Las advertencias de evacuación dirigidas por las fuerzas armadas israelíes a los residentes de los suburbios del sur de Beirut y del sur de Líbano fueron inadecuadas y, en algunos casos, también engañosas; así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional, y ha subrayado que estas advertencias no eximen a Israel de cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario de no atacar a civiles en ningún caso y tomar todas las medidas posibles para minimizar los daños a civiles.
Con arreglo al derecho internacional humanitario, las partes de un conflicto tienen la obligación inequívoca de tomar todas las precauciones posibles para evitar o reducir al mínimo los daños causados a civiles cuando efectúan sus ataques, entre ellas avisar con la debida antelación de cualquier ataque a la población civil de las zonas afectadas, a no ser que las circunstancias no lo permitan.
“Las advertencias dirigidas por las fuerzas armadas israelíes a los habitantes del Dahiye, zona suburbial densamente poblada del sur de Beirut, fueron inadecuadas. Según revela nuestro análisis, los avisos de las fuerzas armadas israelíes no sólo incluían mapas engañosos, sino que además se emitieron con poca antelación —en un caso, menos de 30 minutos antes de que empezaran los ataques— en mitad de la noche, a través de redes sociales, cuando mucha gente dormía, estaba desconectada o no seguía la información de los medios de comunicación”, ha afirmado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
“Además, dar instrucciones de evacuación a la población de ciudades y pueblos enteros en el sur de Líbano es una advertencia excesivamente general e inadecuada, y suscita dudas sobre si la intención era crear las condiciones para un desplazamiento masivo. Con independencia de la eficacia de las advertencias, su emisión no implica que Israel pueda considerar objetivos a los civiles que se quedan. Las personas que deciden permanecer en su casa o que no pueden marcharse porque algún miembro de su familia tiene movilidad reducida, discapacidad, edad avanzada o por otro motivo, siguen estando protegidas por el derecho internacional humanitario. Israel debe respetar en todo momento sus obligaciones en virtud del derecho internacional, entre ellas tomar todas las precauciones posibles para minimizar los daños a la población civil, donde quiera que esté.”
Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), las advertencias de evacuación han afectado a una cuarta parte del territorio libanés.
Según revela nuestro análisis, los avisos de las fuerzas armadas israelíes no sólo incluían mapas engañosos, sino que además se emitieron con poca antelación —en un caso, menos de 30 minutos antes de que empezaran los ataques— en mitad de la noche, a través de redes sociales, cuando mucha gente dormía, estaba desconectada o no seguía la información de los medios de comunicación.
Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional
Para que sea eficaz, la advertencia debe hacerse a tiempo y proporcionar información sobre rutas y destinos seguros. Amnistía Internacional examinó dos advertencias a la población en la populosa zona urbana del Dahiye emitidas la noche del 27 al 28 de septiembre, tras el ataque sorpresa que causó la muerte del líder de Hezbolá Hassan Nasrallah. Los ataques aéreos derribaron bloques residenciales completos en la zona densamente poblada. En cada advertencia se identificaban tres objetivos militares y se pedía a los residentes que evacuaran un radio de 500 metros. Las advertencias fueron emitidas por la portavocía árabe de las fuerzas armadas israelíes a través de X (antes Twitter), de noche, y sin incluir un horario claro ni información detallada sobre rutas seguras.
En las dos advertencias de evacuación a la población del Dahiye, los mapas —de seis zonas diferentes— publicados por las fuerzas armadas israelíes junto con el aviso eran engañosos. En ambos casos, el área resaltada en los mapas para indicar la zona de peligro para la población civil era muy inferior a la de un radio de 500 metros indicada por las fuerzas armadas israelíes a los civiles como el área que debían evacuar.
Las fuerzas armadas israelíes también hicieron advertencias de evacuación a la población de unos 118 pueblos y localidades del sur de Líbano entre los días 1 y 7 de octubre, tras el inicio de su invasión terrestre. Tales advertencias, que incluyen localidades situadas a más de 35 kilómetros de la frontera con Israel y fuera de la zona de amortiguación declarada por la ONU, no convierten el sur de Líbano en una zona franca.
