El gobierno sirio, con el apoyo de Rusia, está llevando a cabo un ataque deliberado y sistemático contra hospitales y otros centros médicos de Idlib y Hama, ha manifestado Amnistía Internacional hoy, a la vez que ha difundo nuevos y terribles testimonios del destrozado personal médico de la región.
La comunidad internacional ha sido hasta ahora totalmente incapaz de proteger a la población civil de Siria de los horrores de este conflicto.
Lynn Maalouf
Con el Consejo de Seguridad de la ONU preparándose para examinar hoy la situación en el noroeste de Siria, Amnistía Internacional ha instado a tomar medidas, pidiendo que se presione a Rusia en relación con los ataques deliberados efectuados contra 15 hospitales de Idlib y Hama durante las últimas tres semanas.
“Bombardear hospitales que están cumpliendo con su función médica es un crimen de guerra. Estos últimos ataques han eliminado un salvavidas crucial para civiles que necesitan desesperadamente asistencia médica. Forman parte de un patrón perfectamente establecido de ataques dirigidos contra centros médicos para agredir sistemáticamente a la población civil, y constituyen crímenes de lesa humanidad”, ha señalado Lynn Maalouf, directora de investigación para Oriente Medio de Amnistía Internacional.
“La comunidad internacional ha sido hasta ahora totalmente incapaz de proteger a la población civil de Siria de los horrores de este conflicto. Instamos a los miembros del Consejo de Seguridad reunidos hoy a que hagan todo cuanto puedan para poner fin a los ataques contra civiles en Idlib y hacer rendir cuentas a los responsables de tan terribles crímenes.”
Miembros del personal de cuatro hospitales de Idlib y Hama han contado a Amnistía Internacional que han sido objeto de ataques a pesar de haber comunicado sus coordenadas a los gobiernos sirio y ruso.
Según la ONU y organizaciones médicas sirias, al menos 15 hospitales han resultado dañados o destruidos en Idlib y Hama desde comienzos de mayo. La intensificación de los ataques ha dado también lugar al desplazamiento de 180.000 personas. Al menos 16 organizaciones humanitarias han suspendido algunas de sus operaciones en Idlib debido a los ataques, con lo que se ha agravado la ya difícil situación de al menos 1,5 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria urgente.
Bombardear hospitales que están cumpliendo con su función médica es un crimen de guerra. Estos últimos ataques han eliminado un salvavidas crucial para civiles que necesitan desesperadamente asistencia médica.
Lynn Maalouf
Amnistía Internacional ha entrevistado a 13 personas en relación con recientes ataques contra cuatro hospitales y ha verificado vídeos que corroboran sus testimonios.
Las personas entrevistadas afirman que, entre el 5 y el 11 de mayo, el gobierno sirio efectuó múltiples ataques aéreos contra el hospital conocido como “Pulso de la vida” de Hass, el denominado “Hospital de la Cueva” de Kaferzita y el Hospital Quirúrgico y el Hospital de Al Sham de Kafranbel. Estos centros, que atienden entre todos al menos a 300.000 personas del sur de Idlib y del norte y el oeste de la zona rural de Hama, están ahora fuera de servicio.
Hospital Quirúrgico de Kafranbel
El 5 de mayo de 2019, alrededor de las cinco de la tarde, aviones de combate del gobierno sirio efectuaron múltiples ataques contra el Hospital Quirúrgico de Kafranbel y destruyeron la primera planta, donde hay una farmacia, oficinas y la sala de electricidad. El sótano sufrió graves daños. Los ataques mataron a una persona hospitalizada e hirieron a su hermano.
Una persona de los equipos de enfermería que estaba dentro del hospital en ese momento ha explicado que los múltiples equipos aéreos provocaron el caos.
Los miembros del Consejo de Seguridad tienen el deber de dar prioridad a la protección de la atormentada población civil de Siria sobre sus estrechos intereses y las rivalidades de las grandes potencias.
Lynn Maalouf
“Trasladamos al herido al sótano. Cuando estábamos tratando de detener la hemorragia se produjo un segundo ataque aéreo y se cortó la electricidad. Luego se produjo un tercero y un cuarto […] No oíamos más que el ruido de la explosión y el temblor del sótano […] Abrimos el oxígeno, porque no había más aire.”
