El gobierno de Kuwait discrimina a los niños y las niñas bidun (apátridas aunque hayan nacido en el país) al no proporcionarles una educación igualitaria y libre, ha afirmado hoy Amnistía Internacional con ocasión de la presentación de un nuevo informe en vísperas del inicio del año escolar.
El informe, titulado “No tengo futuro”: Kuwaitíes apátridas y derecho a la educación, explica en detalle cómo el gobierno obliga a los niños y las niñas bidun, nacidos apátridas en Kuwait, a pagar una enseñanza privada que ellos y sus progenitores consideran de calidad inferior a la que se ofrece en las escuelas públicas gratuitas a las que asiste el alumnado que tiene ciudadanía kuwaití.
Los niños y las niñas bidun han nacido en Kuwait, y a menudo sus padres y abuelos también, pero el gobierno no los reconoce como ciudadanos y ciudadanas kuwaitíes. Esto significa que son apátridas y por ello sufren gran cantidad de desventajas socioeconómicas.
“Aunque Kuwait es Estado Parte en varios tratados internacionales que reconocen el derecho de todos los niños y las niñas que viven en el país a recibir una educación libre e igualitaria sin discriminación, sus autoridades se niegan a garantizar ese derecho en el caso de los niños y niñas bidun”, ha señalado Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“Durante más de una generación, el gobierno ha tratado a esta población como ‘residentes ilegales’ y ha negado a sus hijos e hijas acceso a las escuelas públicas gratuitas a las que asisten los niños y las niñas kuwaitíes, lo cual es una clara discriminación. Amnistía Internacional insta al gobierno kuwaití a que ponga fin a esta discriminación sistemática y generalizada contra los niños y las niñas bidun.”
El informe se basa en entrevistas realizadas en cuatro gobernaciones de Kuwait en junio de 2022, así como en el análisis de las leyes y decisiones políticas del país, informaciones de prensa local, informes y estadísticas oficiales y contribuciones escritas de Kuwait a órganos de la ONU.
El gobierno ha tratado a esta población como ‘residentes ilegales’ y ha negado a sus hijos e hijas acceso a las escuelas públicas gratuitas a las que asisten los niños y las niñas kuwaitíes, lo cual es una clara discriminación.
Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África
Obligados a asistir a escuelas privadas mal equipadas
Kuwait ofrece enseñanza primaria y secundaria gratuita en escuelas públicas a todas las personas que están reconocidas como ciudadanas kuwaitíes, a las que además les paga los estudios superiores si obtienen las calificaciones necesarias.
Progenitores y niños y niñas bidun contaron a Amnistía Internacional su experiencia en las escuelas privadas a las que tenían que asistir, con aulas abarrotadas con más de 50 alumnos/as, a veces sin aire acondicionado, y clases de informática sin suficientes ordenadores. A pesar de eso, las familias tienen que dedicar una parte importante de sus ingresos a pagar estas escuelas privadas.
Desde 1987, el gobierno kuwaití califica oficialmente a las personas bidun como “residentes ilegales”, aunque tanto ellas como sus ascendientes hayan nacido en Kuwait desde hace generaciones. A los niños y las niñas bidun sólo se les permite acceder a escuelas públicas gratuitas en casos excepcionales, como que sean hijos/as o nietos/as de hombres bidun que hayan servido en el ejército o la policía.
La categoría administrativa a la que pertenece una persona bidun depende de la combinación de documentos de identidad que puede conseguir, y esto afecta, entre otros derechos, a su acceso a la educación.
“Es como si nuestro país no nos quisiera”
Amnistía Internacional habló con niños y niñas bidun que, a pesar de vivir frente a una escuela pública gratuita, tienen que desplazarse más de dos kilómetros para ir a una escuela de pago que, según afirmaron, estaba sucia y en malas condiciones.
“Es como si nuestro país no nos quisiera”, afirmó Farida (seudónimo), una muchacha bidun de 15 años.
