La tortura legalmente autorizada de un detenido palestino durante su interrogatorio por agentes del Shin Bet, el servicio de seguridad israelí, hace aún más evidente la complicidad de las autoridades de Israel —incluido su poder judicial— en la violación sistemática del derecho humano a no sufrir tortura; así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional.
Samir Arbeed fue detenido el 25 de septiembre por sospecharse su participación en el homicidio de una adolescente israelí de 17 años, Rina Shnerb.
Según información publicada en medios de comunicación y declaraciones del abogado de Samir, un “órgano judicial” concedió un permiso especial al Shin Bet para “emplear medios excepcionales de investigación” en su caso, autorizando en la práctica métodos que constituyen tortura durante su interrogatorio.
“Es absolutamente indignante que las autoridades israelíes continúen autorizando el uso de tortura en interrogatorios, desde el Shin Bet hasta el Tribunal Supremo, pasando por el poder ejecutivo”, ha afirmado Saleh Higazi, director adjunto de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“De acuerdo con los tratados internacionales, que son jurídicamente vinculantes para Israel, el uso de la tortura no puede justificarse en ninguna circunstancia. Este caso evidencia que la afirmación de Israel de que su poder judicial respeta los derechos humanos es una completa farsa.”
El uso de la tortura no puede justificarse en ninguna circunstancia. Este caso evidencia que la afirmación de Israel de que su poder judicial respeta los derechos humanos es una completa farsa.
Saleh Higazi, Amnistía Internacional
Samir Arbeed fue brutalmente golpeado por las fuerzas israelíes tras su arresto y después torturado durante el interrogatorio.
Según su abogado, Mahmoud Hassan, del grupo de derechos humanos Addameer, Samir Arbeed compareció ante el tribunal militar de Ofer el 26 de septiembre con hematomas visibles y contó al juez que sufría dolores y no podía comer. Pese a ello, la tortura continuó. El 28 de septiembre, Samir Arbeed perdió el conocimiento y fue trasladado al hospital. Ingresó con varias costillas rotas e insuficiencia renal, y actualmente está en estado crítico, conectado a un respirador.
En 1999, el Tribunal Supremo de Israel resolvió que, si bien la tortura y otros malos tratos estaban prohibidos en general, el personal interrogador del Shin Bet que utilizaba lo que el Tribunal calificó de “medios físicos de interrogatorio” en situaciones de “amenaza inminente” podía ser exonerado de procesamiento penal e incluso de investigación. Desde entonces, los interrogadores del Shin Bet han torturado a cientos de personas palestinas, alegando situación de “amenaza inminente”, y ni uno solo ha sido procesado.
“Atacar a civiles y matarlos es un crimen de guerra. No cabe duda de que quienes cometen semejantes homicidios y otros abusos deben responder de sus actos, pero recurrir a la tortura en el interrogatorio también es un delito reprobable”, ha afirmado Saleh Higazi.
“Las autoridades israelíes deben poner fin al uso sistemático de la tortura y garantizar que las personas responsables de torturar a Samir Arbeed, incluidas las que tienen responsabilidad de mando u otra responsabilidad superior, son obligadas a rendir cuentas.”
El Ministerio de Justicia israelí ha abierto una investigación sobre la tortura de Samir Arbeed y examinará la manera de llevar a cabo el interrogatorio y el grado de violencia empleado.
“Alegar ‘situación de amenaza inminente’ es totalmente irrelevante para la investigación de la tortura, que está absolutamente prohibida. Por tanto, no puede influir en la decisión de procesar”, ha dicho Saleh Higazi.
Información complementaria
Samir Arbeed, miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina, fue detenido la primera vez por el Shin Bet el 26 de agosto, junto a tres personas más, en relación con el asesinato de Rina Shnerb, cometido el 23 de agosto cerca del asentamiento de Dolev, en Cisjordania. El 2 de septiembre, el tribunal militar de Ofer cursó una orden de detención administrativa de tres meses contra él, pero en una vista posterior ordenó su puesta en libertad.
El 25 de septiembre, una unidad especial de las fuerzas israelíes volvió a detener a Samir Arbeed y lo golpeó durante el arresto. Samir fue conducido al centro de interrogatorio del Shin Bet situado en el Recinto Ruso de Jerusalén y privado de acceso a su abogado. El 28 de septiembre fue trasladado a un hospital de Jerusalén Oeste.