- El mayor número de ejecuciones judiciales registradas en todo el mundo desde 2017.
- 81 personas ejecutadas en un solo día en Arabia Saudí.
- Se tuvo noticia de ejecuciones llevadas a cabo en al menos 20 países
- 6 países abolieron la pena de muerte total o parcialmente.
“Las ejecuciones registradas en 2022 alcanzaron la cifra más alta en cinco años debido a los baños de sangre que llevaron a cabo los ejecutores más célebres de Oriente Medio y el norte de África”, ha declarado hoy Amnistía Internacional con motivo de la publicación de su informe anual sobre la pena de muerte.
Se tiene conocimiento de la ejecución de que un total de 883 personas en 20 países, lo que representa un aumento del 53% respecto de 2021. Este aumento de las ejecuciones —que no incluyen los miles que se cree se llevaron a cabo en China el año pasado— fue encabezado por países de Oriente Medio y el norte de África, donde las cifras documentadas pasaron de 520 en 2021 a 825 en 2022.
“Los países de la región de Oriente Medio y el norte de África violaron el derecho internacional al aumentar las ejecuciones en 2022, revelando una cruel indiferencia hacia la vida humana. El número de personas a las que se privó de la vida aumentó de forma espectacular en toda la región; Arabia Saudí ejecutó la impresionante cifra de 81 personas en un solo día. Más recientemente, en un intento desesperado de acabar con el levantamiento popular, Irán ha ejecutado a personas sólo por haber ejercido su derecho a protestar”, dijo Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
Lo alarmante es que el 90% de las ejecuciones conocidas en el mundo fuera de China fueron llevadas a cabo por sólo 3 países de la región. Las ejecuciones registradas en Irán aumentaron de 314 en 2021 a 576 en 2022; en Arabia Saudí, las cifras se triplicaron, pasando de 65 en 2021 a 196 en 2022 —la más alta registrada por Amnistía en 30 años—, mientras Egipto ejecutó a 24 personas.
El uso de la pena de muerte siguió rodeado de secretismo en varios países, entre ellos China, Corea del Norte y Vietnam —en los que se tiene constancia de que se usa ampliamente la pena capital—, lo que significa que la cifra global real es mucho mayor. Aunque se desconoce el número preciso de personas ejecutadas en China, es evidente que el país siguió siendo el país que más ejecuciones lleva a cabo en el mundo, por delante de Irán, Arabia Saudí, Egipto y Estados Unidos.
Los países de la región de Oriente Medio y el norte de África violaron el derecho internacional al aumentar las ejecuciones en 2022, revelando una cruel indiferencia hacia la vida humana.
Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional
Cinco países reanudaron las ejecuciones: Afganistán, el Estado de Palestina, Kuwait, Myanmar y Singapur
En 2022, se reanudaron las ejecuciones en cinco países —Afganistán, el Estado de Palestina, Kuwait, Myanmar y Singapur— al mismo tiempo que éstas aumentaron en Irán (de 314 a 576), Arabia Saudí (de 65 a 196) y Estados Unidos (de 11 a 18).
El número documentado de personas ejecutadas por delitos de drogas se duplicó con creces en 2022 en relación con 2021. Las ejecuciones por delitos de drogas violan el derecho internacional de los derechos humanos, que establece que sólo deberán llevarse a cabo ejecuciones por “los más graves delitos”, es decir, aquellos en los que hubo homicidio intencional. Se documentaron ejecuciones por delitos de drogas en Arabia Saudí (57), China, Irán (255) y Singapur (11), que representaron el 37% de todas las ejecuciones documentadas en todo el mundo por la organización. Es probable que también se llevaran a cabo ejecuciones por estos delitos en Vietnam, aunque estas cifras seguían siendo secreto de Estado.
Este cruel castigo suele afectar desproporcionadamente a las personas de entornos desfavorecidos.
Agnès Callamard
“En una cruel ironía, casi el 40% de todas las ejecuciones conocidas fueron por delitos de drogas. Lo que es peor: este cruel castigo suele afectar desproporcionadamente a las personas de entornos desfavorecidos”, declaró Agnès Callamard. “Ya es hora de que los gobiernos y la ONU aumenten la presión sobre los responsables de estas violaciones flagrantes de los derechos humanos y garanticen el establecimiento de salvaguardias internacionales.”