“No son escuelas, son penitenciarías”, afirmó Khalifa al Enezi, bidun y padre de cuatro hijos que asistían a escuelas privadas. “Los baños están mugrientos, hay suciedad y falta de atención. Carecen de condiciones higiénicas. Pero, como eres bidun, te ves obligado a escolarizar a tus hijos ahí”.
Los progenitores bidun dijeron que les resultaba difícil costear estas escuelas privadas y no tenían capacidad económica para enviar a sus hijos e hijas a la escuela todos los años.
“No son escuelas, son penitenciarías”, afirmó Khalifa al Enezi, bidun y padre de cuatro hijos que asistían a escuelas privadas. “Los baños están mugrientos, hay suciedad y falta de atención. Carecen de condiciones higiénicas. Pero, como eres bidun, te ves obligado a escolarizar a tus hijos ahí.”
Cinco familias entrevistadas por Amnistía Internacional afirmaron que al menos uno de sus miembros no tenía estudios por falta de fondos o por carecer de documentos de identidad.
“No son escuelas, son penitenciarías”, afirmó Khalifa al Enezi, bidun y padre de cuatro hijos que asistían a escuelas privadas. “Los baños están mugrientos, hay suciedad y falta de atención. Carecen de condiciones higiénicas. Pero, como eres bidun, te ves obligado a escolarizar a tus hijos ahí”.
Khalifa al Enezi, bidun y padre de cuatro hijos que asistían a escuelas privadas.
Cupos restrictivos
Las personas reconocidas como ciudadanas kuwaitíes que consiguen las calificaciones necesarias pueden estudiar gratuitamente en la Universidad de Kuwait, y el Estado también financia sus estudios si las aceptan en una universidad extranjera.
Por el contrario, hay un cupo relativamente reducido de admisiones para el alumnado bidun en la Universidad de Kuwait, Que, además, sólo admite estudiantes bidun que tengan un documento de identidad oficial válido. Sin embargo, muchas personas bidun, no se inscriben en el organismo oficial que emite estos documentos, o dejan de renovarlos —su validez es de un año— porque puede asignarles arbitrariamente otra nacionalidad.
Cuatro personas bidun demostraron documentalmente a Amnistía Internacional que las autoridades habían modificado su nacionalidad cuando renovaron sus documentos de identidad, en tres casos asignándoles arbitrariamente la nacionalidad “iraquí”.
Para que se resuelva definitivamente la difícil situación de las personas bidun es preciso que se ponga fin a su apatridia; mientras, Kuwait debe actuar de inmediato para garantizar que los niños y las niñas bidun tienen acceso igualitario a una enseñanza de calidad.
Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África
“Para que se resuelva definitivamente la difícil situación de las personas bidun es preciso que se ponga fin a su apatridia; mientras, Kuwait debe actuar de inmediato para garantizar que los niños y las niñas bidun tienen acceso igualitario a una enseñanza de calidad”, ha afirmado Heba Morayef.
Información complementaria
Los bidun son una población apátrida de Kuwait. Según cálculos oficiales, en el país hay unas 100.000 personas bidun.
El registro de ciudadanos y ciudadanas kuwaitíes, que terminó en 1965, se centró en zonas del centro del país, especialmente en torno a la capital, Kuwait. El gobierno no incluyó automáticamente a las tribus de zonas más alejadas, ni les informó de la importancia de conseguir la ciudadanía kuwaití.
La situación de las personas bidun se agravó en 1980, cuando Kuwait cambió su Ley de Nacionalidad de manera que se negaba el reconocimiento de la nacionalidad a los hijos e hijas de padres apátridas, aunque la madre fuera una ciudadana kuwaití reconocida.
La discriminación sistemática de Kuwait contra las personas bidun viola sus obligaciones legales en virtud de varios tratados internacionales, como la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre los Derechos del Niño y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.