violenta. La policía debe garantizar que quienes mantienen una actitud pacífica puedan seguir protestando.
  • Los actos de violencia cometidos por una pequeña minoría no justifican el uso indiscriminado de la fuerza.
  • Si el uso de la fuerza es inevitable, la policía debe utilizar la fuerza mínima necesaria para lograr un objetivo legítimo.
  • La decisión de disolver una protesta debe adoptarse como último recurso, y sólo debe llevarse a cabo cuando exista una necesidad acuciante y cuando hayan fracasado todas las demás medidas menos restrictivas. La dispersión no justifica automáticamente el uso de la fuerza, y las personas participantes deben tener la oportunidad de marcharse voluntariamente. Antes de usar cualquier arma menos letal, debe advertirse a las personas que se manifiestan y se les debe dar la oportunidad de cumplir la orden de dispersarse.
  • El gas lacrimógeno o los cañones de agua tienen efecto en una amplia superficie y sólo pueden utilizarse en respuesta a situaciones de violencia generalizada y cuando otros medios más selectivos hayan fracasado o sean claramente insuficientes para contener la violencia. Antes de su uso deben emitirse avisos de advertencia audibles, y debe darse a quienes se manifiestan tiempo suficiente para dispersarse voluntariamente. No debe utilizarse gas lacrimógeno en espacios cerrados, lanzándolo desde arriba o en cantidades excesivas, y nunca debe dispararse directamente contra manifestantes. Igualmente, la policía no debe usar cañones de agua en el modo de alta presión para apuntar a personas a corta distancia ni directamente a la cabeza o a la cara. Los cañones de agua nunca deben usarse contra personas que estén inmovilizadas o sean incapaces de moverse ni dirigirse hacia ellas.
  • Los proyectiles de impacto cinético, como las balas de goma o de plástico, sólo pueden utilizarse cuando sea necesario para prevenir la violencia contra las personas y únicamente de manera muy precisa y contra quienes ejercen esa violencia. Nunca deben utilizarse al azar contra una multitud.
  • Las armas de fuego no son adecuadas para el control de multitudes, y nunca deben ser utilizadas para dispersar una protesta. Incluso si algunas personas son violentas, la policía sólo puede usar un arma de fuego como último recurso para detener una amenaza inminente para la vida o de lesiones graves.

Impunidad

Amnistía Internacional ha documentado en muchos países cómo los agentes de policía que matan o hieren ilícitamente quedan a menudo impunes. A veces no se lleva a cabo ninguna investigación, o la policía amenaza a la judicatura, a testigos o a supervivientes y los presiona para que retiren los cargos. En otros casos, las leyes otorgan inmunidad a la policía. Esto crea un clima de impunidad en el que la policía puede cometer tales actos sin temor a sufrir consecuencias negativas.

Toda denuncia de violaciones de derechos humanos cometidas por la policía debe ser investigada y los sospechosos de ser responsables deben comparecer ante la justicia. La rendición de cuentas es esencial para garantizar una actuación policial lícita y que respete los derechos humanos.

a lone protester runs away as they are fired at by a powerful blast of water coming from an enormous group of riot police.
Policías antidisturbios georgianos rocían con gas lacrimógeno a un manifestante mientras forman un cordón durante los enfrentamientos con manifestantes cerca del Parlamento de Georgia en Tiflis el 7 de marzo de 2023.
police in riot gear line up at a protest. An older man is leaning up against the riot shields, trying to get through the line.
Un hombre opone resistencia mientras la Gendarmería Nacional avanza por la calle junto al Congreso de la Nación en Buenos Aires, Argentina.

¿Qué hace Amnistía Internacional para ayudar?

Amnistía Internacional documenta casos de uso ilícito de la fuerza por parte de la policía en todo el mundo. Ese uso ilícito podría ser el uso indebido de “material policial estándar”, como las balas de goma y las porras, que entrañan un riesgo innecesario de causar daño. Amnistía Internacional hace campaña para prohibir la fabricación y el comercio de instrumentos abusivos diseñados para torturar, como los dispositivos de descarga eléctrica por contacto directo y las porra con púas, o el material para hacer cumplir la ley que podría utilizarse para propósitos lícitos pero a menudo se usa para infligir tortura y otros malos tratos.

En nuestra campaña emblemática Protejamos la Protesta, trabajamos para denunciar las violaciones del derecho a protestar cometidas mediante el uso de fuerza ilícita por parte de la policía. Hemos diseñado un curso online para aumentar la sensibilización sobre los derechos humanos en lo que se refiere a la actuación policial.

Joel, a human rights defender, is interviewed by an amnesty researcher. The researcher is wearing a black jacket with a yellow Amnesty candle on the back.
Mientras asistía a una protesta pacífica en favor de los derechos de los pueblos indígenas, el ceramista argentino Joel Paredes quedó ciego del ojo derecho tras recibir en él un disparo de la policía. El caso de Joel figuró en la campaña anual de Amnistía Internacional Escribe por los Derechos en 2024.

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