El gobierno lanzó una brutal campaña de represión de los derechos humanos como respuesta a las protestas en favor de la democracia y contra la brutalidad policial. Se emplearon leyes represivas para acallar a la disidencia y reprimir a personas —incluidos niños y niñas— que se manifestaban pacíficamente. La violencia contra las mujeres y las niñas aumentó bajo las restricciones por la COVID-19. La conducta homosexual consentida seguía siendo delito. Cientos de familias seguían en riesgo de desalojo forzoso.
Leer másMantiene la pena de muerte en la ley, pero no ha ejecutado durante al menos 10 años