El lamentable fracaso de la cumbre de la ONU a la hora de atajar la crisis global de refugiados, cada vez más aguda, es una oportunidad perdida que afectará a millones de las personas más vulnerables del mundo a menos que los líderes encuentren soluciones alternativas para ayudarlas a alcanzar un lugar seguro, ha declarado Amnistía Internacional con motivo de las dos cumbres de refugiados de gran repercusión que se celebran la semana que viene.
Los Estados miembros de la ONU están listos para adoptar un acuerdo ineficaz sobre refugiados el 19 de septiembre. El 20 de septiembre, el presidente de Estados Unidos Barack Obama pedirá a los líderes que hagan compromisos específicos que contribuyan a poner fin al sufrimiento de las personas refugiadas en el mundo, llamamiento que hasta ahora ha sido ignorado deliberadamente.
“Frente a la peor crisis de refugiados del mundo en 70 años, los líderes mundiales han mostrado una escandalosa indiferencia hacia los derechos humanos de las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares debido al conflicto o la persecución”, dijo Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
“Ya sabemos que la cumbre de la ONU está condenada a un lamentable fracaso, mientras que parece improbable que la de Obama pueda reparar los daños.”
Los líderes mundiales han mostrado una escandalosa indiferencia hacia los derechos humanos de las personas que se han visto a huir de sus hogares debido al conflicto o la persecución.
Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional
El secretario general de la ONU Ban Ki-moon había propuesto un Pacto Mundial sobre Refugiados en el que habría pedido a los gobiernos que se comprometieran a acoger cada año al 10 por ciento de las personas refugiadas del mundo.
Sin embargo, los Estados miembros vaciaron de contenido las propuestas de la ONU, asegurándose de que nada los obligase a recibir a un número concreto de personas.
El Pacto Mundial sobre Refugiados ya no se acordará antes de 2018. En su lugar, los Estados emitirán la “Declaración de Nueva York”, con compromisos simbólicos, pero exento de medidas concretas de reparto de la responsabilidad.
“Hemos esperado dos años esta cumbre. Los líderes mundiales deberían anunciar unas medidas claras y concretas para poner fin a la crisis de refugiados. La ONU había propuesto inicialmente un ambicioso plan, pero la Unión Europea, Rusia y China, entre otros, sacrificaron los derechos de las personas refugiadas en aras de los intereses nacionales y perdieron una enorme oportunidad de respaldar una solución global a la crisis”, prosiguió Salil Shetty.
“En lugar de compartir la responsabilidad, los líderes mundiales la han eludido. La cumbre de la ONU ha sido saboteada por unos Estados que actúan para proteger sus propios intereses, dejando a millones de personas refugiadas en situaciones extremas en todo el mundo al borde de un precipicio.”
“Pero los gobiernos no deberían engañarse pensando que esto les permite salirse con la suya. Los Estados miembros de la ONU tienen el deber moral y legal de acoger hoy a las personas refugiadas que necesitan ayuda.”
Al día siguiente de que se adopte el documento suavizado de la ONU, el 20 de septiembre, el presidente Obama acogerá una Cumbre de Líderes en Nueva York concebida para obtener compromisos específicos de los Estados miembros para ofrecer vías seguras y legales a las personas refugiadas, algo que la mayoría de ellos no ha hecho hasta ahora. También pedirá a los líderes que donen dinero para ayudar a la población refugiada.
Amnistía Internacional pide a los gobiernos, especialmente a los de los países más ricos, que se comprometan urgentemente a reasentar a un número significativamente mayor de personas refugiadas y a facilitarles vías legales para alcanzar la seguridad, sea en la Cumbre de Líderes de Obama o en las próximas semanas.
Los líderes mundiales han sido totalmente incapaces de acordar un plan para proteger a los 21 millones de personas refugiadas del mundo.
Salil Shetty
“La cumbre de Obama debe revitalizar los esfuerzos para resolver la crisis de refugiados mostrando que al menos algunos gobiernos tienen el firme compromiso de ayudar a estas personas”, afirmó Salil Shetty.
“Necesitamos con apremio una muestra rápida y decisiva de liderazgo por parte de un núcleo de países dispuestos a asumir la responsabilidad y a ayudar inmediatamente acogiendo a algunos de los refugiados más vulnerables y proporcionando visados humanitarios, de trabajo y de estudios a otros. Cuantos más países den un paso adelante, más viable será una solución.
“A largo plazo, necesitamos una forma más organizada de compartir esa responsabilidad, y los Estados deberían acordar unos criterios objetivos para decidir qué proporción de personas refugiadas del mundo debe asumir cada uno, basándose en su capacidad de acogida.”
Según el ACNUR, hay 21 millones de personas refugiadas en el mundo hoy, y sólo el 14 por ciento está en las regiones más ricas del planeta.
Juntos, Etiopía, Kenia, Jordania, Líbano, Pakistán y Turquía acogen a un tercio de la población refugiada del mundo, cuando representan un 1,6 por ciento de la economía mundial. Ahora mismo, se está reasentando cada año únicamente a alrededor de 100.000 personas refugiadas; el 90 por ciento de ellas sólo en cinco países (Estados Unidos, Canadá, Australia, Noruega y Reino Unido).
Amnistía Internacional lleva mucho tiempo captando apoyos en todo el mundo para mejorar el reparto de responsabilidades a fin de hacer realidad los derechos de las personas refugiadas, y esta semana lanzará una campaña global llamada “Te doy la bienvenida” para pedir a los gobiernos que den la bienvenida a las personas refugiadas.
“Los líderes mundiales han sido totalmente incapaces de acordar un plan para proteger a los 21 millones de personas refugiadas del mundo, que son algunas de las personas más vulnerables del planeta. Pero donde los líderes fracasan, actuarán las personas de buena conciencia. El cambio empieza con estas palabras: Yo doy la bienvenida a las personas refugiadas”, concluyó Salil Shetty.