Los musulmanes son considerados responsables de lo que sucede en Oriente Medio y el Norte de África. La gente me insultaba por la calle o hacía comentarios desagradables. Un hombre empezó a gritarme diciendo que me quitara la sábana que llevaba en la cabeza. Yo me he criado en Suiza y considero que éste es mi país. No comprendo por qué otros ciudadanos se creen con derecho a tratarme así.
P., de la zona de habla italiana de Suiza
Los gobiernos europeos deben tomar más medidas para combatir los prejuicios y estereotipos negativos contra los musulmanes, unos prejuicios y estereotipos que fomentan la discriminación, especialmente en la educación y el empleo. Así lo revela hoy un nuevo informe de Amnistía Internacional.
“A las mujeres musulmanas se les niegan empleos y a las niñas se les impide asistir a clases normales simplemente porque usan prendas de vestir tradicionales, como el pañuelo. Y los hombres pueden ser despedidos de su trabajo por llevar barbas asociadas al islam”, ha manifestado Marco Perolini, experto de Amnistía Internacional sobre discriminación.
“En lugar de combatir estos prejuicios, los partidos políticos y las autoridades públicas a menudo los toleran en su afán de captar votos.”
El informe Elección y prejuicio: Discriminación de personas musulmanas en Europa expone la manera en que la discriminación por motivos de religión o de creencias afecta a la población musulmana en varios ámbitos de la vida, incluidos el empleo y la educación.
El informe se centra en Bélgica, España, Francia, Países Bajos y Suiza, donde Amnistía Internacional ya ha planteado cuestiones como las restricciones al establecimiento de lugares de culto o la prohibición de usar el velo integral. El informe documenta numerosos casos individuales de discriminación en los países abarcados.
“El uso de símbolos y prendas religiosos o culturales forma parte del derecho a la libertad de expresión. También forma parte del derecho a la libertad de religión o de creencias, y esos son derechos que deben amparar a todas las religiones por igual”, ha manifestado Marco Perolini.
“Aunque todas las personas tienen derecho a expresar su entorno cultural, tradicional o religioso llevando un tipo de prenda específico, no debe presionarse ni coaccionarse a nadie para que lo haga. Las prohibiciones generales del uso de prendas específicas que violan el derecho de quienes optan libremente por vestir de una manera determinada no son la vía para terminar con la presión o la coacción.”
El informe destaca que la legislación que prohíbe la discriminación en el empleo no se ha aplicado adecuadamente en Bélgica, Francia y Países Bajos. Se ha permitido a los empleadores discriminar alegando que los símbolos religiosos o culturales pueden causar problemas con los clientes o los colegas, o que suponen un conflicto con la impagen empresarial de la compañía o con su “neutralidad”.
Esto es directamente contrario a la legislación de la Unión Europea contra la discriminación, que únicamente permite diferencias de trato en cuanto al empleo si así lo exige la naturaleza del trabajo a desempeñar.
“La legislación de la UE que prohíbe la discriminación por motivos de religión o de creencias en el ámbito del empleo parece ser ineficaz en Europa, a juzgar por los índices de desempleo más elevados de la población musulmana, y especialmente de las mujeres musulmanas de origen extranjero”, ha manifestado Marco Perolini.
En la última década, en muchos países, como España, Francia, Bélgica, Suiza y Países Bajos, se ha prohibido a alumnas llevar el pañuelo u otras prendas religiosas o tradicionales en la escuela.
“Toda restricción del uso de símbolos y prendas religiosos o culturales en las escuelas debe basarse en una evaluación de las necesidades de cada caso individual. Las prohibiciones generales entrañan el riesgo de afectar negativamente al acceso a la educación de las niñas musulmanas y de negar su derecho a la libertad de expresión y a la manifestación de sus creencias”, ha declarado Marco Perolini.
El derecho a establecer lugares de culto es un elemento fundamental del derecho a la libertad de religión o de creencias, que algunos países europeos restringen pese a que el Estado tiene la obligación de protegerlo, respetarlo y hacerlo realidad.
Desde 2010, la Constitución suiza discrimina específicamente a la población musulmana al prohibir la construcción de minaretes, y al hacerlo incorpora estereotipos contra el islam y viola las obligaciones internacionales que Suiza se ha comprometido a respetar.
En Cataluña (España), los musulmanes tienen que rezar en espacios al aire libre porque las salas de oración existentes son demasiado pequeñas para dar cabida a todos los fieles, y las solicitudes para construir mezquitas se califican de incompatibles con el respeto de la cultura y las tradiciones catalanas. Esto es contrario a la libertad de religión, que incluye el derecho a celebrar cultos religiosos colectivos en lugares adecuados.
“En muchos países europeos existe una opinión cada vez más generalizada de que el islam está bien y con los musulmanes no hay problemas, siempre que no sean demasiado visibles. Esta actitud está provocando violaciones de derechos humanos, y es necesario combatirla”, ha manifestado Marco Perolini.