Aunque las ejecuciones aumentaron, el número total de condenas a muerte impuestas siguió siendo básicamente el mismo con un ligero incremento: de 2.052 en 2021 a 2.016 en 2022.
Un rayo de esperanza
En este sombrío contexto, hubo un rayo de esperanza, pues seis países abolieron la pena de muerte total o parcialmente.
Kazajistán, Papúa Nueva Guinea, Sierra Leona y República Centroafricana abolieron la pena de muerte para todos los delitos, mientras que Guinea Ecuatorial y Zambia la abolieron sólo para los delitos comunes.
En diciembre de 2022, 112 países habían abolido la pena de muerte para todos los delitos y 9 la habían abolido sólo para los delitos comunes.
Cuando tantos países siguen relegando la pena de muerte al vertedero de la historia, es hora de que otros sigan su ejemplo.
Agnès Callamard
El impulso positivo continuó con las medidas legislativas hacia la abolición adoptadas por Liberia y Ghana, mientras las autoridades de Sri Lanka y Maldivas declaraban que no iban a recurrir a la ejecución de las condenas a muerte. Además, se presentaron proyectos de ley para abolir la pena de muerte preceptiva en el Parlamento malasio.
“Cuando tantos países siguen relegando la pena de muerte al vertedero de la historia, es hora de que otros sigan su ejemplo. Acciones brutales como las realizadas en países como Irán y Arabia Saudí, así como en China, Corea del Norte y Vietnam, son ya una minoría. Estos países deben adaptarse con urgencia a los tiempos, proteger los derechos humanos y hacer justicia en lugar de hacer ejecuciones”, concluyó Agnès Callamard.
“Con 125 Estados miembros de la ONU —más que nunca— que piden una moratoria de las ejecuciones, Amnistía Internacional no ha sentido jamás tanta esperanza como ahora de que este abominable castigo puede ser relegado a los anales de la historia y de que así va a ser. Las trágicas cifras de 2022, sin embargo, nos recuerdan que no podemos dormirnos en los laureles. Seguiremos haciendo campaña hasta que la pena de muerte quede abolida en todo el planeta.”
Ejecuciones globales
En 2022, Amnistía Internacional registró 883 ejecuciones en 20 países, lo que supuso un aumento del 53% respecto de las 579 ejecuciones registradas en 2021. Se trata del número más alto de ejecuciones documentadas por Amnistía Internacional en los últimos 5 años (desde 2017, cuando se registraron 993 ejecuciones).
China siguió siendo el principal ejecutor del mundo, aunque se sigue ignorando la verdadera magnitud del uso de la pena de muerte en ese país al estar este dato clasificado como secreto de Estado. La cifra global registrada por Amnistía Internacional excluye los miles de ejecuciones que se cree que se han llevado a cabo en China, así como las realizadas en Vietnam y Corea del Norte, donde Amnistía Internacional cree que se usó ampliamente la pena de muerte.
La mayoría de las ejecuciones conocidas se llevaron a cabo en China (miles), Irán (al menos 576), Arabia Saudí (196), Egipto (24) y Estados Unidos (18).
El 93% de las ejecuciones documentadas en el mundo (excluida China) en 2022 se llevaron a cabo en Oriente Medio y el Norte de África.
Las 196 ejecuciones registradas en Arabia Saudí representaron la cifra anual más alta conocida en el país en 30 años.
Se tuvo constancia de que fueron ejecutadas un total de 13 mujeres en el mundo: Irán (12), Arabia Saudí (1).
Amnistía Internacional documentó ejecuciones en 20 países frente a los 18 de 2021.
Violación del derecho internacional
Se documentaron 325 ejecuciones por delitos de drogas: 255 en Irán, 57 en Arabia Saudí, 11 en Singapur y en China. En el cálculo del total global de ejecuciones que se llevaron a cabo por delitos de drogas, se incluyeron 2 en China con arreglo a la metodología de investigación de Amnistía Internacional.
Se tuvo constancia de al menos 3 ejecuciones públicas en Afganistán (+1) e Irán (2).
En Irán, al menos 5 personas fueron ejecutadas por delitos que se habían cometido cuando eran menores de 18 años.
Reanudación de las ejecuciones
Se reanudaron las ejecuciones en cinco países: Afganistán, Kuwait, Myanmar, Palestina (Estado de) y Singapur.