Para que sean eficaces, las advertencias deben dar a la población civil instrucciones claras de alejarse de los objetivos militares que van a ser atacados. Aunque en algunas circunstancias pueden ser de carácter general, la definición de lo que constituye general no incluye advertencias demasiado amplias que ordenen a la población civil evacuar zonas enteras (véase, por ejemplo, el Comentario de 1987 sobre el Protocolo I).
Las advertencias de Israel en el sur de Líbano cubrían grandes áreas geográficas, lo que plantea la duda de si en realidad tenían la finalidad de impulsar desplazamientos masivos. El Principio 5 de los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos establece que, en toda circunstancia, las autoridades y los actores internacionales deben respetar y hacer respetar las obligaciones que les impone el derecho internacional, a fin de “prevenir y evitar la aparición de condiciones que puedan provocar el desplazamiento de personas”.
Metodología
La operación Flechas del Norte lanzada por Israel comenzó el 23 de septiembre con intensos bombardeos aéreos en varias zonas de Líbano, como el sur, el valle de Bekaa y el suburbio del Dahiye en el sur de Beirut. Según el gobierno libanés, el número de personas desplazadas que han huido de los ataques aéreos israelíes se eleva a 1,2 millones, la inmensa mayoría sólo en las tres últimas semanas.
Amnistía Internacional examinó más de una docena de advertencias de evacuación de las fuerzas armadas israelíes y entrevistó a 12 residentes del Dahiye que habían huido tras las advertencias de evacuación israelíes la noche del 27 al 28 de septiembre de 2024, emitidas en Al Laylaki, Hay el Sellom, la carretera Hadi Nasrallah y Burj al Barajneh. Asimismo, la organización entrevistó a tres residentes de pueblos del sur de Líbano.
El Laboratorio de Pruebas del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional mapeó las zonas que cubrían las advertencias de evacuación israelíes para compararlas con las zonas afectadas por los ataques.
Con el análisis de estas advertencias, Amnistía Internacional no pretende en esta ocasión determinar si Israel alcanzó objetivos militares en sus ataques, sino establecer si los avisos emitidos por Israel fueron eficaces para proteger a la población civil y si se ajustaron al derecho internacional.
Suburbios del sur de Beirut: “Esto no es una advertencia, es una tortura”
A las 11:06 pm del 27 de septiembre, las fuerzas armadas israelíes comenzaron a dirigir advertencias de evacuación a los residentes del Dahiye. En el primer aviso, las fuerzas armadas israelíes ordenaron a los residentes a través de X (antes Twitter) que se alejaran 500 metros de tres edificios situados en los barrios de Al Laylaki y Al Hadath, ambos zonas densamente pobladas, asegurando que quienes residían allí estaban “situados cerca de intereses de Hezbolá”. En la orden no se especificaba un horario de evacuación.
En el mapa publicado junto con la advertencia se resalta una zona alrededor de los edificios que se supone que correspondía al radio de 500 metros que los residentes debían evacuar. Sin embargo, la zona resaltada de hecho sólo cubre un radio de unos 135 metros. Mientras que en el mapa aparecen 30 edificios dentro del círculo rojo, en realidad hay 500 edificios dentro del radio de 500 metros.
Lo mismo puede decirse de las advertencias de evacuación en el barrio de Al Hadath: las zonas resaltadas en los mapas que advierten a la población que se aleje 500 metros del edificio Sheet y el complejo Al Salam sólo cubren un radio de unos 125 metros y de 100 metros, respectivamente.
Alrededor de las 12.36 am, sólo una hora y media después, los medios de comunicación locales informaron de un ataque israelí en Al Laylaki. A continuación, durante una hora y 10 minutos, la Agencia Nacional de Noticias de Líbano informó de 11 ataques más en el Dahiye, algunos sobre edificios y zonas que no habían recibido advertencia de evacuación.
