Amnistía Internacional considera que la Unión Europea (UE) e India deben trabajar al unísono en la ONU para proteger los derechos humanos en los lugares donde existan crisis.
El llamamiento se incluyó en una carta enviada el martes 3 de noviembre al titular de la Presidencia sueca de la UE, primer ministro Fredrik Reinfeldt, en vísperas de la cumbre UE-India que se celebró el viernes 6 de noviembre en Nueva Delhi.
En su carta, Amnistía Internacional se refirió a la forma en que la UE había abordado la crisis de desplazados tras el conflicto armado interno de Sri Lanka, a las violaciones de derechos humanos en Myanmar, a la responsabilidad corporativa en el desastre producido por el escape de gas en Bhopal y al uso de la pena de muerte en India.
Como actores globales, tanto la UE como India tienen la responsabilidad de desempeñar un papel activo en la protección de los derechos humanos en los ámbitos internacional, regional y nacional, afirmó Amnistía Internacional.
«En la escena mundial, la voz de la ONU es especialmente importante en la promoción y protección de los derechos humanos a nivel internacional; tanto la UE como el gobierno indio deben garantizar que apoyan a la ONU en esta función con la mayor eficacia posible.»
Amnistía Internacional criticó la deficiente actuación de la ONU en su gestión de la situación de los derechos humanos en Sri Lanka durante el conflicto armado interno, especialmente cuando éste concluyó, como un ejemplo reciente de la necesidad de una cooperación basada en principios entre los actores globales en las situaciones de crisis.
En opinión de la organización, aunque la crisis humanitaria y de derechos humanos en Sri Lanka era “previsible desde hacía tiempo” a comienzos de este año hubo “algunos indicios de cooperación entre la Unión Europea e India para abordar en la ONU la situación de los derechos humanos en Sir Lanka”.
Amnistía Internacional expresó su decepción por la resolución sobre Sri Lanka adoptada al final del periodo extraordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU celebrado el 27 de mayo, que “elogiaba al gobierno de Sri Lanka, obviaba por completo las violaciones de derechos humanos perpetradas por el gobierno e ignoraba la necesidad de acometer la rendición de cuentas”.
Tras señalar que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU no había creado una misión internacional de investigación para Sri Lanka, similar a la que se creó en el caso de Gaza, Amnistía Internacional continuó diciendo que “la forma en que la ONU gestionó la situación en Sri Lanka y el resultado del periodo extraordinario de sesiones fueron muy perjudiciales para la credibilidad de los organismos políticos de derechos humanos de la ONU”.
La organización instó a la UE a utilizar sus conversaciones con India para conseguir que Myanmar se comprometa a poner fin a las “violaciones graves y sistemáticas de derechos humanos, como la detención de presos políticos y presos de conciencia, a menudo en condiciones atroces y en ocasiones en régimen de aislamiento”.
Respecto a la cuestión de la responsabilidad corporativa, Amnistía Internacional afirmó que la UE debe mostrar su liderazgo para garantizar que las empresas multinacionales (con sede en países de la UE) respetan los derechos humanos en sus operaciones en los Estados anfitriones (como India, donde se deja sentir el impacto en los derechos humanos de las operaciones de estas empresas). La UE e India tienen una responsabilidad especial en garantizar la protección de los derechos humanos en las comunidades afectadas. Para cubrir el vacío existente, son necesarios mecanismos preventivos y también soluciones.
En vista de lo anterior, con ocasión del 25º aniversario del desastre causado por el escape de gas en Bhopal, Amnistía Internacional exhortó a la Presidencia sueca a aprovechar la cumbre UE-India para “instar al gobierno de India a emprender acciones urgentes y definitivas para abordar los impactos a largo plazo del desastre causado por el escape de gas en Bhopal, incluyendo la limpieza y restauración del lugar donde se ubicaba la planta, asistencia médica adecuada, suministro regular de agua potable para las comunidades afectadas y rehabilitación económica”.
En línea con el compromiso de la UE con la abolición mundial de la pena de muerte, Amnistía Internacional también instó a la UE a utilizar sus conversaciones con India, “para pedir a India que adopte una postura positiva en relación con el debate y la resolución sobre la suspensión del uso de la pena de muerte en la Asamblea General de la ONU en noviembre de 2010”. India no ha llevado a cabo ejecuciones desde 2004, pero en diciembre de 2008 votó en la Asamblea General de la ONU contra la suspensión de la pena de muerte.