Amnistía Internacional ha revelado detalles de las brutales agresiones perpetradas por las fuerzas de seguridad en Guinea durante la represión de una concentración masiva el 28 de septiembre en Conakry, y el papel del ejército en la violencia.
Según informaron testigos presenciales a la organización de derechos humanos, varias mujeres fueron violadas públicamente por soldados, incluidos miembros de las ‘boinas rojas’, la guardia presidencial. Las fuentes de Amnistía Internacional revelaron que muchas de las víctimas perdieron la vida a manos de las fuerzas de seguridad guineanas, que dispararon deliberadamente “a matar”.
Una de estas fuentes dijo a Amnistía Internacional: “Vi cadáveres con heridas en el pecho y la cabeza, y algunos con disparos en la espalda, muchos de ellos hechos a quemarropa”.
Uno de los manifestantes dijo a Amnistía Internacional: “Los soldados desnudaban a las mujeres desgarrando sus faldas y las golpeaban con porras y Kalashnikovs. Vi cómo dos soldados arrojaban a una mujer al suelo y la violaban delante de los manifestantes. Tuve miedo. Un soldado violó a una mujer desnuda con su porra”. Otro testigo añadió que vio a un soldado derramar cerveza sobre una mujer a la que acababa de violar.
Según declaraciones de varios testigos presenciales reunidos por Amnistía Internacional, los ataques fueron organizados por oficiales del ejército. Los testigos dijeron que varios miembros de la guardia presidencial estaban presentes y supervisaban la represión. Uno de ellos dijo a Amnistía Internacional que estos oficiales “señalaban con el dedo a los manifestantes gritando: ‘dispárenles’”.
Varios testigos afirmaron que entre las fuerzas de seguridad había un ministro del gobierno. Un testigo dijo a Amnistía Internacional: “Un joven de unos 18 años, que vestía un pulóver Lacoste y pantalones tejanos, cayó, y otros le pasaron por encima, arrollándolo. El joven trató de levantarse, cayó al suelo y movió la cabeza. Un soldado pidió que lo ‘remataran’ y otro sacó un puñal y lo degolló”.
Amnistía Internacional ha pedido que se cree una comisión de investigación internacional para investigar las violaciones de derechos humanos perpetradas en Conakry.
La organización ha pedido también que se interrumpan de inmediato todos los suministros de material de seguridad y policial al gobierno guineano que puedan utilizarse para perpetrar graves violaciones de derechos humanos hasta que el gobierno haya tomado medidas prácticas para evitar que las fuerzas de seguridad cometan tales violaciones y haya puesto a disposición judicial a los responsables de estos actos.
Un manifestante dijo a Amnistía Internacional: “La muchedumbre ya había entrado en el estadio y estaba en las gradas. Había ‘boinas rojas’, gendarmes y policías rodeando el estadio, y luego entraron pequeños grupos de las fuerzas de seguridad, que arrojaron granadas de gas lacrimógeno. Apenas diez minutos después, dispararon con fuego real a los manifestantes, en un principio apuntando a los que tenían delante, en el campo de juego”.
Amnistía Internacional ha sabido asimismo que algunas personas, incluidas mujeres, fueron detenidas durante la manifestación y aún están en manos de las fuerzas de seguridad. A la organización le preocupa que estas personas puedan ser sometidas a malos tratos.
“Los perpetradores de estas brutales agresiones deben ser identificados y puestos a disposición judicial”, ha dicho Erwin van der Borght, director del Programa Regional para África de Amnistía Internacional. “Esto sólo podrá conseguirse mediante una investigación internacional, pues las autoridades guineanas ya están desacreditadas por su falta de voluntad política para llevar a cabo una investigación internacional sobre las acusaciones de violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad en 2007”.