La salud y la vida de Aleksei Gorinov corren peligro debido al trato que está recibiendo por parte de las autoridades rusas, que incluye su reclusión en régimen de aislamiento prolongado, la negación de atención sanitaria adecuada y la obligación de retirar nieve pese a estar enfermo. Fue condenado a siete años de prisión únicamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión y debe ser puesto en libertad de inmediato y sin condiciones.