Para mediados de marzo de 2020, muchos países de las Américas habían dictado toques de queda, decretos de emergencia y medidas de confinamiento para responder a la propagación de la pandemia. En este contexto, un grupo de trabajadores y trabajadoras se ha visto repentinamente situado en el centro de todas las miradas. Estas personas finalmente están siendo reconocidas como esenciales para garantizar la seguridad de millones de vidas. Y, aun así, al mismo tiempo, los trabajadores y trabajadoras de la salud se enfrentan a graves desafíos a la hora de hacer realidad sus derechos humanos al trabajo y a la salud.