Las autoridades yemeníes deben esclarecer el paradero del periodista Muhammad al-Maqalih, detenido en la capital, Saná, por asaltantes vestidos de civil a última hora del jueves.
Los activistas de derechos humanos creen que este periodista permanece bajo custodia de agentes del departamento de Seguridad Nacional (Al Amna Qawmi) en Saná.
Muhammad al-Maqalih, de 49 años, había estado informando recientemente sobre el conflicto que tiene lugar en la región de Sada, en el norte de Yemen, escenario de feroces enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales.
Fue capturado en la calle Taiz de Saná a las once de la noche, hora local, del 17 de septiembre.
Amnistía Internacional sospecha que su aparente desaparición es resultado de su fuerte oposición y sus enérgicas críticas al gobierno, en particular en torno a los enfrentamientos armados que azotan Sada y al homicidio de civiles a manos de fuerzas gubernamentales.
En Yemen, quienes critican o se oponen al gobierno corren a menudo peligro de detención y reclusión, especialmente en momentos de crisis política como los actuales enfrentamientos armados de Sada.
Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades que esclarezcan el paradero de Muhammad al-Maqalih y lo pongan en libertad sin demora si permanece recluido exclusivamente por sus críticas al gobierno, ya que la reclusión por ese motivo lo convertiría en preso de conciencia.
Las autoridades yemeníes deben garantizar que Muhammed al-Maqalih está protegido frente a la tortura y otros malos tratos, y que tiene acceso inmediato y regular a abogados de su elección, a su familia y al tratamiento médico que pueda necesitar.
La región yemení de Sada, cuyos habitantes pertenecen predominantemente a la minoría chií zaidí de Yemen, ha pasado por varios periodos de conflicto en los últimos años, con recurrentes enfrentamientos armados entre las fuerzas de seguridad del gobierno y los seguidores del difunto clérigo chií zaidí Hussein al Houthi, que fue víctima de homicidio en 2004.
El último estallido de violencia comenzó a mediados de agosto, cuando la zona quedó prácticamente bajo estado de excepción y la fuerzas del gobierno lanzaron una creciente serie de ataques, incluidos bombardeos aéreos, contra pueblos y ciudades con objeto, aparentemente, de aplastar a los activistas armados de Al Houthi.
La semana pasada, Amnistía Internacional pidió a las autoridades yemeníes que investigaran todas las denuncias de abusos graves cometidos por sus fuerzas, como por ejemplo el presunto bombardeo lanzado el 16 de septiembre de 2009 en el que, según se afirma, murieron unos 80 civiles de Adi, pueblo de la zona de Harf Sufyan de la provincia de Amran, cerca de Sada.