Fatima, periodista residente en Al Laylaki, contó a Amnistía Internacional que su hermano la había llamado alrededor de las 11:15 pm, cuando estaba cubriendo la noticia del ataque en Nasrallah, para avisarla de que abandonara la zona:
“Me subí corriendo al coche y conduje sin rumbo […] Llegué a Al Laylaki y vi que todo el mundo estaba tan desquiciado como yo. [Si hubieran podido] se habrían tirado por el balcón para irse más rápido. Gritos, carreras, bocinas de coches, motos, bolsas de plástico […] Ayudé a mis padres a bajar las escaleras a toda prisa hasta mi coche, y sólo me llevé a mi gato […] Actualmente no tengo pertenencias de ninguna clase.”
Fatima explicó que Al Laylaki es una zona residencial masificada que esa noche continuaba plenamente poblada ya que está en el extrarradio del Dahiye y sus residentes no pensaban que su zona fuera un objetivo.
Abir, quien vive con su madre cerca de Al Laylaki, contó a Amnistía Internacional que no había podido evacuar su casa de inmediato porque su madre es anciana y está enferma, y necesitaba asistencia para bajar las escaleras: “Fue una noche infernal. Dejé a mi madre en el suelo de la habitación más segura, el antiguo cuarto de baño, y nos protegimos la cabeza con los brazos [durante el bombardeo].” No pudieron marcharse hasta varias horas después, cuando un amigo la ayudó a bajar a su madre desde el sexto piso.
Fue una noche infernal. Dejé a mi madre en el suelo de la habitación más segura, el antiguo cuarto de baño, y nos protegimos la cabeza con los brazos.
Abir, cuya madre es mayor y está enferma, tuvo que ser bajada en brazos desde el sexto piso para ser evacuada.
A las 3 am del 28 de septiembre, las fuerzas armadas israelíes dirigieron otra advertencia de evacuación a través de X a la población de los barrios de Burj al Barajneh y Al Hadath, en los suburbios del sur de Beirut, en la que daban instrucciones de alejarse 500 metros de otros tres edificios identificados. La advertencia no incluía un horario de evacuación y los mapas de las zonas afectadas también eran engañosos, ya que resaltaban áreas mucho más pequeñas que el radio de 500 metros indicado.
A las 5:47 am, la Agencia Nacional de Noticias informó de que los ataques israelíes habían alcanzado Al Hadath y Al Laylaki así como los barrios de Chouiefat y Al Kafaat, en los suburbios del sur de Beirut, que no se citaban en la advertencia de evacuación. Los medios de comunicación locales informaron de ataques continuos en los suburbios del sur de Beirut durante todo el día.
Taghreed, mujer residente en Hay el Sellom, afirmó que no había oído la advertencia israelí y había decidido huir después del grave ataque causante de la muerte de Hassan Nasrallah. “Estábamos escondidos y sin acceso a la televisión. No tengo redes sociales, así que no sé lo que dijeron los israelíes”, explicó a Amnistía Internacional.
Ahmad, habitante de Burj al Barajneh, también contó que había decidido salir del Dahiye inmediatamente después del ataque que había matado a Nasrallah, ya que vivía con sus padres de avanzada edad. “En pleno atasco en la carretera de salida del Dahiye, con todas las ambulancias intentando dar prioridad a las personas heridas, oímos la advertencia en la radio de la furgoneta. Sentí una gran amargura. Esto no es una advertencia, es una tortura. Es un juego sádico: ‘pronto os mataremos a ti y a tu familia. A ver cómo escapáis’.”
El 30 de septiembre de 2024, las fuerzas armadas israelíes emitieron una advertencia de evacuación de los alrededores de unos bloques residenciales en Al Laylaki, Haret Hreik y Burj al Barajneh. Y justo 30 minutos después, lanzaron una sucesión de ataques. Igualmente, a las 10:51 pm del 3 de octubre de 2024, las fuerzas armadas israelíes emitieron una advertencia de evacuación que ordenaba a los residentes de Burj al Barajneh marcharse inmediatamente. Minutos después de emitirse la orden de evacuación, los medios de comunicación locales informaron de un “fuerte ataque”, y hubo al menos cuatro más antes de las 11:30 pm.
