Siria: Seis puntos clave de la intervención militar

Kristyan Benedict, director de campañas de respuesta a crisis en Amnistía Internacional Reino Unido

En los últimos días, varios gobiernos —entre ellos los de Reino Unido, Estados Unidos y Francia— han indicado su intención de emprender una acción militar contra el gobierno sirio, al que consideran responsable de los supuestos ataques con armas químicas del 21 de agosto. Las terribles escenas que he visto en las decenas de videos sobre esos incidentes son algunas de las más espeluznantes que he presenciado durante este largo y brutal conflicto.

Ahora se avecina la posibilidad de un conflicto armado internacional entre el gobierno sirio y fuerzas militares extranjeras. La protección de la población civil es una prioridad clave para Amnistía Internacional y la razón por la que pedimos a todas las partes que puedan estar implicadas que respeten el derecho internacional humanitario. En concreto, es absolutamente necesario que las partes implicadas

  • se abstengan de atacar a la población civil y bienes de carácter civil;
  • se abstengan de realizar ataques indiscriminados y desproporcionados;
  • se abstengan de usar armas que sean intrínsecamente indiscriminadas o que estén prohibidas por el derecho internacional humanitario, como las municiones de racimo;
  • adopten todas las precauciones necesarias en los ataques para proteger a la población civil, lo que incluye emitir avisos a dicha población civil siempre que sea posible y prestar especial atención al hecho de que las personas detenidas están recluidas en bases e instalaciones militares;
  • adopten precauciones para proteger a los civiles que estén bajo su control del efecto de los ataques, lo que incluye evitar en la medida de lo posible situar objetivos militares dentro de zonas densamente pobladas o en sus proximidades, y apartar, cuando sea posible, a la población civil de las proximidades de objetivos militares;
  • se abstengan de usar a la población civil para proteger objetivos militares de los ataques (es decir, como escudos humanos).

Mientras tanto, el enviado conjunto de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, está tratando de convocar una conferencia internacional sobre la base del comunicado de Ginebra para resolver la crisis. Sin embargo, el punto muerto en el que se encuentra el Consejo de Seguridad de la ONU ha impedido hasta ahora que triunfen los intentos de resolver este brutal y sangriento conflicto. El gobierno sirio se ha sentido con libertad para seguir cometiendo las violaciones de derechos humanos más repugnantes, como el lanzamiento de misiles balísticos en zonas civiles, confiando aparentemente en que será protegido por aliados como Rusia y China, dos países que parecen confundir la crueldad con unos principios elevados. Salvo que cambie la dinámica y se ejerza una presión efectiva sobre todas las partes, es sumamente difícil que unas negociaciones resuelvan por sí solas la crisis.

Sin embargo, las sanciones selectivas (como la congelación de los bienes del presidente Bachar al Assad y de otras personas que puedan estar implicadas en ordenar o perpetrar crímenes de derecho internacional), la remisión de la situación de Siria a la Corte Penal Internacional y el despliegue de una misión internacional de observación de derechos humanos efectiva harían algo por contribuir a que se dieran las condiciones para unas negociaciones significativas encaminadas a encontrar una solución que respete los derechos humanos de toda la población siria.

La comunidad internacional debería asimismo adoptar medidas urgentes para aliviar la terrible situación humanitaria existente dentro del país, donde se cree que hay más de 4,25 millones de personas desplazadas de sus hogares. En concreto, debería garantizar que todas las partes del conflicto armado de Siria permiten el acceso sin restricciones a las organizaciones y agencias humanitarias para que proporcionen asistencia a una población civil que necesita ayuda desesperadamente. En cuanto al gobierno sirio, debe permitir el acceso transfronterizo y a través de las líneas, y hacerlo sin demora.

Como ha dicho recientemente mi colega Cilina Nasser: “Ha llegado el momento de dejar de lamentarse sobre Siria. Se sigue atacando o matando indiscriminadamente a la población civil. Ha llegado el momento de actuar.” Esa actuación debe contemplar que se dé prioridad activamente a los derechos humanos de todos los sirios.

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