El 25 de septiembre del 2000, un juez declaró a Johnnie McKnight apto para ser sometido a juicio, y resolvió en el fallo que el acusado «está capacitado para entender la naturaleza y el objeto de los procedimientos entablados en su contra, para comprender su propia situación en relación con los procedimientos, y para colaborar a su propia defensa de una forma racional y razonable». Este fallo discrepa con el testimonio presentado por todos los expertos en la vista celebrada para decidir si el encausado está capacitado para ser juzgado.