El 17 de enero se aplazó la ejecución del adolescente iraní Abolfazl Chezani Sharahi, por lo que el riesgo de que sea ejecutado persiste. Tenía 14 años en el momento del delito del que fue declarado culpable. Desde 2014 ha sido sometido cuatro veces a la angustia de ser recluido en régimen de aislamiento para la preparación de su ejecución.