La viscosa y negra verdad
Shell gana miles de millones de dólares al año con la venta de petróleo y gas, y dedica una parte considerable de esa cantidad a una brillante mercadotecnia, que incluye un proyecto llamado #makethefuture (“construye el futuro”), que pide a los jóvenes ideas brillantes para cambiar el mundo.
Pero ninguna cantidad de brillantes operaciones de relaciones públicas puede ocultar la pegajosa y negra verdad sobre la persistente contaminación de Shell en la región rica en petróleo del delta del Níger, en el sur de Nigeria.
El delta, donde viven 31 millones de personas, es uno de los 10 ecosistemas de humedales y marinos costeros más importantes del mundo. Shell comenzó a extraer petróleo en la zona en 1958, y ahora opera unos 50 yacimientos de petróleo y una red de 5.000 kilómetros de oleoductos.
Y cada año, más petróleo de sus oleoductos y pozos en mal estado se filtra a las aguas y las tierras del delta.
Lamentablemente, a pesar de sus riquezas, Shell no ha aportado todavía ninguna idea brillante para impedir que esto ocurra, ni para limpiar adecuadamente el entorno después.
Cuando Shell llegó, prometieron que si encontraban petróleo transformarían nuestra comunidad.
Emadee Roberts Kpai, Nigeria
El sucio pasado de Shell
“Todo murió así”, dice Barine Ateni, agricultora de la localidad de Kegbara Dere (conocida como K. Dere), un minúsculo punto en el mapa del mayor delta fluvial de África.
Barine describe las secuelas de un vertido de petróleo que afectó a su comunidad en 1970, cuando ella no era más que un bebé.“Destruyó toda la vida acuática del arroyo del que solíamos sacar el agua, nuestras tierras de labranza, todas las cosas vivas que allí había”, dice.
Shell afirma que ha limpiado el lugar dos veces. Pero cuando Amnistía lo visitó en agosto de este año comprobamos que la tierra alrededor del Pozo 11 de Bomu está todavía recubierta de petróleo, 45 años después del derrame.
Siguiendo el camino está el Colector de Bomu, una confluencia de varios oleoductos de Shell que se dirigen a la costa. Está cercado por una valla y custodiado por militares. Cuando reventó en 2009, el incendio resultante ardió durante 36 horas.
Shell sostiene que también ha limpiado ese derrame, pero nuestra nueva investigación muestra que esto no es verdad.
Amnistía Internacional
El delta del Níger y la contaminación por petróleo de Shell
Limpiezas desganadas
La legislación nigeriana dispone que los operadores del petróleo deben comenzar a limpiar todos los vertidos de petróleo en el plazo de 24 horas. Pero dos años después del vertido de 2009 cerca de K. Dere, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) encontró una contaminación masiva, que multiplicaba por varios factores los límites de seguridad establecidos por el gobierno.
Y cuando los investigadores de Amnistía visitaron el lugar cuatro años después, en agosto de 2015, vimos la tierra empapada de crudo en el exterior del Colector de Bomu. Agua con un brillo oleoso también corría ladera abajo hasta una zona pantanosa llamada Barabeedom, donde muchos habitantes de la zona como Barine tienen sus explotaciones agrícolas y sus estanques piscícolas.
“Estamos tristes y enojados, y nos han empobrecido”, dice Barine. Es fácil entender por qué. El legado tóxico de Shell aún persiste en su población, la desganada limpieza no ha cambiado absolutamente nada.
Son unos antecedentes bastante trágicos para una empresa en apariencia tan ambiciosa de “construir el futuro”.
La contaminación por petróleo y el delta del Níger, en imágenes
Promesas vacías
“Cuando Shell llegó a nuestra comunidad, prometieron que si encontraban petróleo transformarían nuestra comunidad”, dice Emadee Roberts Kpai, también de K. Dere.
Sus pozos resultaron estar llenos, pero sus promesas resultaron vacías. Shell alardea a menudo de crear empleo en las zonas donde trabaja. Pero la contaminación por petróleo ha destruido los medios de vida de decenas de miles de personas.
Y mientras ejecutivos y accionistas de Shell han amasado una fortuna, comunidades enteras en todo el delta se han sumido aún más en la pobreza.
Barine y sus vecinos hablan de explosiones e incendios, personas heridas, de pozos de agua potable llenos de petróleo y peces muertos en el río. En vez de enriquecer a la gente, el petróleo lleva más de 50 años emponzoñando sus vidas.
Ya basta
Todavía hoy, cientos de nuevos vertidos ocurren cada año. Las cifras de Shell dicen que sólo desde 2007 se han derramado 55.809.000 litros de petróleo. La investigación de Amnistía muestra que esta cifra es muy inferior a la real.
Ya basta. En este mismo momento, personas de todo el mundo apoyan a Barine, Emadee y otras personas de todo el delta para exigir que el gobierno de Nigeria impida que las compañías petroleras salgan indemnes de la contaminación.
En el pasado, algunas personas han pagado el mayor precio posible por esta lucha. El 10 de noviembre de 1995, Nigeria ejecutó al escritor y activista medioambiental Ken Saro-Wiwa y a otras ocho personas después de un juicio injusto.
Ken Saro-Wiwa estuvo en primera línea de las protestas contra la contaminación por petróleo. Y su ahorcamiento alertó al mundo sobre el devastador impacto de la industria del petróleo en el delta del Níger.
Veinte años después, una nueva generación de activistas sigue luchando por un futuro limpio.
#makethefuture: Construir el futuro – ¡A limpiar!
Pero Shell sigue sin escuchar. Para las comunidades es muy difícil llevar a la empresa ante los tribunales en Nigeria. La población de Bodo decidió finalmente demandar a Shell en un tribunal de Reino Unido y obtuvo la histórica suma de 55 millones de libras esterlinas en concepto de indemnizaciones en enero de 2015. Pero incluso para esta comunidad, la limpieza es todavía un sueño lejano.
Nuestra nueva investigación muestra con claridad que cuatro lugares de vertidos que Shell afirmó públicamente que había limpiado siguen contaminados hoy.
“Teníamos grandes esperanzas. Pero no conseguimos nada. Si tuviera dinero, demandaría a Shell por mentirnos”, dice Emadee.
Shell dice que la mayor parte de la contaminación está causada por sabotajes y robos, incluso en casos en los que nuestra investigación indica claramente que la culpa es de sus propios equipos. También ha calculado el volumen de petróleo vertido muy por debajo de las verdaderas cantidades.
¿Cómo puede un gobierno de cualquier lugar confiar a Shell futuras prospecciones petrolíferas en lugar alguno, cuando sigue sin asumir la responsabilidad de limpiar el delta del Níger?
Tenemos una idea para que Shell pueda de verdad “construir el futuro” (#makethefuture): que comience a limpiar como es debido su oleoso desastre, ahora.
Amnistía Internacional