Botsuana, Emiratos Árabes Unidos y Omán llevaron a cabo ejecuciones en 2021, pero no ejecutaron a nadie en 2022.
Se utilizaron durante 2022 los siguientes métodos de ejecución: decapitación, ahorcamiento, inyección letal y muerte por arma de fuego.
Condenas a muerte en el mundo
En 2022, se impusieron al menos 2.016 nuevas condenas a muerte en 52 países, frente a al menos 2.052 en 56 países en 2021.
Amnistía Internacional registró conmutaciones o indultos de la pena de muerte en 26 países.
Cinco países —Bahréin, Comoras, Corea del Sur, Laos y Níger— impusieron condenas a muerte después un periodo de interrupción.
Amnistía Internacional registró al menos 28 exoneraciones de personas condenadas a muerte en cuatro países: Estados Unidos (2), Kenia (20), Marruecos y el Sáhara Occidental (1), y Zimbabue (5).
Globalmente, al concluir 2022, había al menos 28.282 personas condenadas a muerte.
Abolición de la pena de muerte
En 2022, seis países abolieron la pena de muerte para todos los delitos (Kazajistán, Papúa Nueva Guinea, República Centroafricana y Sierra Leona) o parcialmente (Guinea Ecuatorial y Zambia, que la abolieron sólo para los delitos comunes).
Al concluir 2022, 112 países eran abolicionistas para todos los delitos y 9, sólo para los delitos comunes.
América
Por decimocuarto año consecutivo, Estados Unidos volvió a ser el único país de la región que llevó a cabo ejecuciones.
El número de ejecuciones que se llevaron a cabo en Estados Unidos aumentó un 64%: de 11 en 2021 a 18 en 2022.
La gobernadora saliente de Oregón, Kate Brown, conmutó todas las condenas a muerte que seguían vigentes en el estado.
Por sexto año consecutivo, Estados Unidos, Guyana y Trinidad y Tobago fueron los únicos países de la región en los que se impusieron nuevas condenas a muerte.
Asia y Oceanía
En Asia y Oceanía, se tuvo constancia de que ocho países (Afganistán, Bangladesh, China, Corea del Norte, Japón, Myanmar, Singapur y Vietnam) habían llevado a cabo ejecuciones en 2022, un incremento respecto de los cinco de 2021.
El número de nuevas condenas a muerte registradas en la región aumentó un 5%, de 819 en 2021 a 861 en 2022.
En Myanmar, las autoridades militares llevaron a cabo las primeras ejecuciones en cuatro décadas, entre ellas las de dos conocidas figuras políticas de la oposición.
También se reanudaron las ejecuciones tras una interrupción en Afganistán y Singapur.
Papúa Nueva Guinea se convirtió en el 21º país de la región que abolía la pena de muerte para todos los delitos.
Europa y Asia Central
En Bielorrusia se llevó a cabo una ejecución en 2022. Fue el único país ejecutor de Europa y Asia Central ese año.
Kazajistán abolió la pena de muerte para todos los delitos y ratificó un tratado clave de la ONU sobre la abolición.
Rusia y Tayikistán siguieron manteniendo una moratoria de las ejecuciones.
Oriente Medio y el Norte de África
El número de ejecuciones registradas en la región de Oriente Medio y el Norte de África aumentó un 59%: de 520 en 2021 a 825 en 2022.
El 94% de las ejecuciones registradas en la región tuvieron lugar en Irán (70%) y Arabia Saudí (24%).
Por primera vez desde 2017, se reanudaron las ejecuciones en Kuwait y en el Estado de Palestina.
El número de condenas a muerte registradas descendió ligeramente de 834 en 2021 a 827 en 2022. En 2022, se impusieron condenas a muerte en 16 países, frente a 17 en 2021.
África subsahariana
El número de ejecuciones registradas en la región se redujo un 67%, de 33 en 2021 a 11 en 2022.
Las únicas ejecuciones conocidas se registraron en Somalia y Sudán del Sur.
Las ejecuciones documentadas disminuyeron un 20%, de 373 en 2021 a 298 en 2022.
Se impusieron condenas a muerte en 16 países en 2022, frente a 19 en 2021.
Sierra Leona y República Centroafricana abolieron la pena de muerte para todos los delitos, mientras que Guinea Ecuatorial y Zambia la abolieron sólo para los delitos comunes.