ANTICOP 2024: Un grito por la justicia climática desde el Sur Global

Del 4 al 9 de noviembre de 2024, una semana antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024 (COP29), se celebró en Oaxaca, México, el Encuentro Global por el Clima y la Vida, conocido como ANTICOP 2024. Este evento, organizado en la sede de las Organizaciones Indias por los Derechos Humanos en Oaxaca (OIDHO), reunió a más de 250 personas de 35 países de los cinco continentes, incluidas diversas comunidades indígenas. 

La COP29: Un acuerdo catastrófico para los derechos humanos 

La COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, fue considerada la “COP del financiamiento”. A pesar de las demandas de los países del Sur Global, que necesitan al menos 1.3 billones de dólares anuales para enfrentar la crisis climática, los países de altos ingresos solo se comprometieron a aportar 300,000 millones de dólares, menos de una cuarta parte de la cantidad mínima requerida. Además, parte de este financiamiento se entregaría como deuda, no como subvenciones públicas. 

Amnistía Internacional afirmó que este acuerdo “pondrá en riesgo los derechos humanos de miles de millones de personas, perpetuará los daños actuales que tienen su origen en el colonialismo y agravará el sufrimiento causado por el cambio climático”.   

Como mencionaron los organizadores de la ANTICOP, “en Bakú, más de 1,700 lobistas de la industria de los combustibles fósiles tuvieron acceso privilegiado mientras se siguió ignorando las luchas por la tierra, territorio, bienes naturales y derechos humanos de los pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades campesinas, así como las realidades y necesidades de los pueblos y comunidades que enfrentan los impactos más devastadores del cambio climático”.  

ANTICOP: Poniendo al centro las voces de las personas que defienden la tierra 

La ANTICOP surgió como una respuesta a la exclusión histórica de las comunidades del Sur Global, como los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos, en las COPs oficiales. A pesar de enfrentar amenazas, intimidación, ataques físicos, criminalización e incluso asesinatos, estas personas y grupos siguen estando en la primera línea de lucha contra el cambio climático. 

El objetivo de la ANTICOP no fue reemplazar la COP, sino crear redes entre las comunidades que defienden sus territorios y los movimientos por la justicia climática. En este evento se discutieron cuatro temas clave, relacionados con las realidades territoriales del Sur Global, con el cambio climático como eje transversal: los megaproyectos extractivos, el desplazamiento forzado, la mercantilización de la vida (que incluye las falsas soluciones climáticas y la crisis de deuda) y la crisis global del agua. 

El Encuentro Global por el Clima y la Vida fue un espacio autónomo que, de acuerdo con los participantes, “sirvió para articular sus luchas y proponer alternativas concretas que fortalezcan sus territorios, defender sus bienes naturales y dignificar sus formas de vida”.   

La Comunidad de El Bosque, México 

Personas de comunidades afectadas por el aumento del nivel del mar en la ANTICOP. El letrero de fondo dice “La destrucción de nuestro territorio es la destrucción de nuestra cultura”. De izquierda a derecha: Sra. Guadalupe Cobos (El Bosque, México), Jöel Michel (Nueva Caledonia) y Jacob Nitzler (Samoa)

La Sra. Guadalupe Cobos, representante de la comunidad de El Bosque, en el estado de Tabasco, México, expresó:

“Cuando ustedes escuchen un huracán, piensen en el Bosque. Piensen que mi comunidad la ha pasado mal. Que hay gente que lo perdió todo. Estamos casi sin pasado, sin presente y con un futuro incierto”.

Cuando ustedes escuchen un huracán, piensen en el Bosque. Piensen que mi comunidad la ha pasado mal. Que hay gente que lo perdió todo. Estamos casi sin pasado, sin presente y con un futuro incierto.

Guadalupe Cobos, representante de la comunidad de El Bosque.

Desde el 2019, debido a las constantes marejadas y a diversos fenómenos meteorológicos extremos, la costa de El Bosque se ha erosionado más de 200 metros, lo que ha provocado la destrucción de viviendas e infraestructuras comunitarias.