Unos vídeos examinados por Amnistía Internacional muestran daños en el hospital que coinciden con los que causa un ataque aéreo.
Hospital de Nabad al Hayat
Dos miembros del personal del hospital de Nabad al-Hayat [Pulso de la Vida] de Hass han contado a Amnistía Internacional que el centro fue evacuado como medida de precaución tras la intensificación de los ataques que comenzaron al final de abril. Dos días después de la evacuación, el 5 de mayo, el gobierno sirio efectuó por la mañana y por la tarde múltiples ataques que destruyeron el hospital. Como estaba ya vacío, no resultó herido nadie.
A medida que el ataque contra Idlib se intensifica, al menos 300.000 personas no tienen ya hospitales accesibles. Es un desastre humanitario, causado por la crueldad del gobierno sirio, que —con apoyo ruso— continúa pisoteando el derecho internacional.
Lynn Maalouf
El director del departamento de cirugía del hospital ha explicado a Amnistía Internacional que el año pasado el hospital había sido reubicado en una zona remota a las afueras del pueblo de Hass. El ataque de 5 de mayo ha sido el tercero que sufre el hospital desde su reubicación en marzo de 2018.
Ha contado lo siguiente: “Hace tres días, la localidad de Kafranbel fue bombardeada con cohetes. Algunas de las personas heridas fueron trasladadas a los domicilios del personal médico y de enfermería, así que podemos prestarles al menos asistencia de urgencia y pueden sobrevivir hasta el traslado a otro hospital.”
Amnistía Internacional ha verificado el vídeo de un ataque aéreo contra una estructura cuya ubicación coincide con la del Hospital de Nabad al Hayat.
Hospital de la Cueva de Kaferzita
Dos miembros del personal médico del Hospital de la Cueva de Kaferzita han contado a Amnistía Internacional que el gobierno sirio efectuó a menos cuatro bombardeos el 5 de mayo de 2019 alrededor de las 12 de la mañana, causando en el centro graves daños que lo dejaron fuera de servicio.
Un enfermero que estaba en el hospital en el momento del ataque junto con otros miembros del personal médico y una persona herida ha descrito cuatro ataques sucesivos, que comenzaron alrededor de las 11 de la mañana. Ha contado lo siguiente:
“Teníamos mucho miedo por si el ejército sirio invadía la ciudad y entraba en el hospital […] Nos pusimos en manos de Dios y salimos del hospital. Tras evacuarlo se produjo el cuarto ataque.”
Hospital de Al Sham
Dos personas pertenecientes al personal y el equipo médico del Hospital de Al Sham de Kafranbel han contado a Amnistía Internacional que, el 11 de mayo de 2019, dos ataques aéreos dejaron el centro fuera de servicio. El director ha explicado que el hospital ha sido atacado y reparado muchas veces desde 2018 y ha dicho que estaban esperando a que acabaran los ataques para empezar las reparaciones otra vez.
Los ataques contra hospitales y centros médicos de las zonas controladas por la oposición se han convertido en una característica de la guerra de Siria. También han sido atacados hospitales de Alepo, Daraa y Damasco Rural durante operaciones efectuadas por el gobierno sirio para hacerse con esas zonas. En muchos casos, los hospitales y las organizaciones humanitarias afirman que proporcionaron sus coordenadas al gobierno sirio para intentar impedir los ataques.
Desastre humanitario
Los ataques deliberados contra civiles y bienes civiles, incluidos hospitales y otros centros médicos, violan el derecho internacional humanitario y constituyen crímenes de guerra.
“A medida que el ataque contra Idlib se intensifica, al menos 300.000 personas no tienen ya hospitales accesibles. Es un desastre humanitario, causado por la crueldad del gobierno sirio, que, con apoyo ruso, continúa pisoteando el derecho internacional”, ha afirmado Lynn Maalouf.
“Los miembros del Consejo de Seguridad tienen el deber de dar prioridad a la protección de la atormentada población civil de Siria sobre sus estrechos intereses y las rivalidades de las grandes potencias. Rusia, en particular, debe ejercer su influencia para garantizar que Siria detiene de inmediato los ataques contra civiles y contra hospitales y establece las condiciones necesarias para que las organizaciones humanitarias pueden acceder con seguridad a la población civil que lo necesita.”