La condena de un destacado abogado y defensor de los derechos humanos saudí a 15 años de prisión ha asestado un nuevo golpe al activismo pacífico y la libertad de expresión en el país, ha manifestado Amnistía Internacional.El Tribunal Penal Especial de Yidda ha declarado a Waleed Abu al Khair culpable de una serie de “delitos”, entre ellos “incitar a organizaciones internacionales en contra el gobierno” y “romper la lealtad al gobernante”. Cuando salga en libertad tendrá prohibido también viajar durante 15 años.Waleed Abu al Khair es el último de una larga lista de activistas de derechos humanos que han sido sometidos a hostigamiento, intimidaciones y prisión por las autoridades saudíes en los últimos meses.Ha prestado asistencia letrada a muchas víctimas de violaciones de derechos humanos. Uno de sus clientes, Raif Badawi, fue condenado en mayo a 10 años de prisión y a recibir 100 latigazos por establecer en Internet un foro de debate público.Para dictar su sentencia, el juez ha aplicado el artículo 21 de la nueva y represiva ley antiterrorista de Arabia Saudí, además de otras leyes contra la ciberdelincuencia utilizadas normalmente para encarcelar a activistas.“La sentencia condenatoria dictada contra Waleed Abu al Khair por cargos relacionados con la seguridad nacional es totalmente injustificada y constituye una alarmante muestra del uso que se está dando a la nueva ley antiterrorista de Arabia Saudí para reprimir la disidencia política pacífica”, ha señalado Said Boumedouha, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.“Al condenar a 15 años de prisión a un activista pacífico, las autoridades saudíes están indicando con toda claridad que quienes se muestren abiertamente críticos con las autoridades serán sancionados simplemente por ello. Waleed Abu al Khair es preso de conciencia y debe ser puesto en libertad de inmediato y sin condiciones, a la vez que se anula su sentencia y su condena.”El Tribunal Penal Especializado conoce de delitos de terrorismo y contra la seguridad. Su reglamento y sus procedimientos son secretos, y, según activistas, está bajo el control directo del Ministerio del Interior. Antes de que se dictara sentencia contra él, Waleed Abu al Khair manifestó que consideraba que el tribunal era ilegítimo y que el juez no era imparcial, por lo que se negaba a hacer su defensa ante él.La esposa de Waleed Abu al Khair, Samar Badawi, ha dicho a Amnistía Internacional que se entristeció mucho al recibir la noticia pero que está muy orgullosa de su esposo, y ha añadido: “Es una sentencia injusta y opresiva, y la decisión de Waleed de negarse a reconocer la legitimidad del este tribunal y apelar contra el fallo le honra”.“Son 15 años de vergüenza para los tribunales del Ministerio del Interior. Me enorgullezco de ser la esposa de este defensor libre y noble. La historia pondrá en evidencia estas mascaradas contra defensores de los derechos humanos.”Waleed Abu al Khair está privado de libertad desde el 15 de abril de 2013. Lo han trasladado varias veces de prisión, y actualmente se encuentra en la de Briman, en la ciudad costera de Yidda.