Las autoridades ucranianas no han hecho justicia para con las víctimas de abusos cometidos por la policía durante las protestas del Euromaidán hace cinco años, ha afirmado Amnistía Internacional con motivo del quinto aniversario del peor día de violencia en las manifestaciones, que desembocó en el derrocamiento del entonces presidente, Viktor Yanukovich.
“La enorme diversidad de violaciones de derechos humanos cometidas durante el Euromaidán desbordó al sistema de justicia penal ucraniano, que ni había sido concebido para abordarlas ni es lo bastante eficiente. Y lo que es peor, este sistema ha obstaculizado y ha resistido la acción de la justicia en lugar de enjuiciar a miembros presentes y pasados de los servicios encargados de hacer cumplir la ley”, ha manifestado Colm Ó Cuanacháin, director general de la Oficina del Secretario General de Amnistía Internacional, durante su visita de un día a Kiev.
“Cinco años es demasiado tiempo esperando para obtener justicia, y la mayoría de las víctimas que sufrieron abusos a manos de la policía ucraniana ni siquiera tienen perspectivas de obtenerla. Se formularon promesas, las autoridades que sucedieron a Yanukovich hicieron declaraciones contundentes, pero el tiempo y los datos lo dicen todo. Mientras no se obligue a todos los responsables a responder de sus actos, incluidos los que ocupan puestos de autoridad, no puede haber sensación de justicia.”
Cinco años es demasiado tiempo esperando para obtener justicia, y la mayoría de las víctimas que sufrieron abusos a manos de la policía ucraniana ni siquiera tienen perspectivas de obtenerla.
Colm Ó Cuanacháin, director general de la Oficina del Secretario General de Amnistía Internacional
Más de 100 personas fueron asesinadas durante las protestas del Euromaidán, que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas de seguridad. A finales de 2018, la Fiscalía General ya había identificado a 441 sospechosos, en su mayoría ex agentes encargados de hacer cumplir la ley, aunque entre ellos también había miembros de la administración pública, fiscales y jueces.
En total, se remitieron los casos de 288 personas al tribunal. De éstos, 52 dieron lugar a decisiones judiciales que incluían 48 sentencias condenatorias, aunque sólo se dictaron 9 condenas de privación de libertad. Ninguna de las personas encarceladas era ex agente de policía.
“Un año después de los acontecimientos publicamos el informe Ukraine: A year after EuroMaydan, justice delayed, justice denied. Han transcurrido cinco años del EuroMaydan, y el título (‘retrasos y negación de la justicia’) sigue siendo válido. Es una vergüenza, y un dedo acusador que señala al sistema de justicia penal de Ucrania”, ha afirmado Colm Ó Cuanacháin.
Amnistía Internacional pide a las autoridades ucranianas que se comprometan plenamente con la investigación efectiva de las violaciones de derechos humanos cometidas durante el Euromaidán.
Colm Ó Cuanacháin, director general de la Oficina del Secretario General de Amnistía Internacional
“Amnistía Internacional pide a las autoridades ucranianas que se comprometan plenamente con la investigación efectiva de las violaciones de derechos humanos cometidas durante el Euromaidán, incluidos homicidios y palizas. Deben proteger al personal investigador de las presiones políticas y dotarlo de la autoridad y los recursos que necesita para desempeñar su trabajo, lo que incluye permitir la recreación de los tiroteos registrados del 18 al 20 de febrero de 2014.”
Información complementaria
Del 21 de noviembre de 2013 al 22 de febrero de 2014, cientos de miles de personas participaron en protestas en la plaza de la Independencia de Kiev (Maydan Nezalezhnosti) y en otras ciudades ucranianas. En el pulso con la policía, las protestas de Kiev degeneraron en violencia. Agentes encargados de hacer cumplir la ley respondieron haciendo uso excesivo e indiscriminado de la fuerza contra las personas que se manifestaban, incluidas las que no estaban participando en actos violentos.
Del 18 al 20 de febrero de 2014 hubo una escalada de la violencia, durante la cual 77 personas perdieron la vida en los enfrentamientos entre policía y manifestantes, lo que desembocó en el derrocamiento del gobierno de Viktor Yanukovich. Según el Ministerio de Salud, el número total de víctimas mortales ascendió a 106 personas, de las que al menos 13 eran agentes de policía.