Las autoridades argelinas han intensificado su represión de las protestas antes de las elecciones presidenciales practicando detenciones arbitrarias en oleadas, disolviendo mediante la fuerza manifestaciones pacíficas contra las elecciones, y procesando y encarcelando a decenas de activistas pacíficos en las últimas semanas, según Amnistía Internacional.
Un gran número de manifestantes en todo Argelia, en su mayoría pertenecientes al movimiento de protesta Hirak, se oponen a las elecciones presidenciales previstas para el 12 de diciembre.
La ola de arrestos de manifestantes que comenzó en septiembre se ha intensificado desde que arrancó el periodo de campaña electoral el 17 de noviembre.
“Desde que comenzó el periodo de campaña para las elecciones presidenciales, las autoridades de Argelia han intensificado su ataque a la libertad de expresión y reunión, lo que indica su escasa tolerancia hacia la población argelina que demanda un cambio en el sistema”, ha manifestado Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“Millones de argelinos y argelinas, con sus protestas semanales sostenidas a lo largo de los últimos 10 meses, han demostrado que creen en la protesta pacífica como medio colectivo de reivindicar el cambio. En lugar de atacar a personas que se manifiestan de forma pacífica, como las que se oponen a las elecciones presidenciales, las autoridades de Argelia deberían respetar y hacer respetar los derechos de la población argelina a manifestarse pacíficamente y a expresarse libremente.”
Represión de manifestantes que se oponen a las elecciones
Nada más arrancar el periodo electoral empezó a crecer de forma significativa el número de arrestos: del 17 al 24 de noviembre, al menos 300 personas fueron detenidas en sucesivas oleadas, según abogados de derechos humanos y la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos (Ligue Algerienne de Defense des Droits de l’Homme, LADDH).
La retórica negativa contra quienes se oponen a las elecciones presidenciales también ha aumentado en días recientes.
El 17 de noviembre, al menos 37 manifestantes pacíficos contra las elecciones fueron detenidos durante un mitin electoral de Ali Benflis, uno de los candidatos presidenciales, en Tremecén (oeste de Argelia). Cuatro manifestantes fueron declarados culpables de “incitación a participar en una concentración no armada” y condenados a 18 meses de prisión, y a otros 14 les fueron impuestas condenas condicionales de dos meses.
Más de 150 personas fueron igualmente detenidas el 20 de noviembre en Argel durante una vigilia de protesta por las elecciones, según el Comité Nacional por la Liberación de las Personas Detenidas (Le Comité National pour la Libération des Détenus, CNLD). La mayoría quedó en libertad posteriormente, pero ocho permanecen en prisión preventiva, acusadas de “daños a la seguridad nacional” e “incitación a participar en una concentración no armada”. Otras 21 personas fueron liberadas pero tendrán que comparecer de nuevo ante un tribunal el 6 de enero, por cargos de “incitación a participar en una concentración no armada”, “desobediencia civil” y “daños a la seguridad nacional”, entre otros.
Halim Feddal, defensor de los derechos humanos y fundador de la Asociación Nacional de Lucha contra la Corrupción (Association nationale de lutte contre la corruption, ANLC), fue detenido arbitrariamente el 17 de noviembre al marcharse de una manifestación pacífica de oposición a las elecciones celebrada en Chlef. Continúa recluido en espera de juicio.
Asimismo se ha detenido a manifestantes contra las elecciones en Uargla, Bumerdés, Annaba y otras ciudades durante mítines de candidatos presidenciales.
