Las autoridades sudanesas decidieron el miércoles 4 de marzo expulsar del país a las organizaciones humanitarias internacionales en respuesta a la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de dictar orden de arresto contra el presidente de Sudán, Omar al Bashir. Mientras se producía esta situación, el fiscal de la CPI, Luis Moreno-Ocampo, rechazaba en una entrevista concedida al sitio web de Amnistía Internacional, las críticas según las cuales la Corte parece centrar sus actividad en África.
Moreno-Ocampo afirmó en la entrevista que la Corte trabaja para proteger a las víctimas africanas. Señaló que la decisión del miércoles de dictar orden de arresto contra el presidente al Bashir debe ser motivo de esperanza para los africanos y africanas, y añadió que el aspecto más importante de esta decisión de la CPI es que la orden de arresto hace referencia a delitos que se perpetran a diario en los campos de personas internamente desplazadas de Sudán.
“En estos campos las personas mueren lentamente. Hay 2,5 millones de personas que mueren lentamente, 5.000 cada mes, y el mundo hace caso omiso. Es preciso reconocer la existencia de estas personas, reconocer los crímenes, porque ahora mismo, si lees las noticias, hablan de lo que ocurrió en 2004, no de lo que está ocurriendo ahora. Y la Corte está poniendo fin a esta negación y diciendo que estos crímenes están sucediendo hoy y que el líder del país está implicado en ellos”.
El fiscal recordó también en la entrevista las causas de la CPI sobre las que está trabajando con los presidentes de la República Democrática del Congo, de Uganda y de la República Centroafricana:
El procesamiento de Thomas Lubanga Dyilo, presunto fundador y líder de la Unión de Patriotas Congoleños (Union des Patriotes Congolais, UPC), en relación con el reclutamiento de niños y niñas soldados en la República Democrática del Congo;
Las órdenes de arresto contra cinco altos dirigentes del Ejército de Resistencia del Señor en relación con crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra perpetrados en Uganda;
La investigación sobre los crímenes –homicidios, violaciones y actos de violencia sexual y saqueos– perpetrados en 2002 y 2003 en la República Centroafricana.
“La Corte debe trabajar en el mundo, ya que cualquiera de sus casos tiene repercusión en el mundo. El caso de Lubanga sobre niños soldados tiene efecto en Colombia y en Sri Lanka. Esta Corte no es únicamente un sistema de castigo, sino que sienta jurisprudencia. Por consiguiente, un caso de la Corte conforma la realidad en el mundo”.
Los líderes africanos han criticado las actuaciones de la CPI en relación con Sudán. La Unión Africana advirtió que la orden de arresto desestabilizaría el proceso de paz del país. Sin embargo, el arzobispo Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, acusó a los líderes africanos de comportarse vergonzosamente.
“¿Están con las víctimas o con los opresores?”, se preguntaba Tutu en una columna del New York Times. “En lugar de estar al lado de quienes han sufrido en Darfur, hasta el momento los líderes africanos han cerrado filas en torno al hombre responsable de convertir ese rincón de África en un cementerio”.
Moreno-Ocampo explicó que los criterios en que se basa la CPI para seleccionar los casos son la gravedad de los crímenes y la ausencia de actuaciones judiciales en el país. Moreno Ocampo afirmó que está realizando un seguimiento de la situación en otros países donde se han cometido graves crímenes, pero en los que están llevándose a cabo actuaciones judiciales.
“Eso es lo que estoy haciendo en Colombia, Georgia, Afganistán, Costa de Marfil, Kenia. Es posible que abra una investigación, o puede que no. En Venezuela, no abrí investigación, mientras que en la República Centroafricana sí lo hice. Depende.”
En relación con la orden de arresto dictada contra el presidente al Bashir, Moreno-Ocampo afirmó que el trabajo de la CPI sobre Sudán no ha terminado. Señaló que ahora deben asegurarse de que el presidente sudanés es detenido y cesan los crímenes, y añadió que las autoridades de Sudán tienen la responsabilidad de entregar al presidente a la Corte.
“Sudán no ha dejado de existir como Estado, tiene responsabilidades. Debe respetar el derecho internacional; debe respetar las resoluciones del Consejo de Seguridad. Sudán tiene una antigua civilización, es un país complejo. Debe hacerlo. De lo contrario, el Consejo de Seguridad tendrá que tomar medidas para garantizar que cumple sus resoluciones.”
Si, como ya parece probable, Sudán no actúa para hacer cumplir la orden de arresto, Moreno-Ocampo afirmó que hay otros lugares donde el presidente al Bashir puede ser detenido. Las autoridades de cualquier país que visite tendrían la obligación de actuar. Pero el fiscal señaló también otra posibilidad.
“Tan pronto Omar al Bashir utilice el espacio aéreo internacional en un viaje, puede ser detenido. Su avión puede ser interceptado y detenido.”
Moreno-Ocampo expresó su satisfacción por el apoyo que recibe la CPI de Amnistía Internacional y de muchas otras organizaciones no gubernamentales internacionales, y por las constantes campañas en las que se pide a todos los países que firmen y apliquen el Estatuto de Roma.
“Un sistema global de gobernanza sin un gobierno global requiere normas, y para que éstas se respeten hacen falta jueces, pero también ciudadanos. Amnistía es un ciudadano muy activo y global. Esto es lo que para mí es tan fundamental del trabajo de la organización.
“Cuando se habla de comunidad global no se habla únicamente de nacionalidad, sino de valores, y por eso Amnistía Internacional es una institución tan importante para nosotros. Es un grupo de personas de todo el mundo que comparten los mismos valores, unos valores que coinciden con el mandato de la CPI. Por eso es tan importante.”