Israel y Hamás usaron armas suministradas por países extranjeros contra la población civil
Según indicios recién hechos públicos por Amnistía Internacional, tanto Israel como Hamás usaron armas suministradas por países extranjeros para atacar a la población civil.
Las fuerzas israelíes utilizaron munición de Estados Unidos, el principal proveedor de armamento extranjero de Israel, durante las tres semanas que duró el conflicto en Gaza y el sur de Israel. Hamás y otros grupos armados palestinos dispararon cientos de cohetes que habían sido introducidos de contrabando o fabricados con piezas procedentes del extranjero contra zonas residenciales de Israel.
Amnistía Internacional ha pedido a la ONU que imponga un embargo de armas integral a las partes en el conflicto.
“Las fuerzas israelíes emplearon fósforo blanco y otras armas suministradas por Estados Unidos para cometer violaciones graves del derecho internacional humanitario, entre ellas crímenes de guerra”, afirmó Donatella Rovera, que encabezó la delegación de Amnistía Internacional que viajó al sur de Israel y Gaza en visita de investigación.
“Cientos de niños y niñas y otros civiles, perdieron la vida como consecuencia de los ataques, que también causaron la destrucción masiva de viviendas e infraestructuras. Al mismo tiempo, los cohetes disparados por Hamás y otros grupos armados palestinos, aunque mucho menos letales que el armamento empleado por Israel, causaron la muerte de varios civiles y también constituye un crimen de guerra.”
Estados Unidos es el principal proveedor de armas convencionales a Israel desde hace muchos años. En aplicación de un acuerdo de 10 años que expira en 2017, Estados Unidos suministrará ayuda militar a Israel por valor de 30.000 millones de dólares estadounidenses, lo que representa un incremento del 25 por ciento con respecto al periodo anterior al gobierno de Bush.
“La ofensiva militar de Israel en Gaza se llevó a cabo en gran medida con armas, municiones y equipos militares suministrados por Estados Unidos y sufragados con el dinero de los contribuyentes estadounidenses”, afirmó Malcolm Smart, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
Al término de los enfrentamientos, la delegación de Amnistía Internacional encontró en Gaza múltiples fragmentos y piezas de municiones empleadas por el ejército israelí –muchas de ellas de fabricación estadounidense– esparcidos por patios de colegio, hospitales y viviendas de civiles. Entre los restos había carcasas de piezas de artillería y tanques, alerones de mortero y restos de misiles Hellfire, otros misiles aerotransportados y grandes bombas liberadas por F-16, así como fragmentos de fósforo blanco, sumamente incendiario, todavía ardiendo.
La delegación encontró también restos de un nuevo tipo de misil que al parecer se lanza desde aviones teledirigidos, que libera gran cantidad de pequeños cubos metálicos de bordes afilados con una superficie de entre 2 y 4 milímetros cuadrados. Esta metralla fabricada con fines mortíferos es capaz de atravesar puertas metálicas de gran espesor y de incrustarse profundamente en un muro de hormigón, y está claramente diseñada para hacer el máximo daño posible.
En el sur de Israel, Amnistía Internacional pudo ver también los restos de cohetes Qassam, Grad y otra munición de efectos indiscriminados disparada por Hamás y otros grupos armados palestinos contra zonas civiles. Estas armas, más bien rudimentarias, no pueden dispararse con precisión, y, aunque no son comparables al armamento desplegado por Israel, han causado la muerte o lesiones a civiles israelíes, además de daños en propiedades civiles.
Ya antes del conflicto de tres semanas, quienes armaron a los dos bandos tenían perfecto conocimiento del uso indebido del armamento que ambos hacían sistemáticamente.
“Como principal proveedor de armas a Israel, Estados Unidos tiene la obligación especial de poner fin a todo suministro que contribuya a la comisión de violaciones graves de derechos humanos y de las leyes de la guerra –manifestó Malcolm Smart. El gobierno de Obama debe suspender de inmediato la ayuda militar estadounidense a Israel”, afirmó Malcolm Smart.
“Pedimos al Consejo de Seguridad de la ONU que imponga de inmediato un embargo total de armamento a Israel, Hamás y otros grupos armados palestinos hasta que se encuentren mecanismos eficaces para garantizar que las municiones y demás material militar no se utilizan para cometer violaciones graves del derecho internacional.”
“Además, todos los Estados deben suspender la transferencia de munición, equipo y ayuda militar a Israel, Hamás y otros grupos armados palestinos mientras exista un peligro considerable de que se cometan violaciones de derechos humanos con ellos. De haber un retorno a la normalidad como si nada hubiera ocurrido, las consecuencias para la población civil de Gaza e Israel serán previsiblemente demoledoras.”