En febrero de 2023, el Congreso del Estado de Tabasco aprobó la reubicación de la comunidad después de un proceso de incidencia generado por la comunidad y el apoyo de las organizaciones Nuestro Futuro, Greenpeace México y Conexiones Climáticas. En abril de 2023, la comunidad de El Bosque inició negociaciones con instancias gubernamentales para ser reubicada.

Sin embargo, como afirma la Sra. Cobos, “el sistema de gobierno es lento y el mar no espera”. En noviembre del 2023, la comunidad entera tuvo que ser desalojada por una marejada que terminó de destruir gran parte de las casas restantes. Después de vivir en refugios temporales, en noviembre de 2023 al menos 69 personas que vivían en un refugio temporal lo abandonaron tras no recibir comida ni agua durante todo un día y denunciar maltratos del personal que lo atendía, los pocos habitantes que quedaban ahí tuvieron que irse.

Después de un año de retardo, las autoridades en noviembre del 2024, el gobierno de Tabasco reconoció a la comunidad oficialmente como reubicados “con motivo de impacto climático”, y el gobierno federal les entregó 51 viviendas para que se reubicaran.

A pesar de esta victoria, la comunidad reporta que muchas personas aún esperan ser censadas y reubicadas. La Sra. Cobos comentó: “Vamos a mover nuestro territorio a un nuevo territorio, la ciudad, no sé qué vamos a hacer, pero nos tocó el cambio climático”. Esta experiencia muestra cómo las comunidades que menos han contribuido históricamente al cambio climático en el Sur Global son quienes están sufriendo sus peores efectos.

La Sra. Cobos expresó que espacios como la ANTICOP son importantes para dar a conocer la situación de su comunidad. En ella, se reunió con Jacob Nitzler, de Samoa y Jöel Michel, del pueblo kanaki en Nueva Caledonia, con quienes habló sobre la realidad compartida de sus territorios:

“Encontré hermanos como los de las islas del Pacífico, que ellos están también perdiendo su territorio, sus islas se están hundiendo. Y me siento hermanada, acompañada, acuerpada”.

Encontré hermanos como los de las islas del Pacífico, que ellos están también perdiendo su territorio, sus islas se están hundiendo. Y me siento hermanada, acompañada, acuerpada.

Guadalupe Cobos, representante de la comunidad de El Bosque.

Finalmente, dijo que estando en la ANTICOP ella sintió “que el Bosque no está solo. Somos todas y todos”.

El pueblo Waorani y la lucha por el Yasuní 

Juan Bay, presidente de la NAWE en el Panel Inaugural de la ANTICOP.
Juan Bay, presidente de la NAWE en el Panel Inaugural de la ANTICOP.. Encuentro por el Clima y la Vida- ANTICOP

La extracción de combustibles fósiles y la consiguiente acumulación de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, son la causa principal de la crisis climática, reflejada en fenómenos meteorológicos extremos, como los sufridos por la comunidad de El Bosque. Sin embargo, los Estados han fallado en acordar e implementar una eliminación de los combustibles fósiles de forma completa, equitativa, rápida y financiada en las cumbres internacionales, incluyendo la COP29.

Frente a la inacción estatal, la resistencia de pueblos indígenas como la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE) ha sido crucial para la lucha contra la crisis climática. Esta agrupa 87 comunidades distribuidas en tres provincias de la Amazonía ecuatoriana.

Juan Bay, presidente de la NAWE expresó en la ANTICOP:

“El pueblo waorani tiene un proceso de 60 años de civilización. Sin embargo, hemos dado un paso tan importante en el Yasuní. Los waoranis hemos decidido que queremos vivir sano, queremos tener aire sano, agua limpia”.

El pueblo waorani tiene un proceso de 60 años de civilización. Sin embargo, hemos dado un paso tan importante en el Yasuní. Los waoranis hemos decidido que queremos vivir sano, queremos tener aire sano, agua limpia.

Juan Bay, presidente de la NAWE

Amnistía Internacional ha documentado cómo la Amazonía ecuatoriana se ha transformado en una zona de sacrificio para la industria petrolera. El Yasuni, un área protegida de 10,200 km², una de las zonas más biodiversas del mundo, no es la excepción, pues es una zona amenazada por la extracción petrolera.

