Hong Kong: Absurdas recompensas por activistas en el extranjero concebidas para sembrar el temor en todo el mundo

Ante las recompensas de un millón de dólares de Hong Kong (128.000 dólares estadounidenses) que ofrece la policía de Hong Kong por cinco activistas en favor de la democracia, así como la detención en Hong Kong de cuatro personas acusadas de ayudar a activistas en el exilio por los que se ofrecieron recompensas anteriormente, la directora regional de Amnistía Internacional para China, Sarah Brooks, ha declarado:


“Esto viene a reconfirmar la globalización oficial del desmantelamiento sistemático de los derechos humanos por las autoridades de Hong Kong. La descarada táctica de ofrecer recompensas por la cabeza de activistas, al estilo del “salvaje Oeste”, parece que se está convirtiendo en el método preferido para silenciar la disidencia.

“Estas recompensas no sólo amenazan la libertad y la seguridad de los y las activistas afectados, sino que también tienen graves consecuencias para otros activistas, que sienten una incertidumbre cada vez mayor respecto a su seguridad, tanto en Hong Kong como en el extranjero. Las recompensas no hacen más que agravar el clima de temor ya existente.

“Ofrecer recompensas so pretexto de cargos relacionados con la seguridad nacional es un acto de intimidación que traspasa fronteras y cuyo objetivo es silenciar la disidencia en todas partes. Las autoridades de Hong Kong deben retirar inmediatamente estas recompensas absurdas y peligrosas y dejar libres a todas las personas acusadas de ayudar a activistas en el exilio.

“Amnistía Internacional pide a los países de acogida de los y las activistas que están en el punto de mira del gobierno de Hong Kong que protejan eficazmente sus derechos evitando, investigando y castigando los abusos contra los derechos humanos que puedan sufrir, así como proporcionándoles reparación en caso de que estos abusos se produzcan. Es preciso que protejan a estas personas frente al gran alcance de la persecución desatada contra ellas por las autoridades de Hong Kong por el mero hecho de ejercer sus derechos humanos.”

Información complementaria

La policía de Hong Kong ha anunciado hoy que ofrece recompensas de un millón de dólares de Hong Kong (128.000 dólares estadounidenses) por información que conduzca a la captura de cinco personas que residen en el extranjero.

Estas cinco personas —Simon Cheng, Frances Hui, Joey Siu, Johnny Fok y Tony Choi— están acusadas de “incitación a la secesión” y “connivencia con fuerzas extranjeras” en aplicación de la Ley de Seguridad Nacional, delito por el que pueden ser condenadas a cadena perpetua.

Esto quiere decir que ahora son 13 los “fugitivos” buscados por delitos contra la seguridad nacional de Hong Kong por los que se ofrece recompensa. El 3 de julio, las autoridades ofrecieron recompensas de un millón de dólares de Hong Kong por otras ocho personas: los activistas Nathan Law, Anna Kwok y Finn Lau, los exmiembros del Consejo Legislativo Dennis Kwok y Ted Hui, el abogado y jurista Kevin Yam, el sindicalista Mung Siu-tat y el analista online Yuan Gong-yi.

Estas ocho personas, todas autoexiliadas en Estados Unidos, Gran Bretaña o Australia, también están acusadas de “connivencia con fuerzas extranjeras”. De las 13 personas por las que se ofrece recompensa, dos son ciudadanas de los países en los que viven ahora: Kevin Yam de Australia, y Joey Siu de Estados Unidos.

La policía de seguridad nacional detuvo también hoy a cuatro personas en Hong Kong como sospechosas de proporcionar ayuda económica a Ted Hui y Nathan Law a través de una plataforma de financiación colectiva (crowdfunding) online.

Desde la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong, en junio de 2020, la situación de los derechos humanos en la ciudad se ha deteriorado drásticamente, y los derechos a la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación están entre los que sufren un ataque constante.

Para las autoridades de Hong Kong, cualquier intercambio internacional que no sea de su aprobación constituye “connivencia con fuerzas extranjeras”. La policía califica cualquier interacción cotidiana inocua entre activistas y actores extranjeros como actos que podrían poner en peligro la seguridad nacional.