Amnistía Internacional también ha documentado al menos tres casos de malos tratos a personas bajo custodia. El equipo defensor de Chems Eddine Brahim Lalami, activista de Bordj Bou Arréridj detenido el 20 de noviembre, afirmó que su representado tenía hematomas en el rostro y no podía levantar un brazo, lo que indicaba que había recibido golpes bajo custodia. Lleva en régimen de aislamiento desde que fue recluido en espera de juicio, y actualmente está en huelga de hambre. A Sofiane Babaci, otro activista político pacífico, lo golpearon durante su arresto el 26 de noviembre en Bumerdés, según uno de sus representantes letrados. Younes Redjal, detenido cuando participaba en una manifestación celebrada el mismo día en Orán, tenía hematomas en el brazo y estaba casi inconsciente cuando fue encontrado por miembros de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos en una comisaría de policía. Redjal contó a Amnistía Internacional que había sido golpeado en el momento de su arresto.
Aluvión de detenciones contra el movimiento de protesta Hirak
A partir de septiembre, las autoridades también han intensificado las detenciones arbitrarias de manifestantes pacíficos pertenecientes al movimiento Hirak, que venían manifestándose cada viernes desde el 22 de febrero. El 22 de noviembre se detuvo a decenas en todo el país. Entre quienes estuvieron brevemente en detención se encontraba Kaddour Chouicha, miembro de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos.
El mismo día, en Argel, dos activistas de la Agrupación Acción Juvenil (Le Rassemblement actions jeunesse, RAJ) fueron detenidos en su sede tras regresar de una protesta. Han sido acusados de “daños a la seguridad nacional” e “incitación a participar en una concentración no armada”.
Además, las fuerzas de seguridad disolvieron mediante la fuerza una concentración de madres de detenidos del movimiento Hirak en Argel el 28 de noviembre.
El 29 de noviembre, al menos 25 manifestantes pacíficos fueron detenidos durante las protestas en Argel. Al menos tres permanecen en prisión preventiva.
“Expresar oposición a las elecciones presidenciales convocadas en Argelia o críticas a las autoridades no es delito. Las autoridades argelinas deben poner en libertad de inmediato y sin condiciones a todas las personas detenidas únicamente por ejercer de manera pacífica su derecho a la libertad de expresión o de reunión”, ha dicho Heba Morayef.
Penas de cárcel para activistas pacíficos
Al menos 28 manifestantes pacíficos han sido condenados sólo por llevar o estar en posesión de la bandera de la comunidad amazigh.
El 11 de noviembre, 22 personas fueron condenadas a un año de prisión, incluida una condena condicional de seis meses, y una multa de 30.000 dinares argelinos. El 12 de noviembre, 6 más fueron condenadas a un año de prisión, incluida una condena condicional de seis meses. Piensan recurrir las condenas.
“Utilizar penas de cárcel para castigar a manifestantes sólo por estar en posesión de una bandera es indignante y vulnera las obligaciones de Argelia en virtud del derecho internacional de los derechos humanos. Estas duras condenas son un peligroso reflejo de la intolerancia de las autoridades argelinas a la disidencia pacífica”, ha manifestado Heba Morayef.
Además de actuar contra manifestantes pacíficos, las autoridades argelinas han intensificado el acoso a periodistas. Al menos cinco profesionales del periodismo han sido detenidos en Argel desde el 28 de noviembre, de los que cuatro fueron liberados a las pocas horas de su arresto. Un periodista contó a Amnistía que les habían confiscado su equipo y los habían amenazado con acusarlos de “ofender” a cargos públicos si no aceptaban firmar el informe del interrogatorio.
El 26 de noviembre, el Comité Nacional por la Liberación de las Personas Detenidas informó de que el artista Abdelhamid Amine, conocido como Nime, había sido detenido en Orán durante un registro en su lugar de trabajo, después de que sus dibujos satíricos de los candidatos presidenciales, el jefe del estado mayor del ejército y el ex presidente del país tuvieran amplia difusión en redes sociales. Actualmente está detenido en espera de juicio.
“Ninguna persona debe sufrir hostigamiento, intimidación o arresto por informar sobre protestas o por expresar críticas sobre los candidatos electorales”, ha declarado Hassina Oussedik, directora de Amnistía Internacional Argelia.