Una histórica campaña liderada por el pueblo waorani en conjunto con grupos ambientalistas y por la justicia climática de Ecuador, impulsó un referéndum que fue votado en agosto del 2023 mayoritariamente a favor para proteger al Yasuní. Gracias a este resultado Ecuador, para agosto del 2024, debía desmantelar la planta petrolera dentro del parque (llamada “bloque 43 ITT”) y evitar nuevas exploraciones petroleras en él. Lamentablemente, esto todavía no ha ocurrido.

Ante esto, La NAWE no se ha quedado atrás en continuar con su lucha. En agosto del 2024, organizaron la “Cumbre Internacional por el Yasuní”, un evento que reunió a más de 300 personas de distintos países para discutir un plan de Acción por el Yasuní con medidas concretas para hacer cumplir con el mandato dado en el referéndum. Este plan ya ha sido entregado a las autoridades ecuatorianas.

A pesar de que su lucha y resistencias trae consigo repercusiones negativas – Juan Bay ha sufrido de amenazas de muerte e intimidación por su labor de defensa del territorio-, la NAWE nos demuestra que hay esperanza por la justicia climática, y que esta recae en gran medida en las resistencias de los pueblos indígenas, que cuidan el 80% de la biodiversidad global.

“No necesariamente tenemos que recorrer el mundo para responder los problemas que están en nuestro territorio. Necesitamos hacer acciones desde nuestras casas. Eso he hecho yo, y por eso soy perseguido por el gobierno, por la petrolera y vivo aislado, pero vine hasta acá para compartir y decirles que yo soy waorani, no soy ambientalista. Lo que hacemos los waorani no es solo para los waorani, es para la sociedad y la humanidad. Por eso hemos dicho que ya no más petróleo, que el petróleo debe quedarse en el suelo”, dijo Juan Bay, presidente de la NAWE

Lo que hacemos los waorani no es solo para los waorani, es para la sociedad y la humanidad. Por eso hemos dicho que ya no más petróleo, que el petróleo debe quedarse en el suelo.

Juan Bay, presidente de la NAWE.

Lo que salió de la ANTICOP: Solidaridad en la lucha por la vida, los territorios y la justicia climática

Las luchas de la comunidad de El Bosque y del Yasuní se unieron a las de los jóvenes de Aruba, que se oponen a la sobreexplotación de los recursos naturales por la industria hotelera, y a las demandas de los jóvenes de Bonaire, que exigen acciones climáticas reales del gobierno de los Países Bajos. También se unieron representantes de las luchas de los pueblos Sami en Escandinavia, los Binnizá o Zapotecas en México (quienes fueron organizadores de la cumbre) y los Wayuu en Colombia y Venezuela, quienes denuncian la falta de consentimiento libre, previo e informado en la instalación de parques eólicos en sus territorios, mostrando cómo algunas de las soluciones climáticas están replicando las desigualdades coloniales.  

El diálogo entre luchas durante las mesas de trabajo de la ANTICOP se vio reflejado en el posicionamiento final, en el que se menciona la decisión de crear una Red Global por el Clima y la Vida, acompañada de un calendario de lucha colectiva para fortalecer las luchas locales y comunitarias, y dar visibilidad a las demandas ante autoridades nacionales e internacionales, en especial frente a la COP30, que será en Belén, Brasil en 2025. Esta red buscaría implementar verdaderas soluciones sostenibles a la crisis climática y fortalecer las luchas territoriales de los pueblos integrantes a la misma. 

Más allá de intentar reemplazar la COP, la ANTICOP se presentó como una propuesta de articulación de luchas por los derechos humanos y la justicia climática, especialmente en el Sur Global. En este contexto, los Estados deben garantizar que quienes están en la primera línea de defensa de derechos en la emergencia climática, puedan realizar su labor de forma plena y segura, sin temor a represalias. Su lucha por la vida, por sus territorios y por la justicia climática, es un faro de esperanza global.  

Encuentro por el Clima y la Vida- ANTICOP Marcha Calenda por el Clima y la Vida, ANTICOP 2024. Cortesía de Yoco Reyes.
Marcha Calenda por el Clima y la Vida, ANTICOP 2024.

Escrito por: 
Iván Daniel Martínez es Encargado de Campañas de Justicia Climática en Amnistía Internacional Américas.