El presidente Trump ha firmado hoy una medida ejecutiva para promover la conclusión del oleoducto Dakota Access (DAPL). Ante esta noticia, el director del Programa sobre Personas en Situación de Riesgo de Amnistía Internacional Estados Unidos, Zeke Johnson, ha hecho la siguiente declaración:
“La decisión del presidente Trump de desdeñar los graves motivos de preocupación de los pueblos indígenas en torno al oleoducto Dakota Access es un ataque vergonzoso e intolerable a los derechos humanos. El gobierno de Estados Unidos tiene la obligación, en virtud del derecho internacional, de respetar, proteger y realizar los derechos humanos de pueblos indígenas como la tribu sioux de Standing Rock, lo que incluye su derecho a acceder a agua potable y el derecho a protestar pacíficamente.
La decisión del presidente Trump de desdeñar los graves motivos de preocupación de los pueblos indígenas en torno al oleoducto Dakota Access es un ataque vergonzoso e intolerable a los derechos humanos. El gobierno de Estados Unidos tiene la obligación, en virtud del derecho internacional, de respetar, proteger y realizar los derechos humanos de pueblos indígenas como la tribu sioux de Standing Rock, lo que incluye su derecho a acceder a agua potable y el derecho a protestar pacíficamente.
Zeke Johnson, director del Programa sobre Personas en Situación de Riesgo de Amnistía Internacional Estados Unidos
“Con su decisión de promover el oleoducto Dakota Access, el presidente Trump pone en peligro el acceso de los pueblos indígenas al agua potable y parece transmitir al pueblo estadounidense el mensaje de que dará prioridad a los intereses de las industrias extractivas sobre los derechos humanos fundamentales de las personas. El gobierno federal debe pedir el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas afectados por los proyectos de infraestructura antes de aprobarlos.
“Para cumplir las normas internacionales de derechos humanos, el presidente debe retirar inmediatamente su orden y respetar la decisión del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense de llevar a cabo su revisión de la declaración de evaluación del impacto medioambiental del oleoducto Dakota Access. También debe comprometerse a respetar el derecho a protestar en Standing Rock y otros lugares, así como garantizar que el Departamento de Justicia abre una investigación sobre las denuncias de uso de fuerza excesiva por las autoridades contra quienes se oponen al oleoducto.”
Amnistía Internacional ha enviado observadores de derechos humanos a Standing Rock en cuatro ocasiones y ha expuesto con anterioridad su enorme preocupación por las violaciones del derecho a la protesta pacífica.