El caos que se ha apoderado del paso de Idomeni, en la frontera de Grecia con Macedonia, donde 7.000 personas solicitantes de asilo han quedado atrapadas en precarias condiciones en medio de un marcado aumento de las medidas de seguridad, es fruto del lamentable y discriminatorio cierre de fronteras en cadena; así lo ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
“Por desgracia, parece existir mayor disposición en los países europeos para coordinar las órdenes de bloqueo que para ofrecer protección y servicios básicos a las personas refugiadas y solicitantes de asilo”, ha afirmado Giorgos Kosmopoulos, director de Amnistía Internacional Grecia.
Por desgracia, parece existir mayor disposición en los países europeos para coordinar las órdenes de bloqueo que para ofrecer protección y servicios básicos a las personas refugiadas y solicitantes de asilo.
Giorgos Kosmopoulos, director de Amnistía Internacional Grecia
Un acuerdo policial a mediados de febrero entre todos los países situados en las rutas de los Balcanes parece haber desencadenado la exclusión de las personas de nacionalidad afgana en los pasos fronterizos. Al mismo tiempo la Unión Europea incrementó la presión para detener la práctica de “enviar de un lado a otro” a las personas refugiadas y solicitantes de asilo.
“Todas las personas, con independencia de su nacionalidad, tienen derecho a solicitar asilo y a ser tratadas con dignidad. Las prácticas que niegan la admisión a personas refugiadas y solicitantes de asilo de nacionalidades específicas son ilegales y pueden dar lugar a devoluciones instantáneas.”
La tensión crece a medida que van llegando más y más personas refugiadas y migrantes sin ninguna certidumbre sobre lo que va a pasarles. Hoy, las fuerzas de seguridad macedonias han lanzado gas lacrimógeno contra un grupo de personas que intentaban derribar la valla fronteriza.
Amnistía Internacional ha presenciado cómo los solicitantes de asilo, incluidas familias con hijos e hijas de muy corta edad y personas con discapacidad, dormían a la intemperie. La capacidad de tránsito en la frontera sólo es de 2.500 personas como máximo.
Otros miles de solicitantes de asilo permanecen en precarias condiciones en el puerto de El Pireo. Varios hombres y mujeres han contado hoy a Amnistía Internacional que faltan servicios básicos allí, y que hay una ausencia total de información sobre a dónde deben dirigirse.
“Debido a la presión sobre los Balcanes para que no se permita pasar a la gente y a la ausencia de medios alternativos para trasladarla fuera de Grecia, personas refugiadas y solicitantes de asilo que huyen de los horrores de la guerra y la persecución, entre ellas niños y niñas de corta edad, permanecen atrapadas en precarias condiciones y sin ninguna certidumbre sobre lo que va a pasarles”, ha afirmado Giorgos Kosmopoulos.
“¿Cuántos niños y niñas tienen que dormir a la intemperie soportando bajas temperaturas para que Europa acepte de una vez que la única solución a largo plazo es organizar vías seguras y legales para que las personas refugiadas y solicitantes de asilo reciban la protección que tanto necesitan?”