Las autoridades de Arabia Saudí han demostrado su absoluto desprecio por los derechos humanos y por la vida al ejecutar a 47 personas en un solo día, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
Entre los ejecutados hoy figuraba el destacado clérigo musulmán chií Sheikh Nimr Baqir al Nimr, que fue condenado en un juicio político y manifiestamente injusto en el Tribunal Penal Especial. A excepción de Sheikh Nimr al Nimr y tres activistas musulmanes chiíes, los demás ejecutados fueron declarados culpables de implicación con Al Qaeda.
“Las autoridades de Arabia Saudí han indicado que las ejecuciones se llevaron a cabo para combatir el terrorismo y salvaguardar la seguridad. Sin embargo, la ejecución de Sheikh Nimr al Nimr en particular sugiere que también utilizan la pena de muerte en nombre de la lucha antiterrorista para saldar cuentas pendientes y aplastar la disidencia”, ha afirmado Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
La ejecución de Sheikh Nimr al Nimr en particular sugiere que también utilizan la pena de muerte en nombre de la lucha antiterrorista para saldar cuentas pendientes y aplastar la disidencia.
Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional
Sheikh Nimr al Nimr había criticado abiertamente al gobierno de Arabia Saudí y era uno de los siete activistas cuyas condenas a muerte fueron confirmadas recientemente. Todos habían sido detenidos por participar en protestas en la Provincia Oriental de Arabia Saudí, mayoritariamente chií, en 2011, y por pedir reformas políticas.
“Hoy es un día sangriento en el que las autoridades de Arabia Saudí han ejecutado a 47 personas, algunas de los cuales fueron condenadas a muerte claramente en juicios manifiestamente injustos. Llevar a cabo una condena a muerte cuando existen serias dudas sobre la imparcialidad del juicio es una injusticia monstruosa e irreversible. Las autoridades de Arabia Saudí deben prestar atención al creciente coro de críticas de la comunidad internacional y poner fin a su oleada de ejecuciones”, ha afirmado Philip Luther.
Llevar a cabo una condena a muerte cuando existen serias dudas sobre la imparcialidad del juicio es una injusticia monstruosa e irreversible.
Philip Luther
También fueron condenados a muerte tras su participación en las protestas Ali al Nimr –sobrino de Sheikh Nimr al Nimr–, Abdullah al Zaher y Dawood Hussein al Maroon, que tenían menos de 18 años en el momento de su detención. Los tres continúan en riesgo inminente de ejecución, tras ser declarados culpables en juicios profundamente injustos y denunciar haber sufrido tortura y otros malos tratos.
“Un primer paso sería eliminar la amenaza de ejecución que actualmente pesa sobre unas personas condenadas por ‘delitos’ que cometieron cuando eran menores de edad,” ha afirmado Philip Luther.
El derecho internacional prohíbe la imposición de la pena de muerte a personas menores de 18 años.
Arabia Saudí es desde hace tiempo uno de los verdugos más activos del mundo. Entre enero y noviembre de 2015, Arabia Saudí ejecutó al menos a 151 personas, la cifra de ejecuciones más alta registrada en este país desde 1995.
En muchos casos de pena de muerte, se niega a los acusados el acceso a un abogado, y en algunos se los condena sobre la base de ‘confesiones’ obtenidas mediante tortura u otros malos tratos.”
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todo momento y en todos los casos sin excepción, independientemente de quién sea la persona acusada, de su culpabilidad o inocencia, del delito cometido y del método de ejecución.