“Las imágenes de vigilancia filtradas desde la prisión de Evin en las que se muestran los terribles abusos que sufren las personas allí recluidas son un espeluznante recordatorio de la impunidad de que gozan los funcionarios penitenciarios en Irán, que someten a quienes están bajo su custodia a tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes”, ha declarado hoy Amnistía Internacional.
La organización ha analizado 16 fragmentos de vídeo filtrados, obtenidos de medios de comunicación iraníes independientes, que ofrecen escalofriantes evidencias visuales de palizas, acoso sexual y negligencia y malos tratos deliberados de quienes necesitan atención médica, algo que Amnistía Internacional lleva años documentando. Los vídeos confirman también la preocupación por el hacinamiento crónico y el régimen de aislamiento en condiciones crueles e inhumanas.
“Estas inquietantes imágenes ofrecen una excepcional ojeada a la crueldad a que son sometidas normalmente las personas reclusas en Irán. Es estremecedor ver lo que ocurre entre los muros de la prisión de Evin, pero, lamentablemente, los abusos que se ven en estos fragmentos de vídeo filtrados no son más que la punta del iceberg de la epidemia de tortura que asola Irán,” declaró Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
Lejos de la vista del público, los funcionarios de seguridad iraníes someten habitualmente a hombres, mujeres y menores de edad privados de libertad a tortura y otros malos tratos, sobre todo durante los interrogatorios en centros de detención dependientes del Ministerio de Inteligencia, la Guardia Revolucionaria y la unidad de investigación de la policía iraní (Agahi).
Estas inquietantes imágenes ofrecen una excepcional ojeada a la crueldad a que son sometidas normalmente las personas reclusas en Irán.
Heba Morayef, Amnistía Internacional
Entre los métodos de tortura empleados en Irán que ha documentado Amnistía Internacional en los últimos años figuran los azotes, las descargas eléctricas, los simulacros de ejecución, los simulacros de ahogamiento, la violencia sexual, la suspensión, la ingesta forzada de sustancias químicas y la privación deliberada de atención médica.
Desde el 22 de agosto, medios de comunicación independientes con sede fuera de Irán han publicado un número cada vez mayor de vídeos filtrados que han recibido de un grupo que se autodenomina “Edalat-e Ali” (Justicia de Ali), que ha pirateado las cámaras de seguridad de la prisión de Evin, en Teherán.
Altos cargos iraníes han confirmado la veracidad de las imágenes. En una poco frecuente admisión de responsabilidad, el director de la Organización Penitenciaria iraní, Mohammad Mehdi Haj Mohammadi, dijo en untuit el 24 de agosto que aceptaba la responsabilidad de las “inaceptables conductas” que muestran las imágenes y prometió trabajar para que los responsables respondieran de sus actos y prevenir que se repitiera.
El 24 de agosto, el presidente del poder judicial iraní, Gholamhossein Mohseni Ejei, emitió una orden escrita al fiscal jefe de Irán pidiéndole que “se examine sin demora y cuidadosamente el trato de las personas reclusas por los funcionarios penitenciarios y/o otras personas reclusas [en la prisión de Evin]”.
Crisis de impunidad
Aunque algunas autoridades han denunciado los abusos y han prometido investigaciones, el director de la Organización Penitenciaria de Irán, Mohammad Mehdi Haj Mohammadi, también dijo que agradecía los esfuerzos de los guardias penitenciarios “decentes” de Irán, dando a entender que los abusos expuestos en la prisión de Evin eran excepcionales y obra de unos pocos.
“La tortura y otros malos tratos están demasiado generalizados y son demasiado sistémicos en las cárceles y centros de detención de Irán como para presentarlos como obra de unas pocas ‘manzanas podridas’. Unas breves disculpas y promesas generales de rendición de cuentas distan mucho de ser suficientes para abordar la crisis de impunidad sistémica de Irán”, prosiguió Heba Morayef.
“Si las autoridades iraníes quieren que sus promesas de rendición de cuentas no suenen vacías, deben permitir inmediatamente que observadores internacionales, incluido el relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Irán, lleven a cabo inspecciones independientes en Evin y otras prisiones, con arreglo a las normas internacionales”.
Dada la persistente negativa de las autoridades iraníes a investigar penalmente y enjuiciar a las personas contra las que hay pruebas de implicación en crímenes de derecho internacional, incluidos la tortura, la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales y otros homicidios ilegítimos, reiteramos nuestro llamamiento al Consejo de Derechos Humanos de la ONU para que establezca un mecanismo de investigación y rendición de cuentas que recabe y analice pruebas de los crímenes más graves de derecho internacional cometidos en Irán a fin de facilitar unas actuaciones penales justas.
Imágenes de crueldad
De los 16 fragmentos de vídeo analizados por Amnistía Internacional, 7 muestran a guardias penitenciarios pegando o maltratando a personas reclusas; 3 muestran celdas abarrotadas; 3, incidentes de agresión contra personas reclusas por otras personas reclusas; 2, incidentes de autolesión; y 1, una celda de aislamiento con condiciones crueles e inhumanas.
En un vídeo del 31 de marzo de 2021, un funcionario penitenciario golpea y propina puñetazos a un preso en la cara, en presencia de un grupo de reclusos, y aparentemente provoca una hemorragia nasal de la víctima. En otro, de 21 de diciembre de 2020, dos funcionarios penitenciarios dan empujones, golpes y puntapiés en la cabeza y en la espalda a un preso esposado en presencia de muchos funcionarios más, y luego lo arrastran por el suelo.
Cuatro vídeos muestran un incidente ocurrido el 26 de abril de 2021, en el que un preso visiblemente débil se desmaya en el patio de la prisión tras bajar de un coche. Los guardias, en actitud temeraria, no le hacen caso y luego lo arrastran semiinconsciente por el suelo, por la prisión y escaleras arriba. Se ve a muchos miembros del personal mirando el incidente o pasando con actitud distante junto al herido.
Un vídeo de 9 de diciembre de 2015 muestra a un hombre a quien ordenan que se desnude delante de un guarda. Luego le ordenan que se ponga en cuclillas en el suelo, desnudo, cara a la pared, mientras un guardia sentado en una silla detrás de él registra sin prisas su ropa interior y sus pantalones en busca de objetos prohibidos.
Tres vídeos de 11 de junio de 2016, 15 de enero de 2020 y 4 de febrero de 2021, respectivamente, muestran celdas superpobladas de la prisión con literas triples en las que se apretaban entre 15 y 18 personas.
Otro vídeo, este sin fecha, muestra una diminuta celda de aislamiento sin cama, con un agujero que hace de letrina en un rincón.
Amnistía Internacional examinó también dos vídeos sobre autolesiones, de 4 de enero de 2020 y 23 de julio de 2016, respectivamente, y tres que muestran incidentes de agresión contra personas reclusas a manos de otras personas reclusas.