Desde el 8 de octubre, la población de Nigeria se ha echado a la calle para pedir pacíficamente el fin de la brutalidad policial, de las ejecuciones extrajudiciales y de la extorsión a manos de la Unidad Especial Antirrobos (SARS), unidad policial encargada de la lucha contra la delincuencia violenta en el país. Pero la respuesta que han encontrado ha sido el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas armadas y la policía.