Sangre en las manos

Muertos por hambre y por asfixia

Saleh Jega no olvidará nunca la mañana del 25 de noviembre de 2012, cuando su vida cambió hasta extremos irreconocibles, ni los terribles 15 meses que siguieron.

Al vivir bajo la amenaza constante de Boko Haram en su casa de Maiduguri, Saleh quedó atrapado en el peor lugar y el peor momento. El ejército nigeriano detuvo a este carpintero de 25 años durante una operación de acordonamiento y registro. El ejército buscaba a miembros de Boko Haram y a cualquier hombre que pareciera reunir los requisitos de pertenecer al grupo.

Saleh pasó los siguientes 15 meses en una celda, junto con decenas de hombres más, del cuartel militar de Giwa, en el estado de Yobe. El espacio de la celda era tan escaso que tenían que hacer turnos para sentarse, y la falta ventilación causó muchas muertes por asfixia. Las comidas consistían en una ración de arroz que cabía en la mano, una o dos veces al día, y el agua era considerada un lujo.

El carpintero huyó después de que Boko Haram atacase el cuartel en marzo de 2014. Durante el tiempo que estuvo allí, vio morir a muchas personas, principalmente de hambre y sed. En el peor momento llegó a ver morir a hasta 80 personas en el mismo día. De las 19 personas detenidas con él sólo sobrevivieron cuatro.

Nos negaron el agua durante dos días, murieron 300 personas. Cada vez que alguien moría nos alegrábamos por el espacio extra.

[En el cuartel de Giwa] la gente no era lo suficientemente fuerte para resistir […]. Se la deja morir de hambre deliberadamente. Hay muertes masivas.

Alto mando militar nigeriano

Caza de brujas

Saleh es una de las más de 20.000 personas, en su mayoría hombres jóvenes y niños de incluso sólo nueve años, que ha detenido el ejército nigeriano en operaciones realizadas en los estados de Borno, Yobe y Adamawa desde 2009. Todas fueron detenidas como presuntos miembros del grupo radical Boko Haram, sin que se realizara ninguna investigación adecuada ni se presentaran pruebas contra ellas.

[Los militares] nos dividieron en dos grupos: viejos y jóvenes. Separaron a 14 porque estamos demasiado delgados y tenemos marcas en el cuerpo. Nos ataron con una cuerda, nos pegaron con palos y nos metieron en un auto y nos llevaron al cuartel de Giwa.

Bashir Tijani (no es su nombre real), 35 años, campesino y clérigo detenido en Konduga el 20 de junio de 2013.

Durante las incursiones fueron ejecutadas extrajudicialmente más de 1.200 personas. Al menos 7.000 personas han muerto bajo custodia por torturas o de sed o hambre, por el hacinamiento extremo que causó la propagación de enfermedades y por el uso de productos químicos para fumigar en celdas mal ventiladas.

Es imposible confirmar la cifra real, pero es probable que sea muy superior.

17.000
personas asesinadas en el nordeste de Nigeria desde que comenzó el conflicto en 2009.
20.000
Al menos 20.000 hombres y niños detenidos por el ejército nigeriano desde 2009.
+ 7.000
Más de 7.000 personas muertas por hambre, asfixia o tortura mientras estaban bajo detención militar.

Jidda Ali (no es su nombre real), que estuvo recluido en el centro militar de Potiskum, en el estado de Yobe

Tienen un gran agujero en el campo donde meten a la gente muchas horas e incluso días […] Nos tiraban agua fría y otras veces quemaban polietileno y nos vertían el polietileno derretido caliente en la espalda. Pasé más de tres días en este agujero.

La historia es tan estremecedora que resulta difícil de creer

Pero los datos que ha dado a conocer hoy Amnistía Internacional basados en decenas de documentos y correspondencia militares, así como en entrevistas con víctimas, testigos presenciales y miembros de las fuerzas de seguridad revelan que los altos mandos del ejército nigeriano tenían pleno conocimiento de las detenciones arbitrarias y del elevado número de muertes, y no hicieron nada para parar estas violaciones de derechos humanos.

La actitud totalmente cruel del anterior gobierno nigeriano de 'no ver, no oír y no hablar' en lo que respecta a los cientos de historias de muertes que salen de los centros de detención militares es difícil de creer.

Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional

Un alto mando militar dio a Amnistía Internacional una lista de 683 detenidos que murieron en un periodo de cinco meses desde octubre de 2012 en el cuartel de Giwa. Basándose en sus visitas y conversaciones con los soldados allí estacionados, calculaba que desde principios de 2013 habían muerto “cerca de 5.000 personas”.

La mayoría de las muertes siguen estando sin registrar oficialmente.

“Los centenares de cuerpos no identificados, los indicios de fosas comunes y las terribles historias de hambre y abusos que llegan de los cuarteles militares del país exigen nada menos que una investigación urgente y que los responsables comparezcan ante la justicia.”

Croquis del centro de detención del cuartel de Giwa, dibujado por un ex detenido entrevistado por Amnistía Internacional

El secreto desvelado

“La amenaza de Boko Haram es real, pero no debe ser una justificación para la temeraria campaña que está librando el ejército nigeriano contra la gente en el nordeste del país. Señalar a alguien con el dedo no equivale a una investigación  adecuada, y mantener a miles de personas en salas de tortura hasta que mueren no protegerá al pueblo nigeriano del reino del terror de Boko Haram”, dijo Salil Shetty.

Las pruebas de violaciones generalizadas de derechos humanos son abrumadoras. La pregunta ahora es: ¿Qué va a hacer el nuevo gobierno del presidente Muhammadu Buhari para romper el ciclo de impunidad?”

* Todos los nombres se han modificado para proteger la identidad de las personas afectadas.