Arabia Saudí: Suspendan de inmediato el uso de municiones en racimo

Arabia Saudí debe suspender de inmediato el uso de municiones en racimo, destruir sus arsenales y adherirse a la Convención sobre Municiones en Racimo; así lo ha afirmado Amnistía Internacional después del sorprendente reconocimiento de Arabia Saudí, hoy, de que utilizó este armamento de efecto intrínsecamente indiscriminado en Yemen.

El general Ahmed al Asiri, portavoz de la coalición militar dirigida por Arabia Saudí, ha afirmado hoy que la coalición dejará de utilizar municiones en racimo BL-755 de fabricación británica, confirmando la conclusión de Amnistía Internacional de que este clase de armamento viene utilizándose al menos desde diciembre de 2015. Amnistía Internacionalya reveló en su día que la coalición estaba usando municiones en racimo de fabricación británica, estadounidense y brasileña en el conflicto.
“Es increíble que la coalición liderada por Arabia Saudí haya tardado tanto en reconocer oficialmente que usó municiones en racimo, de efecto intrínsecamente indiscriminado, en el conflicto de Yemen”, ha afirmado James Lynch, responsable de Amnistía Internacional para la campaña Armas bajo Control y Derechos Humanos.

Es increíble que la coalición liderada por Arabia Saudí haya tardado tanto en reconocer oficialmente que usó municiones de racimo, de efecto intrínsecamente indiscriminado, en el conflicto de Yemen.

James Lynch, responsable de Amnistía Internacional para la campaña Armas bajo Control y Derechos Humanos.


“Por supuesto que lo sabemos desde hace meses. Amnistía Internacional y otras organizaciones
reunieron pruebas contundentes de que este armamento estaba matando y mutilando a civiles, incluidos niños y niñas, en comunidades agrícolas del norte de Yemen tras utilizarse meses atrás.

“Este episodio pone de relieve la apremiante necesidad de una investigación internacional independiente sobre las pruebas cada vez mayores de que se están cometiendo violaciones del derecho internacional en Yemen, y que tal investigación garantice la rendición de cuentas.”
“La transferencia irresponsable e ilegítima de armas a las partes enfrentadas en el conflicto de Yemen ha agravado el sufrimiento de la población civil. Todos los Estados deben imponer un embargo integral de las transferencias de armas que puedan ser utilizadas por cualquiera de las partes beligerantes.”

Este episodio pone de relieve la apremiante necesidad de una investigación internacional independiente sobre las pruebas cada vez mayores de que se están cometiendo violaciones del derecho internacional en Yemen y que tal investigación garantice la rendición de cuentas.

James Lynch

Información complementaria

Amnistía Internacional y otras organizaciones llevan años pidiendo a todos los Estados que detengan de inmediato el uso, la producción, la transferencia y el almacenamiento de municiones en racimo y se adhieran a la Convención sobre Municiones en Racimo de 2008. Ni Arabia Saudí ni ninguno de los miembros de su coalición se han adherido a la Convención. Sin embargo, según el derecho internacional humanitario consuetudinario, los miembros de la Coalición no deben utilizar armas de efecto intrínsecamente indiscriminado, incluidas municiones en racimo, que ponen invariablemente en peligro a los civiles.

Las municiones en racimo, que actualmente están prohibidas por más de 100 países, suponen un peligro enorme para la población civil. Se lanzan desde el aire o se disparan desde tierra y están diseñadas para abrirse en el aire y liberar sobre una extensa zona las submuniciones que contienen, por lo que afectan a civiles y objetivos militares por igual. Muchas de las submuniciones no estallan al hacer impacto y entonces pasan a ser minas antipersonal. Este armamento sin estallar conserva durante años su capacidad mortífera, por lo que representan un gran peligro para la población civil, durante el conflicto y con posterioridad. Como son armas que por su naturaleza tienen efectos indiscriminados, las municiones en racimo no deben utilizarse en ninguna circunstancia.
Los miembros de la coalición dirigida por Arabia Saudí deben comunicar de inmediato a la ONU la ubicación exacta de los ataques con municiones en racimo, incluidos mapas y datos con las fechas exactas de los ataques y las cantidades y tipos específicos de las armas utilizadas, a fin de facilitar las labores de limpieza y de información sobre los peligros y así reducir los riesgos de causar más víctimas civiles.

Arabia Saudí y los demás miembros de la coalición deben facilitar la limpieza de las zonas contaminadas por artefactos explosivos sin estallar. Los Estados en condiciones de hacerlo deben prestar tanta asistencia técnica, económica, material y de otro tipo como sea posible para facilitar la señalización y limpieza, la retirada o la destrucción de las submuniciones de bombas de racimo, artefactos fallidos y demás restos explosivos de la guerra. Deben también prestar asistencia a las víctimas, que incluya atención médica y psicológica y rehabilitación para ellas y sus familias, así como información sobre los peligros.