El gobierno afgano debe establecer un plan electoral digno de crédito

El gobierno afgano y quienes lo apoyan internacionalmente deben establecer de inmediato un plan claro y efectivo para garantizar una segunda ronda digna de crédito en las elecciones presidenciales, afirmó Amnistía Internacional el 20 de octubre.

La Comisión Electoral Independiente de Afganistán ha decretado para el 7 de noviembre una segunda ronda de votaciones entre los dos principales candidatos, después de que se descubriera que en la primera ronda se había producido un fraude generalizado.

“El gobierno afgano y sus socios internacionales disponen ahora de un resquicio muy pequeño para demostrar que han aprendido de los errores de las últimas elecciones. Ignoraron las claras advertencias de que se estaban cometiendo violaciones de derechos humanos en torno a la campaña electoral, como por ejemplo ataques contra los medios de comunicación y los activistas políticos, y el resultado fue el fraude galopante ahora documentado por la Comisión de Quejas Electorales”, ha manifestado Sam Zarifi, director del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.

“Una de las medidas clave que el gobierno debe adoptar de inmediato es la reforma del sistema electoral, incluida la comisión electoral, con el fin de minimizar la injerencia política y permitir una observación adecuada del proceso electoral, antes, durante y después de las votaciones.”

“Estas medidas son aún más importantes de cara a las elecciones parlamentarias que se celebrarán el año que viene en Afganistán, en las que la posibilidad de fraude, intimidación y violencia es mucho mayor que en las elecciones presidenciales.”

Tras la primera ronda de votaciones el 20 de agosto, en los recuentos iniciales se atribuía al presidente Hamid Karzai el 55 por ciento de los votos, y a su oponente Abdullah Abdullah el 28 por ciento, según observadores y fuentes oficiales.

Tras un nuevo recuento, se concluyó que Karzai había obtenido el 48 por ciento de los votos y Abdullah el 32 por ciento.

Amnistía Internacional recibió informes de al menos 20 casos de intimidación, acoso y violencia contra periodistas y organizaciones de medios de comunicación afganos que informaban de presuntos casos de irregularidades o fraude electoral.

Amnistía Internacional recibió asimismo informes de intimidación y acoso contra funcionarios y observadores electorales por parte de autoridades gubernamentales afganas y partidarios de candidatos poderosos, incluidos Karzai y Abdullah.

“Suceda lo que suceda en la segunda ronda de votaciones, lo que es fundamental es que el pueblo afgano tenga una oportunidad real de formar y expresar sus opiniones y depositar sus votos sin temor a intimidación o violencia”, ha manifestado Sam Zarifi.

Amnistía Internacional ha pedido también al ejército estadounidense y a las fuerzas de la OTAN que aclaren inmediatamente cómo van a proporcionar seguridad antes de las elecciones y en su transcurso. Las fuerzas internacionales son de hecho responsables de la seguridad en la mayor parte de Afganistán, y especialmente en el sur del país, donde se han producido la mayoría de las denuncias de fraude.

“Los talibanes y otros grupos insurgentes han llevado a cabo una campaña de violencia para alterar las elecciones y asustar a los posibles votantes. Millones de afganos plantaron cara a esos ataques y acudieron a votar, pero, antes de pedirles que asuman ese riesgo de nuevo, hay que informales de cómo se les va a proteger”, ha declarado Sam Zarifi.