Según el derecho internacional, Hezbolá y otros grupos armados deben evitar, en la medida de lo posible, situar objetivos militares —incluidos combatientes, municiones, armas e infraestructura militar— dentro o cerca de zonas densamente pobladas. No obstante, la presencia de objetivos militares en zonas pobladas no exime a las fuerzas israelíes de sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario de evitar los ataques indiscriminados o desproporcionados y tomar todas las precauciones posibles para proteger a los civiles, incluidos los que abandonan la zona tras una advertencia de evacuación. No advertir eficazmente y con suficiente antelación de ataques que pueden afectar a la población civil —salvo que las circunstancias no lo permitan— y no tomar otras precauciones posibles para su protección, constituyen violaciones del derecho internacional humanitario.
Advertencias de evacuación masiva a residentes del sur de Líbano
El 1 de octubre, las fuerzas armadas israelíes dirigieron dos advertencias de evacuación a la población del sur de Líbano. El primero, a las 9:21am, ordenaba a la población no desplazarse en vehículo al sur del río Litani “hasta nuevo aviso” con el argumento de que Hezbolá estaba utilizando “el entorno civil y a la población como escudos humanos”.
A las 12:18 pm, las fuerzas armadas israelíes ordenaron a los residentes de más de 25 localidades del sur de Líbano evacuar y trasladarse al norte del río Awwali, a unos 58 kilómetros de la frontera con Israel y unos 30 más allá del río Litani, que marca el límite de la zona de amortiguación de la ONU establecida tras la guerra de 2006.
El 2 de octubre de 2024, a las 9:11 am y después a las 11:15 am, las fuerzas armadas israelíes dirigieron advertencias a otros 24 pueblos y localidades del sur de Líbano, que aconsejaban a los residentes “salvar la vida y abandonar sus casas de inmediato” y desplazarse al norte del río Awwali, afirmando que corrían peligro si se desplazaban al sur. Las fuerzas armadas israelíes emitieron advertencias parecidas a las 12:49 pm del 3 de octubre para 25 pueblos y ciudades, a las 9:11 am del 4 de octubre para 35 pueblos más, y a las 12:58 pm del 7 de octubre para otros 25 pueblos.
Ninguna de esas “órdenes” ofrecía una evacuación segura y eficaz; sólo se daban instrucciones a la población de marcharse “inmediatamente”.
Los motivos de preocupación de Amnistía Internacional relacionados con las advertencias a civiles en el sur de Líbano se agravan con algunas declaraciones de dirigentes políticos y militares israelíes, según las cuales consideran que los civiles y los bienes civiles libaneses son objetivos legítimos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, manifestó el 27 de septiembre de 2024 que hay “un misil en cada cocina, un cohete en cada garaje”. El ministro de Educación israelí afirmó en televisión el 21 de septiembre de 2024 que no hay diferencia entre Hezbolá y Líbano y que Líbano “será aniquilado”. El ministro de Defensa israelí también había advertido en junio de 2024 que Israel es capaz de hacer que Líbano vuelva “a la edad de piedra”.
“La pérdida masiva de vidas en Líbano en los últimos días suscita el temor de que las fuerzas israelíes estén incumpliendo su obligación de tomar todas las precauciones posibles para minimizar los daños a la población civil en cualquier parte, lo que incluye emitir advertencias efectivas. Después de investigar durante los últimos 12 meses los crímenes de guerra cometidos en Gaza, a Amnistía Internacional le preocupa enormemente que Israel esté replicando el enfoque adoptado en Gaza, que ha causado daños sin precedentes a civiles”, ha dicho Agnès Callamard.
Las advertencias en el sur de Líbano y las instrucciones para que no se desplacen vehículos al sur del río Litani también suscitan profunda preocupación sobre el acceso de la población civil a provisiones y servicios esenciales, como alimentos, medicamentos, asistencia médica y combustible.
El jefe de aldea (mujtar) de Rmeich —pueblo situado al sur del río Litani, cerca de la frontera con Israel, que no recibió aviso de evacuación pero está dentro de la zona a la que Israel dijo que no podían desplazarse vehículos— contó a Amnistía Internacional que las provisiones se estaban agotando rápidamente en el pueblo. “La zona va a quedarse en la miseria. ¿Cómo vamos a salir adelante? Es como si quisieran desplazarnos”, dijo.
