Afganistán: Las víctimas civiles demuestran la falta de seguridad para el retorno de personas refugiadas

Los ataques contra civiles de los tres primeros meses del año y la incapacidad del gobierno afgano de garantizar su protección adecuada demuestran que Afganistán sigue siendo un país poco seguro para el retorno de las personas refugiadas, ha manifestado Amnistía Internacional hoy.

“En un momento en que el número de víctimas civiles sigue siendo alto y en el que las mujeres y los niños y niñas sufren lo peor de la violencia, resulta temerario que los gobiernos afirmen que Afganistán es un país seguro para el retorno de personas refugiadas”, ha señalado Horia Mosadiq, investigadora de Amnistía Internacional sobre Afganistán.

Desde la retirada de las fuerzas militares internacionales de Afganistán al final de 2014, la situación en materia de seguridad se ha deteriorado gravemente en el país, donde aumenta el número de víctimas civiles y se agudiza la crisis de desplazamiento interno. Los talibanes controlan más territorio que nunca desde 2001.

La Misión de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha publicado recientemente un informe sobre las víctimas civiles cuyos datos documentan que ha habido 715 personas muertas y 1.466 heridas en el primer trimestre de 2017.

El mayor número número de víctimas civiles se ha producido en Kabul, la capital afgana, seguida de las provincias de Helmand, Kandahar y Nangarhar.

Es una hipocresía enorme

Horia Mosadiq, investigadora sobre Afganistán

Durante el mismo periodo, decenas de miles de personas refugiadas afganas han sido devueltas en contra de su voluntad desde Pakistán, Irán y diversos países de la Unión Europea. Se calcula que en 2016 se devolvió a Afganistán a centenares de miles.

El informe de la UNAMA se ha publicado sólo dos semanas después de que Estados Unidos arrojara la mayor bomba no nuclear del mundo en la provincia de Nangarhar, contra un conjunto de cuevas controladas por el grupo armado autodenominado Estado Islámico.

“Por un lado, se considera Afganistán un lugar donde grupos armados como el denominado Estado Islámico representan un peligro tal que Estados Unidos se ha visto obligado a arrojar la mayor bomba no nuclear del mundo. Por el otro, se dice a las personas que han huido del conflicto que pueden regresar porque es un lugar seguro. Es una hipocresía enorme”, ha afirmado Horia Mosadiq.

El gobierno afgano firmó el año pasado una serie de acuerdos con países de la UE en los que accedía a la devolución de personas cuyas solicitudes de asilo se hubieran rechazado. El número de personas desplazadas internamente es más alto que nunca.

Al mismo tiempo, el gobierno afgano no ha tomado medidas para reducir los daños a civiles, pese a que es probable que con los combates que se avecinan con la llegada del verano aumente aún más el número de víctimas.

“Es increíble que, sin poder garantizar siquiera la seguridad en la capital, el gobierno afgano haya accedido a recibir a personas retornadas a quienes no va a poder proteger”, ha añadido Horia Mosadiq.