Las condiciones creadas por las acciones de Israel en el sur de Líbano podrían forzar a la mayoría de la población civil a desplazarse.
Una de las localidades del sur de Líbano que las fuerzas armadas israelíes advirtieron que debían ser evacuadas es Ain Ebel, donde la mayoría de los residentes son cristianos y no tienen relación conocida con Hezbolá.
Rakan Diab, habitante de Ain Ebel, contó a Amnistía Internacional que los habitantes del pueblo se sorprendieron al ver que Ain Ebel estaba incluida en la advertencia de evacuación emitida por las fuerzas armadas israelíes en X (antes Twitter) el 1 de octubre. Poco después, el alcalde del pueblo recibió una llamada en la que alguien que decía pertenecer a las fuerzas armadas israelíes advirtió a los residentes de que tenían unos 45 minutos para huir porque había armas en el pueblo.
“La gente entró en pánico […] Había que hacer el equipaje y marcharse de inmediato”, dijo, y explicó que la mayoría huyó al pueblo vecino de Rmeich, y que el ejército y la Cruz Roja de Líbano facilitaron el paso seguro de un convoy formado por unos 100 vehículos desde Rmeich hacia el territorio situado al norte del río Awwali.
“Amnistía Internacional pide a los aliados de Israel, entre ellos Estados Unidos, que suspendan todas las transferencias de armas y otras formas de ayuda militar a Israel ante el riesgo significativo de que estas armas puedan utilizarse para cometer o facilitar violaciones graves del derecho internacional humanitario. Además, la organización solicita una suspensión de todas las transferencias de armas a Hezbolá y otros grupos armados en Líbano”, ha afirmado Agnès Callamard.
Información complementaria
La Operación Flechas del Norte lanzada por Israel comenzó el 23 de septiembre. Durante el primer día, las fuerzas israelíes llevaron a cabo al menos 1.600 ataques en zonas de todo Líbano, causando la muerte a más de 500 y lesiones a más de 1.800 en las primeras 24 horas. Hezbolá también disparó más de 200 cohetes hacia Israel ese día, y unas 10 personas resultaron heridas por metralla o escombros.
Hezbolá e Israel mantienen hostilidades constantes a través de la frontera desde que el grupo lanzó ataques contra el norte de Israel tras el estallido de las hostilidades entre Israel y la Franja de Gaza ocupada en octubre de 2023.
Los ataques israelíes contra Líbano desde el 7 de octubre de 2023 han matado al menos a 2.083 personas, según el Ministerio de Salud libanés. Más de 1,2 millones de personas se han visto desplazadas en Líbano, y al menos 400.000 han cruzado la frontera con Siria.
Muchos de los cohetes disparados por Hezbolá son no guiados, es decir, no pueden dirigirse contra un objetivo específico. Disparar cohetes intrínsecamente imprecisos contra zonas donde hay civiles presentes supone un ataque indiscriminado y, por tanto, una violación del derecho internacional humanitario. Los ataques directos contra civiles y los ataques indiscriminados que matan o hieren a civiles constituyen crímenes de guerra.
Desde el 8 de octubre de 2023, Hezbolá y otros grupos armados han lanzado miles de misiles contra el norte de Israel, causando la muerte de 16 civiles. Otros 12 civiles, todos menores de edad, perdieron la vida en un ataque contra Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados. Desde esa fecha han sido evacuadas unas 63.000 personas del norte de Israel.
En un ataque de Hezbolá perpetrado el 12 de noviembre de 2023, un misil antitanque alcanzó a un grupo de operarios de una empresa eléctrica que estaban realizando obras de infraestructura cerca de Dovev. Uno resultó muerto en el ataque y otro, herido leve.
En otro ataque, realizado el 9 de julio de 2024, dos civiles resultaron muertos cuando su vehículo fue alcanzado por un misil en la autopista 91, en los Altos del Golán ocupados. En una declaración publicada ese mismo día, Hezbolá asumió la autoría y afirmó que el ataque iba dirigido contra la cercana base militar de Nafah en respuesta al asesinato de uno de sus miembros.